El Muñidor Digital
Hdad. Sacramental del Stmo. Cristo de San Agustín
Granada, 2005
Es una creencia muy extendida la de que la Navidad es una fiesta
de niños. Su plus de nostalgia, inocencia y sentimientos
entrañables la avalan, pero no es así. La Navidad
es una fiesta esencial para la historia de la salvación y,
como tal, debe ser valorada también por los cofrades. Pero
no es éste, por sugestivo que se presente, el asunto de este
texto.
El asunto versa sobre ese encuentro necesario entre el cofrade menor
y su Hermandad. Se trata de una pieza vital para la pervivencia
de la Hermandad. Con nuestros niños, con lo que viven, lo
que piensan y lo que esperan, nos jugamos mucho. Y ese juego no
puede reducirse a esporádicos encuentros a lo largo del año,
uno de los cuales tuvo lugar precisamente el pasado viernes 16 de
diciembre.
En esa tarde, la Casa de Hermandad
los acogió –no más de una decena de niños
y niñas-, allí compartieron merienda, allí
pudieron contemplar, como en un minicine, una película
de dibujos animados relativa al misterio de la Natividad de
Jesús, y allí desarrollaron sus capacidades recomponiendo
tres puzzles con fotografías de nuestra Hermandad.
Estas experiencias, aunque escasas y
esporádicas como se ha dicho, son siempre muy gratificantes.
Ojala los pequeños y pequeñas se sintieran a gusto
en aquellas dos horas, ojala supiéramos transmitirles el
significado más profundo, y por tanto auténtico, de
la palabra hermandad, ojala notaran que son importantes para nosotros,
lo mayores, que ellos cuentan y que, salvando las diferencias de
la edad, somos capaces compartir las mismas vivencias.
Es deseo de la Hermandad intensificar las actividades de este tipo,
que no deben quedar como un mero adorno de otras actividades y cultos
más importantes. Por eso, es importante que los hermanos
y hermanas, empezando por los Oficiales, avalen con su presencia
estos encuentros, que nadie se sienta ajeno a ellos.
Igualmente importante es que los padres –aunque también
valen aquí los abuelos, los hermanos o los tíos- se
comprometan a hacer participar a los pequeños. Hay que tomar
decisiones sobre ellos, ciertamente; os pedimos que la Hermandad
no quede en un lugar secundario en esas decisiones. Son días
para soñar. Soñemos, entonces, que los niños
y niñas se “enamoran”, como nosotros un día,
de la vida cofrade, de nuestros Sagrados Titulares, que sienten
ese cosquilleo por acercarse a la Imágenes, sabiendo que
en el fondo es el deseo de acercarse a Dios. No cercenéis
esa posibilidad, dad una oportunidad al Espíritu que nos
acompaña siempre en las iniciativas pastorales de la Hermandad.
¿Sabéis el servicio impagable que la Hermandad puede
brindar a niños y jóvenes? ¿Habéis pensado
en el clima de fraternidad que pueden compartir –siempre que
los mayores seamos capaces de crearlo y mantenerlo-, lejos de otras
distracciones poco edificantes? ¿Imagináis el papel
catequizador que podemos jugar en sectores de edad en los que los
niños –hecha la Primera Comunión- quedan rezagados
en el progreso cristiano de sus conocimientos y vivencias? ¿Imagináis
la importancia de que, saliendo de la soledad que muchas veces le
aqueja, puedan relacionarse con niños de su edad, dentro
de un ambiente sano, sobre el que los padres podemos intervenir
sin que se evidencien interferencias no deseables?
Podemos hacer tanto… Piénsalo en estos días;
ese el propósito que te propongo esta Navidad. Merece la
pena. Aún más, comparte tus inquietudes en este sentido,
también tus propuestas e incluso tu ofrecimiento. Todo ello
nos lo puedes hacer llegar al correo hermandad@cristodesanagustin.com.
¡Ah! Y lo principal de todo:
FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS A CADA UNO DE VOSOTROS,
HERMANOS Y HERMANAS EN EL CRISTO DE SAN AGISTÍN, EN COMPAÑÍA
DE VUESTROS FAMILIARES Y AMIGOS Y MUY ESPECIALEMNTE DE LOS MÁS
PEQUEÑOS DE VUESTRA CASA.