LA CÁTEDRA
DE SAN PEDRO EN SANTA CRUZ DE LA PALMA Y EN BREÑA ALTA
José Guillermo Rodríguez Escudero
Santa Cruz de la Palma, junio 2008
El Martirologio
Romano celebra el 22 de febrero la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Antioquía
y el 18 de enero la de su Cátedra de Roma. La reciente
reforma del calendario unificó las dos conmemoraciones
el 22 de febrero, fecha que tiene su apoyo una antigua tradición
que refiere la “Depositio martyrum” (año 354: “Natali
Petri de cathedra”).
Sin embargo,
la onomástica actual del “Primer
Papa” es el 29 de junio y en La Palma hay, entre otras,
dos celebraciones importantes en las que se representa al
Príncipe de los Apóstoles sentado en su trono
o cátedra. Los templos que actualmente custodian las
dos magníficas tallas son: el extinto convento dominico
de San Miguel de Las Victorias, hoy Santo Domingo de Guzmán
(imagen que pertenece a El Salvador) y la Parroquia de San
Pedro Apóstol en Breña Alta.
La cátedra (del griego “kathedra”, asiento-
s. IV), literalmente, es la silla fija del Sumo Pontífice
y de los obispos. Se encuentra permanentemente en la Iglesia
Madre de la Diócesis (de ahí el nombre de “catedral”),
y es el símbolo de la autoridad del Obispo y de su magisterio
ordinario en la Iglesia local. Es el lugar donde se enseña
con autoridad y simboliza la perpetuidad de la doctrina.
AN PEDRO DE EL SALVADOR
En la Iglesia Matriz de El Salvador de Santa Cruz de La Palma,
encontramos un valioso ejemplo de cátedra. Después
de la fiesta de San Pedro, se lleva a Santo Domingo donde permanece
todo el año. Ésta se erigió como una imagen
típica de la Iglesia contrarreformista y viene a recordar
que Pedro fue el Primer Papa, reafirmando así la autoridad
del papado, puesta en tela de juicio por la herejía luterana.
En la Edad Media, su indumentaria era la de los papas, sus sucesores.
Viste el palio, y a partir del siglo X, está tocada con
la triple corona (triregnum). Estos ornamentos pontificios se convirtieron
en la regla en el siglo XV: “San Pedro estará vestido
de papa”, se lee en un contrato acordado con un pintor en
1452. Así pues, en el caso que nos ocupa, al Santo se le
presenta conforme a esta iconografía, con la tiara de las
tres coronas sobre su cabeza. Porta en su mano derecha las dos
llaves y la cruz papal de brazo triple en la otra.
Los atributos de
San Pedro son excepcionalmente numerosos, y los lleva, ya él mismo, ya los ángeles
que en ocasiones lo acompañan; unos le caracterizan
como apóstol, otros como papa. El más difundido
y antiguo es la llave (clavis), que aparece por primera vez
en un mosaico de mediados del siglo V, y que, desde entonces,
se convirtió en su atributo constante. Pedro es clavígero
(Petrus claviger coeli). En el caso de El Salvador, porta dos
llaves, la del cielo y de la tierra, que simbolizan el poder
de atar y desatar, de absolver y de excomulgar, que Cristo
concediera al Príncipe de los apóstoles. Dichas
llaves aparecen juntas puesto que el poder de abrir y el
de cerrar es uno solo.
Como rememoraba Viera y Clavijo en sus “Noticias…”,
la iglesia mayor de La Palma “bien adornada, capaz, majestuosa,
servida de tres curas beneficiados provisión del rey,
de un clero numeroso y de muchos ministros que celebran los
oficios divinos con gran solemnidad, bien podría pasar
por una colegiata… “
El trono o cátedra es de madera policromada
y dorada de 192 cms de altura y 95 x 59 x 73 cms en la base.
Se cree que su autor fue Andrés del Rosario (1615-1693),
por la similitud que existe entre esta obra de arte y el retablo
mayor de la ermita de San Telmo de la misma ciudad, donde se
repiten similares mascarones y sirénidos. También
fue el artífice del bello retablo de la capilla de la
Virgen del Rosario (1660) en la iglesia de Santo Domingo de
la capital palmera y del primer cuerpo del retablo mayor del
convento de Santa Clara (1679-1693), donde está entronizada
la olvidada Patrona de Santa Cruz de La Palma, la bellísima
Santa Águeda. Sin embargo, Jesús Pérez
Morera nos informa que estamos ante “una obra de autor
desconocido y datada de hacia 1661, fecha en la que se instituyó su
cofradía”. La profesora Gloria Rodríguez
también indica “la imagen de San Pedro sedente
es posible que sea obra de autor palmero o al menos canario,
de fines del XVII, quizás hacia 1661…” El único
dato que conocemos acerca de ella es que fue restaurada (unas
manos nuevas) en 1742 por Juan de Silva.
El “San Pedro en Cátedra” de la parroquia de
El Salvador fue encargado por la poderosa cofradía del clero,
fundada bajo su advocación el primero de noviembre de 1661, “aunque
se alistaron en ella varias personas seculares y aun religiosas
de ambos sexos” (Lorenzo Rodríguez). Se instituyó para
celebrar la función de las “Lágrimas del Santo
Apóstol” el Martes Santo y su fiesta principal el
23 de junio (fecha distinta a la actual). Esta cofradía
se encargaba también de la función de San Fernando.
Sigue narrando el alcalde constitucional Juan Bautista Lorenzo
Rodríguez: “…tenía unas constituciones
aprobadas por la autoridad eclesiástica y había confraternidad
con las Comunidades Religiosas para asistirse mutuamente a los
entierros de los individuos de ambos Cleros y Monjas, hacer un
oficio y asistir las dichas comunidades a las dos fiestas de San
Pedro, anteriormente citadas. Esta contrata se acabó muchos
años antes de la supresión de los conventos. El último
cofrade que murió fue el Licenciado don Antonio Ferrer y
Lemos, con quien concluyó esta Cofradía”.
Un miembro destacado de esta Hermandad fue el
Beneficiado Rector de dicho templo, don Juan Pinto de Guisla,
a su vez, Visitador General de La Palma. Como recoge la bibliografía
consultada del profesor palmero Jesús Pérez Morera
(1994), en el testamento de Guisla (otorgado en 1693), declaró haber
hecho un alba de holán con puntas de encajes para vestir
la imagen de “San Pedro en Silla el día de su
fiesta principal”. Tiene un letrero en la tira del cuello
con su nombre.
Ésta es una talla de candelero de tamaño natural
que recuerda las maneras del discípulo de Montañés,
Martín de Andújar, y que sólo era expuesta
para la veneración de los fieles el día de su onomástica,
quedando custodiada el resto del año en la llamada “Alcoba
de San Pedro”. Existe otra impresionante imagen de este santo “Las
Lágrimas de San Pedro”-del artista orotavense Fernando
Estévez del Sacramento-, que toma parte actualmente en la
solemne procesión del Señor del Perdón (popularmente “San
Pedro y el Gallo”) la noche del Lunes Santo, y en cuyo retablo
neoclásico en la capilla colateral del Evangelio (de hacia
1822) podemos venerar. Esta capilla estuvo dedicada a Santa Ana
hasta que en 1818 se entregó a la Cofradía de San
Pedro.
El espléndido sitial o cátedra,
en madera dorada y policromada, evidencia la perfección
que alcanzaron los maestros isleños en el manejo de
la talla decorativa. Constituye en esencia un sillón
de brazos “cuya decoración se basa en temas de
ascendencia plateresca pero tratados con técnica barroca” (Pérez
Morera). Una elegante obra de arte que, hasta hace algunos
años, recorría en procesión el centro
de la capital palmera cada 29 de junio por la tarde, oportunidad única
para disfrutarla en todo su esplendor. Se estudia recuperarla,
afortunadamente.
Hay una gran profusión de hojas de acanto
doradas (ornamentación característica del retablo
palmero en el primer tercio del siglo XVIII). Flanquean el
respaldo a modo de dosel, unas fantásticas figuraciones
cuyos cuerpos, cubiertos con alas y plumas, son muy estilizados.
En el respaldo del fabuloso sillón encontramos la tiara
papal con las dos llaves símbolo de la autoridad del
Papa (Mt. 16: 19). Sobresale una fila de figuras aladas con
casco que rematan unas columnas de hojas de acanto. Éstas
soportan y embellecen la base del sitial. A ambos lados, dos
mascarones sujetan grandes aros con la boca.
SAN PEDRO DE BREÑA ALTA
Una magnífica réplica de este “San Pedro
en Cátedra” de la suntuosa iglesia matriz, es
el que se haya entronizada en el cuerpo superior del magnífico
altar mayor de la parroquia homónima del municipio de
Breña Alta. Una talla de 95 cms que salió de
la gubia del prestigioso artista palmero Bernardo Manuel de
Silva (1655-1721). Fue inventariada por primera vez en 1709.
Nuestro querido paisano, el profesor Jesús Pérez
Morera, nos recuerda, al estudiar esta efigie, que “posee
también rica cátedra en madera tallada y dorada,
con parecido espaldar calado a base de tallos envolventes – con
escudo de San Pedro en el centro- y asiento decorado con grandes
y carnosas hojas de acanto, ornamentación característica
del retablo palmero en el primer tercio del siglo XVIII”.
El Patrón del municipio desfila procesionalmente en este
bello trono por las calles de Breña Alta, acompañado
por la imagen de San Isidro Labrador, también cada 29 de
junio. Se le tributan fuegos artificiales y una magnífica
loa, entre otros muchísimos actos.
BIBLIOGRAFÍA:
Archivo parroquial de El Salvador, Libro de Visitas, visita del
Licenciado don Juan Pinto de Guisla, 1686-1688. Archivo parroquial del Real Santuario de
Nuestra Señora
de las Nieves, testamento del licenciado don Juan Pinto de Guisla,
(15 de septiembre de 1693). FERNÁNDEZ GARCÍA, Alberto José «Notas
Históricas de la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma»,
Diario de Avisos, (28 de marzo de 1969), confirmado en el Libro
3º de la Cofradía de San Pedro, cuentas de 1822. MALE, E, El Barroco. Arte religioso del siglo XVII, Madrid, 1985,
p.82 MARTÍN SÁNCHEZ, Miguel Ángel. “La Fiesta
de San Pedro de Breña Alta en clave de Barroco Triunfal”,
programa de las fiestas patronales de la Villa de Breña
Alta, junio de 1992 PÉREZ MORERA, Jesús. Arte en Canarias [Siglos XV-XIX].
Una mirada retrospectiva. Gobierno de Canarias, 2001. p. 430. RÉAU, Louis.
Iconographie de l’art Chrétien,
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