Granada
celebró el Corpus con una una comitiva mermada
Granada celebró
ayer la procesión del Corpus Christi, mermada este año
después de que el arzobispo de Granada, Javier Martínez,
haya reducido hasta ocho personas la representación de cada
hermandad, en una jornada festiva que supone el Día Grande
de sus Fiestas Mayores.
Miles de personas se congregaron
esta mañana en las calles del recorrido de la procesión
del Santísimo Sacramento, alfombradas, como es tradición,
de plantas aromáticas. A las diez de la mañana dio
comienzo la celebración de la eucaristía en el interior
de la Catedral, presidida por el arzobispo de Granada.
Numerosos fieles y turistas se
congregaron desde primeras horas en las proximidades de
la catedral, desde donde partió la comitiva religiosa,
poco después de las 12,00 horas, para, en una mañana
que con el paso de las horas se iba haciendo muy calurosa,
revivir la tradición de acompañar el Santísimo
Sacramento por las calles del centro de Granada.
Cinco altares instalados
en distintos puntos del recorrido procesional adornaron
el paso de la procesión, una tradición que
el Ayuntamiento quiso recuperar este año con un concurso
que ganó el altar que la hermandad de La Oración
en el Huerto ha realizado en la calle Reyes Católicos,
junto a la Plaza de Isabel la Católica.
Cuatro bandas de música acompañaron
a la procesión de La Custodia que estrena este año
una parihuela en titanio que aligera bastante su peso. En la procesión,
que fue instituida por los Reyes Católicos hace más
de cinco siglos, la Custodia, que fue cincelada con joyas donadas
por Isabel la Católica, fue recibida con incienso y pétalos.
El prelado de Granada, báculo pastoral
en mano, encabezó la procesión, saludando y repartiendo
bendiciones entre los ciudadanos, mientras que a la comitiva que
precede a la Custodia del Corpus, se incorporaron, poco después,
los elementos paganos de esta procesión, que integran gigantes,
cabezudos y la popular "Tarasca", un figurín de
mujer que, sobre un dragón, simboliza el triunfo del bien
sobre el mal.
Completaron el desfile una comitiva de
autoridades civiles y militares, cofradías, hermandades,
mujeres vestidas de mantilla y niños de primera comunión.
En la solemne procesión, que transcurrió por las calles
del centro de Granada alfombradas de juncia y romero, desfila una
comitiva histórica del siglo XV, encabezada por el Alférez
Mayor que porta el heraldo de Castilla, acompañado de los
pajes vestidos de negro y, a sus lados, dos Guiones -estandartes-
como los que se utilizaron en la Toma de la Ciudad por las tropas
cristianas.
Seguidamente, marcha la Corona y el Cetro
de la Reina Isabel I de Castilla, sobre un cojín de damasco,
y la espada estoque de ceremonia del Rey Fernando V de Aragón,
así como las Capitulaciones de la ciudad llevadas por un
paje vestido de casaquilla rosa.
El escudo antiguo de Granada, el
pendón de la ciudad con el águila imperial bicéfala
y las iniciales del Emperador Carlos V y de la Emperatriz Isabel
y las ordenanzas de la ciudad de 1550 cierran la comitiva del siglo
XV, a lo que suceden otros elementos de histórica simbología.