CONSOLACIÓN
ES SU NOMBRE
Manuel Romero Castillo
Publicado en El Muñidor Digital
Granada, febrero 2008
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María
brisa de la mañana,
que refresca en las penas
y ayuda con las cadenas. |
¡Virgen del Consuelo!,
qué bonita vas
cuando sales de tu ermita para ir a la parroquial.
Ya no ves las eras,
ya el aire no huele a paja mojá,
ya no ves el asilo,
ya no ves la soledad.
Tu pueblo ha crecido mucho y mucho crecerá,
vas camino de la iglesia
pero antes de llegar
pasas delante de tu hijo que está en el pedestal.
Aquel hijo ilustre que tu pueblo dio,
él te mira pero no dice ná
¿qué te diría si pudiera hablar?
Ya entras en la iglesia para pasar la noche,
cuando sales el domingo
como una reina en su carroza
igual que una majestad.
¡Oh Madre del Consuelo!
cuántos años te dejamos en el olvido
y sin embargo,
cuántos años mirándonos
con tu amor consolador.
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