Una multitud
de fieles acompañan a Ntra. Sra. de las AngustiasenGranada
Casi cinco horas de procesión
hicieron que el encuentro de los granadinos y visitantes
con la Virgen de las Angustias fuese una palpable muestra
de devoción a la Patrona de Granada. La afluencia
de personas que pretendían asistir a la procesión
se notaba desde muchas horas antes y por cualquier calleja
de la ciudad se encontraba uno con grupos que se dirigían
hacia la Basílica
Como cada año volvió a repetirse
el problema planteado por la difícil organización
de la procesión, pese al empeño puesto por los compromisarios
de la Hermandad, desde poco después de las cinco de la tarde,
para que las filas de fieles devotos comenzaran a formarse a la
altura del Embovedado. Pedían amablemente que por favor,
colaborasen y ocupasen su lugar para comenzar.
La Cruz Parroquial portada por acólitos
salió de la basílica y detrás se iban colocando
los devotos con velas encendidas. Muchos de ellos, como es habitual
cumplían alguna promesa hecha, otro iban descalzos y algunos
de ellos, nos consta, habían salido caminando temprano desde
poblaciones como Jayena, algunos incluso descalzos, para cumplir
su promesa acompañando a Nuestra Señora de las Angustias
en su recorrido por Granada.
Cuando el nerviosismo ya se comenzaba
a hacer visible, poco antes de las seis y media de la tarde, las
hermanas cofrades abrían la comitiva de la Hermandad. Por
delante, las cofradías de Jesús Cautivo, Santo Sepulcro
y Cristo del Consuelo, junto con la Hermandad del Sagrado Corazón,
estaban presentes con sus insignias, mientras se escuchaban los
sones de las agrupaciones del Dulce Nombre, de la Estrella, Virgen
del Carmen de Dúrcal, la banda de cornetas y tambores de
la Virgen de la Amargura, la del Ave María y de la banda
municipal, esta última cercana ya a la Hermandad de Nuestra
Señora de las Angustias.
Los miembros del Cuerpo de Horquilleros
se incorporaron detrás. Trece tandas, con 38 horquilleros
cada una, portaron a la Patrona, sumando un total de casi quinientos
que se fueron relevando para cumplir con la tradición de
pasear a la Virgen por nuestras calles.
Este año se estrenaban las medallas
de los hermanos para que todas fuesen iguales. Se echó en
falta la presencia de Antonio Porras, que fuera durante muchos años
el secretario de la hermandad, fallecido el pasado mes de julio.
Casi a las seis y media los cohetes y
la palma real anunciaron que Nuestra Señora estaba saliendo
a la Carrera. Los presentes prorrumpieron en aplausos y vítores
hacia la Virgen.
Mandando el paso estaba el Hermano Mayor,
Manuel Serrano Aguilera, auxiliado en las esquinas del paso por
Matías de Santaolalla, Miguel Ruiz, Ramón Muñoz
y Antonio Montero.
Abriéndose hueco entre los fieles,
el paso de la Virgen de las Angustias fue recorriendo el itinerario
previsto. Constantes fueron los vítores y los aplausos. No
faltó una enérgica “petalá” a la
salida, siendo esta la primera ofrenda. Durante el recorrido se
fueron repitiendo las “petalás” en honor a la
Patrona.
La Virgen fue llevada por las principales
calles del centro, subiendo hasta la calle Navas por la calle Cuadros
de San Antón. Esta era la primera vez que la Virgen iba pasar
por esta calle para llegar hasta la plaza del Carmen, frente al
Ayuntamiento. En este punto, una multitud de fieles esperaba para
ser testigos del histórico hecho y, ya puestos, captar el
acontecimiento por cualquier medio ya fuesen cámaras de video,
fotográficas o teléfonos móviles.
El exorno floral que lucía el paso
de la Virgen estaba principalmente constituido por un manto de clavel
blanco, alternado rosas, azucenas y gladiolos. Hay quien echó
de menos algunos olorosos nardos a los pies de la Patrona.
Como es de rigor, custodiando a la Patrona,
iban representantes de la Real Maestranza de Granada, recuperando
la antigua tradición. Detrás de la Virgen ocupaba
la presidencia oficial el prelado granadino, Francisco Javier Martínez,
y el arzobispo emérito de Extremadura, el granadino Antonio
Montero, acompañados por el vicario general Miguel Peinado
y el párroco de la Basílica Francisco Molina, junto
a bastantes sacerdotes vinculados con la parroquia.
También, las representaciones de
la archicofradía del Rosario, de las Angustias de Guadix
y de la Hermandad de Santa María de la Alhambra, hermanadas
con la de la Patrona de Granada. No faltaron el presidente del TSJA,
Augusto Méndez de Lugo; representantes de la 211 Comandancia
de la Guardia Civil; el Sector Aéreo de la ciudad; y la Diputación
Provincial, con su titular al frente, Antonio Martínez Caler.
Algunos diputados nacionales también participaron en el cortejo,
que se cerraba con la representación institucional del Ayuntamiento,
bajo mazas, con el alcalde José Torres Hurtado. Finalmente,
en la presidencia oficial de la procesión figuraba, en representación
del Rey de España, el teniente general jefe del Madoc, a
quien acompañaba una escuadra de honores y la banda de música
del Ejército.
Hasta concluir la procesión hubo
brillantes momentos de veneración mariana en todos los lugares
y calles del recorrido. Fue especialmente emocionante cuando la
imagen llegó a la plaza de las Pasiegas que se encontraba
abarrotada de fieles que querían verla pasar por este lugar,
añadido el pasado año al itinerario oficial.