Hace un tiempo, tras la finalización de una estación de penitencia me dirigí a un amigo que en ella participaba y ambos, emocionados, nos abrazamos celebrando que todo había salido bien. Entre bromas me comentaba mi amigo: “este año seguro que nos llevamos algún premio de El Capirote” a lo que yo contesté que el mejor premio era el que ellos acababan de recibir y del que nos habían hecho partícipes a todos cuantos lo habíamos admirado. Entonces le dije también: “es tan grande lo que hacéis posible cada año y debéis sentiros tan orgullosos, que no necesitáis ningún otro premio que el que ya tenéis” Mi amigo me dijo que así era, que, como no podía ser de otra manera, no se realizaba todo ese trabajo y se ponía tanta ilusión buscando ningún reconocimiento. Sin embargo, señaló, siempre se agradece mucho esa enhorabuena sincera y cálida, esa palmada en la espalda de ánimo y de apoyo. Pues bien queridos cofrades, eso mismo son, y no otra cosa, los sencillos premios que los socios de la Tertulia Cofrade “El Capirote” otorgan cada Semana Santa. Los premios reciben un nombre que les da sentido, se llaman “Ovación de Gala” porque quieren ser eso un aplauso generoso a todos los cofrades y, especialmente, a aquellos cuyo esfuerzo ha llegado con mayor fuerza al público en general y al resto de cofrades en particular.

Desde el cariño y admiración hacia todas las personas y cofradías implicadas en nuestra Semana Santa, como integrantes activos del mundo cofradiero baezano y con la perspectiva puesta en la globalidad de la Celebración Pasionista, los miembros de “El Capirote” han estimado para el año 2008 los premios siguientes:

Premio “Ovación de Gala 2008” en la categoría “Estación de Penitencia o Desfile procesional”: A la Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna y María Stma. de las Lágrimas.

En su reconocida trayectoria ascendente de los últimos años y ante la imposibilidad de poder contemplar todas sus novedades el pasado año, la expectación era máxima el pasado Miércoles Santo. Su ya afianzado, renovado y creciente guión de nazarenos, su cada vez más cuidad estructura procesional, el orden y compostura generales, incluso ante los numerosos momentos de incertidumbre provocados por la amenaza e incluso presencia de lluvia, se unieron al estreno de la imagen del Sayón y la primera salida real del paso de misterio a costaleros tradicionales, y al estreno del bordado que las propias hermanas han finalizado en las bambalinas laterales del palio de Ntra. Señora de “Las Lágrimas”, portado magistralmente por su cuadrilla de costaleros. La procesión, favorecida también por una mayor agilidad ante la amenazante lluvia, resultó brillante en su conjunto y así lo han estimado mayoritariamente los socios de la tertulia.

Premio “Ovación de Gala 2008” en la categoría “Escuadra de Costaleros u Horquilleros”: A los hermanos costaleros del paso del Señor de la Sagrada Oración en el Huerto de los Olivos, de la cofradía homónima.

Tal vez sea este premio el más competido de los que otorga la tertulia, muestra del gran aprecio que nuestros socios abrigan hacia el esfuerzo de todos nuestros hermanos de trono. En esta ocasión, el merecido reconocimiento ha recaído en una de las escuadras más antiguas y con mayor arraigo de Baeza. Los costaleros del Huerto hacen de la gesta de portar el pesado trono del Señor de la Oración todo un arte. Así lo reconoce el conmovido público en la calle, con espontáneos y sentidos aplausos que premian una manera de andar peculiar y muy popular, basada en movimientos amplios y llenos de vitalidad, generosas “levantás” y revueltas bien medidas, al compás de la siempre excelente música de la Agrupación de “La Columna”. Muy de resaltar asimismo, la seriedad del paso y la cofradía en general en su recorrido de vuelta a San Andrés y su emotiva entrada entre el calor de los más cercanos.

Premio “Ovación de Gala 2008” en la categoría “Mejor Acontecimiento de la Semana Santa”: A la Cofradía de la Santa Cena, por la Primera Salida Penitencial de la Virgen de la Paz y Caridad, Madre de la Iglesia.

Nuestras hermandades nos entregan cada año momentos llenos de piedad popular y de delicadeza y sabor cofradieros. Algunos de estos detalles o acontecimientos son de tal envergadura emocional que quedan grabados en nuestras retinas para siempre, otros incluso marcan por su relevancia los textos y legados históricos de nuestra Semana Santa. El destino quiere que, a veces, muchos de ellos converjan en un mismo año y es eso lo que ha sucedido en 2008. Sin embargo, uno de entre todos ellos ha marcado esta celebración. Tal vez una de las metas más difíciles de lograr en la Semana Santa baezana, incluso más que en cualquier otro lugar de nuestra geografía, sea la de procesionar una dolorosa bajo palio. De sobra son conocidos los avatares y trabajos que los cofrades de la Cena han debido realizar durante años para conseguir el magnífico y particular juego de enseres que componen el palio de la Señora de la Paz. No obstante, pocos esperábamos que su primera salida contase con el esplendor, magnificencia y emotividad que pudimos vivir y disfrutar el pasado Domingo de Ramos. El esfuerzo fue generoso por parte de todos los cofrades y la Junta de Gobierno y de forma señalada por los costaleros y costaleras que portaron a la Virgen y que demostraron una solvencia y un buen hacer que sorprendieron a propios y extraños.

Con la certeza de que cada iniciativa de nuestras penitenciales y quienes las regentan nace del más profundo amor a los sagrados titulares, con el agradecimiento enorme que hemos de ofrecer a todos los cofrades de nuestra ciudad y conscientes de la modestia de nuestros galardones, pero entregando en ellos todo cuanto de sincera y honesta es nuestra asociación y quienes la componemos, permítannos que felicitemos de todo corazón a los premiados del presente año 2008. Un año especial para nosotros, en el que nos enorgullece cumplir una década aportando nuestro trabajo y nuestra ilusión al proyecto que bajo el título de “El Capirote” reúne a unos cofrades que, por encima de personalismos, creen que el trabajo conjunto y la colaboración pueden lograr que nuestras celebraciones de piedad popular sigan siendo magníficos útiles para lograr acercarnos y mantenernos fieles en nuestra fe y nuestras creencias.