Archicofradía del Rosario
Iglesia de Santo Domingo
Granada, octubre 2007
En la procesión del pasado 12 de
octubre, pudimos ver restaurado uno de los enseres mas característicos
de la Archicofradía del Rosario, el Estandarte de Lepanto,
una pieza única, bordado a finales del S. XIX por las Dominicas
de Santo Domingo, bajo la dirección de la Madre Teresa Titos
Garzón. Representa un escudo, centrado por un lienzo de la
Virgen, que ha sido rehecho por la reconocida pintora sevillana
Marta Lanzón, y cuatro escudos pequeños alusivos a
la Orden de Santo Domingo, Castilla, Guzmán, Aza, y la Orden
de Predicadores. (Santo Domingo nació en Burgos, y sus padres
eran Félix de Guzmán y Beata Juana de Aza, ambos nobles
y emparentados con los reyes de Castilla). Bajo el escudo se ven
varios barcos, junto con cañones, en alusión a la
batalla de Lepanto. A continuación reproducimos unas letras
del restaurador, el bordador gaditano afincado en Granada Cesar
Gómez-Höhr Román.
Uno de los encargos que mas satisfacción me produjo,
fue precisamente el que centra este artículo, ya no
solo porque tener en nuestras manos una obra de siglos anteriores
al nuestro siempre es un orgullo, sino también porque
el Estandarte de Lepanto pertenece al grupo de piezas singulares
de la ciudad de Granada
El estado de conservación
del estandarte, en general, era aceptable, si nos referimos al bordado
en sí. La situación cambia si nos centramos en el
soporte o tela base sobre en que se ha bordado y que en este caso
es seda, debido a que se encontraba desgarrado por multitud de zonas.
El bordado simplemente contaba con la suciedad propia del tiempo
y zonas puntuales teñidas de color, a causa del desteñido
de otras zonas por motivo de lluvia, siendo ambos casos eliminados
en el proceso de restauración.
Dicho proceso continua con la sujeción de las distintas piezas
que componen el estandarte sobre la nueva tela, esto es, otomán
plata, para lo cual se enriqueció todo lo posible, sustituyendo
cordones e hilos sintéticos por otros de mayor calidad, especialmente
en los mástiles y algunos ribeteados. También se añadieron
las sedas de color perdidas en banderas y gallardetes, habiendo
que reproducirlas en su totalidad en varios casos, debido a su desaparición
total o parcial. Como novedad, el estandarte, en búsqueda
de un mayor realismo en la obra, se enriquece y da volumen a la
corona real, y las piezas bordadas a modo de colgaduras laterales
y superior, algunas se dejan sueltas y otras se les da volumen para,
como ya he referido aumentar su realismo.
Un estandarte que se recupera para el patrimonio de la Archicofradía
del Rosario, y por lo tanto para la ciudad de Granada, y que podremos
apreciar durante los cultos del próximo octubre a la Copatrona
de Granada, la Virgen del Rosario Coronada.