El domingo 4 de marzo
estuvo expuesta a la pública veneración de los
fieles cristianos la imagen de María Santísima
de la Amargura en devoto besamano en la iglesia del Convento
de la Madre de Dios de Comendadoras de Santiago. La jornada
dio comienzo a las diez de la mañana con la celebración
de la Eucaristía en honor de Nuestra Señora,
quedando expuesta al culto público durante todo el
día. Digno de mencionar es el altar que para honra
de tan excelsa Señora levantó la priostía
de la Hermandad de la Oración del Señor en el
Huerto de los olivos, creando una escenografía de la
que se hacía partícipe todo el conjunto del
templo. Este altar efímero estaba situado justo en
frente de la puerta de acceso al templo, sirviéndose
del altar de la Purísima Concepción, por lo
que la primera vista y la sorpresa cuando se levantaban la
cortinas que cerraban las puertas inferiores era inesperada
al encontrar a María Santísima juste enfrente.
Para ello las puertas del cancel estaba completamente abiertas
y enmarcado su hueco por cortina de damasco morado alzada
en el centro, haciendo del cancel un espacio propicio para
la contemplación de la escena sacra. Ya en el alta
encontrábamos dos planos, uno inferior con la imagen
de la Amargura vestida del color litúrgico de la Cuaresma,
morado, ataviada de modo serio, tan sólo con vueltas
airosas de encaje en el rostrillo y el pecherín ocupado
por un corazón con el emblema coronario de los Siete
Dolores de Nuestra Señora, ceñía su cintura
negro cíngulo con motivos dorados, se rodeaba de varias
luminarias bien dispuestas y varias ánforas con iris
blanco. Justo detrás de esta dolorosa de la escuela
granadina de Mora, el altar propiamente dicho, un manifestador
barroco, posiblemente del XVIII, albergaba una custodia, y
de la parte posterior surgía la Santa Cruz con sudario
y escaleras, a sus pies dos ángeles mancebos sustentaban
símbolos alusivos a la Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo, quien ora constantemente por nosotros y al que
llegamos por su madre, Reina comendadora y mediadora en el
alivio de amarguras.