LA TALLA FLAMENCA
DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS. LOS LLANOS DE ARIDANE
José Guillermo Rodríguez Escudero
Santa Cruz de la Palma, mayo 2008
Como
flamante Patrona del municipio palmero de Los Llanos de Aridane,
la preciosa efigie de Nuestra
Señora de Los Remedios – escultura de madera policromada
de 94 cms. de alto aproximadamente- aparece documentada en 1678
ocupando la hornacina principal de su antiguo retablo mayor (Negrín
Delgado). Según esta investigadora, estamos ante una obra
producida en algún taller de Bruselas en el segundo tercio
del siglo XVI, si bien el profesor Pérez Morera la sitúa
en las primeras décadas de la misma centuria. La iglesia
que la custodia - incendiada en 1596- y a la que da su nombre se
encuentra en el casco antiguo de la ahora ciudad que tuvo su origen
en el núcleo habitado de los primeros operarios y trabajadores
de los ingenios azucareros. Debido a la destrucción de sus
primeros libros, los historiadores no han podido fijar con exactitud
la fecha de su fundación (Quesada). Lorenzo Rodríguez
también aporta otro dato al respecto, señalando que
en principio se fabricó una ermita que fue sustituida posteriormente
por una iglesia, la cual en 1659 aún no estaba terminada.
Sin embargo, desde 1591 consta
la existencia de una cofradía
creada bajo esta advocación mariana que, al parecer, en
1608 había tomado el título de Ntra. Sra. del Rosario.
El profesor Pérez Morera indicaba en sus trabajos que la
talla ya estaba inventariada en aquel templo en 1584. Más
tarde, entre 1705 y 1711, el mayordomo de fábrica Antonio
de Acosta Clavellina rendía cuenta de los 375 reales invertidos
en retocar la escultura y quizá abonados al escultor palmero
Bernardo Manuel de Silva, que esos mismos años cobraba la
hechura del Niño de la Virgen del Rosario y el dorado de
su retablo. Entre 1705 y 1711 dicho artista retocó algunas
partes de la talla.
En este siglo se generalizaba también la adición
de mantos y capas de tela a la pieza original, cuyo uso se había
iniciado entre 1691 y 1693, así como de valiosas alhajas,
una luna y coronas de plata (1718 y 1757). Más tarde, algunas
reformas y cambios se introducirían en la decoración
del testero de la capilla mayor, aunque la imagen de la Virgen
continuaría presidiéndola como titular del templo.
La Virgen - cuya onomástica se celebra anualmente el 2
de julio – muestra al Niño Jesús desnudo en
señal de humanidad, a la vez que cubre su brazo respetuosamente
con su amplio manto. El Niño acaricia con dulzura el mentón
de su Madre y ésta le hace entrega de la pera simbólica
alusiva al Misterio de su Encarnación. Una singular postura
la que adopta el Niño sentado que tuvo mucha aceptación
en los medios escultóricos de los Países Bajos durante
principios del siglo XVI, a juzgar por varios de los ejemplos conservados.
La doctora Negrín hace referencia a dos grupos marianos
conservados en el Museo Mayer van den Bergh de la ciudad de Amberes.
Sin embargo, un rasgo distintivo de la talla palmera es su majestuosidad
y elegancia. Muestra una plenitud de formas de su sereno semblante
que parece evidenciar el nuevo lenguaje renacentista, mostrando
cierto parentesco con las Madonnas rafaelescas pintadas por Van
Orley y Gossaert aproximadamente por aquellas fechas. No supone
esto, sin embargo, una ruptura definitiva con el legado medieval,
como se muestra en el plegado de los holgados ropajes – a
base de complicadas dobleces de crestas redondeadas y trazados
angulares- sino también en el modelado de la cabellera de
largos mechones exquisitamente ondulados. Una delicada imagen que
se asemeja a la obra esculpida por el alemán Conrat Meit
para la catedral bruselense de Santa Gúdula y que está impregnada
de pareja delicadeza y sentimentalismo.
BIBLIOGRAFIA
Archivo Parroquial de Nuestra Señora de Los Remedios, Libro
de Visitas y Libro de Fábrica
CALERO RUIZ, Clementina. La escultura barroca en Canarias (1600-1750).
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núm 14-16 (1968-1970) LORENZO RODRÍGUEZ, Juan Bautista. Noticias para la Historia
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