El informático
que ideó el videojuego de “Matanza cofrade” pide
perdón y recibe una sentencia absolutoria
El autor del videojuego
"Matanza cofrade", denunciado como ofensivo para los sentimientos
religiosos, ha pedido perdón, afirmando que "sólo
lo hizo como un juego", por lo que el fiscal y las hermandades
que ejercieron la acusación retiraron todos los cargos y
la juez dictó una sentencia absolutoria.
En el juicio que celebró el juzgado penal 4 de Sevilla, el
fiscal explicó su retirada de la acusación por un
delito contra los sentimientos religiosos, por el que pedía
para J.C.C.S. diez meses de multa, porque "no ha quedado acreditada
su intención de ofender los sentimientos religiosos"
y el videojuego tampoco tuvo la suficiente publicidad.
En cuanto al delito contra la propiedad industrial, por el que el
fiscal pedía un año de cárcel, explicó
que los hechos juzgados ocurrieron en octubre de 2002 pero la hermandad
del Gran Poder no registró su nombre e imágenes como
marca hasta mayo de 2003.
El acusado, un informático de 32 años residente en
Utrera (Sevilla), se acogió a su derecho a no declarar pero
dejó claro al comienzo del juicio que elaboró el programa
"sólo como un juego" y añadió "sinceramente,
pido disculpas".
Por ello, el abogado que representa a las tres hermandades de la
Semana Santa demandantes -el Gran Poder, la Macarena y San Bernardo-
dijo que esta petición pública de perdón "hace
que la ofensa quede moralmente satisfecha".
Disparar contra nazarenos
"Matanza cofrade" consistía en un juego para disparar
contra nazarenos y mujeres de mantilla transformados en zombis,
sobre un fondo en el que se veía a las imágenes de
las hermandades denunciantes, y se iba a entregar como regalo, en
noviembre de 2002, con un disco titulado "Penados y rebeldes"
del grupo de rock "Narco".
Al juicio asistieron los hermanos mayores de la hermandad del Gran
Poder, Enrique Esquivias; de la Macarena, Juan Ruiz, y de San Bernardo,
Antonio Rodríguez Hidalgo.
A favor de la absolución del acusado jugó la declaración
del Guardia Civil que investigó la denuncia, quien aseguró
que el informático les manifestó desde el primer momento
que "no quiso hacer daño a nadie" y que "colaboró
en todo momento, sin poner obstáculos ni ocultar ningún
dato".
El fiscal, que inicialmente imputaba a J.C.C.S. un delito contra
la propiedad industrial, consideró hoy que los hechos "no
reúnen todos los requisitos" al no haber habido suficiente
"confusión de un determinado producto o marca"
y menos aún con la elaboración de un videojuego.
Este ha sido el segundo caso en que las hermandades de Semana Santa
acusan penalmente a jóvenes por ofensas contra la religión
católica, pues la Esperanza de Triana llevó a juicio
en 2004 a un joven que colocó en Internet imágenes
obscenas de la Virgen de la Esperanza de Triana con un pene en la
mano.
Aunque fue condenado en primera instancia, la Audiencia de Sevilla
le absolvió definitivamente por entender que las imágenes
denunciadas constituían una crítica "burda y
poco refinada" pero "a todas luces amparada por su derecho
a la libertad de expresión".