Los hechos se remontan a Junio del presente de 2009. La formación musical decidió adquirir un bombardino de la marca Jupiter en D. Cofrade, establecimiento ubicado en S. Juan de Aznalfarache (Sevilla). El gerente, D. José Manuel Tellado Garrido, informó a la banda de que se debía realizar el pago por anticipado del instrumento, y que en unos días éste sería entregado. Dado que en 2008 ya se habían realizado operaciones con esta empresa, la banda no interpuso problema alguno, y realizó el ingreso del total el día 26 de junio.

     Transcurridos quince días desde ese momento, y sin noticias del Sr. Tellado, la banda decide ponerse en contacto con él, quien dice que del modelo de bombardino solicitado sólo queda uno en stock, y que tiene que revisarlo un técnico (aún siendo nuevo).

     Durante los días de verano cada vez se va haciendo más difícil contactar con D. Cofrade, quien afirma que son “muy malas fechas” y que el proceso se va a demorar.

     Con el paso del tiempo aumenta la incertidumbre sobre la viabilidad de la operación comercial. Los componentes de la formación ya no pueden contactar con D. José Manuel Tellado, aunque envían correos electrónicos y mensajes de texto a su móvil que él no se digna a contestar. Llegado el mes de agosto, y tras muchas llamadas, este señor afirma que por las vacaciones, el contenedor que procede de China se va a retrasar hasta septiembre. Comprobando que la versión de este sujeto había cambiado totalmente, la banda le advierte que de persistir en su comportamiento, se verá obligada a tomar acciones legales contra su comercio, dado que el bombardino no se va a poder utilizar en las actuaciones que la banda tenía programadas.

     Tras la presión y la inquietud de la banda por conocer el estado de la operación, D. José Manuel Tellado alega motivos conyugales que han llevado a su persona a desatender el negocio, y que, a su vez, existe un tercero (que se supone su proveedor) que no ha hecho su trabajo. La banda se muestra comprensiva ante la situación, y decide enviar, a petición del propio José Manuel, un contrato en el cual se pacte la fecha de entrega del instrumento o devolución del importe entregado. Días más tarde, el Sr. Tellado afirma (vía telefónica) que ha recibido el documento, y que en breve lo hará llegar firmado a la parte compradora.

     Desde ese momento se pierde la pista absoluta de este señor, quien no contesta a mensajes, ni correos electrónicos, ni llamadas.

     Ante esta situación, los componentes comienzan a buscar formas de contactar con el Sr. Tellado para conseguir la devolución del importe ingresado, y encuentran en algunos medios de comunicación cofrades que el comportamiento de este establecimiento es habitual, siendo de asombroso parecido la situación que vivió la cuadrilla de cargadores del Despojado de Cádiz, según información aparecida en La Voz Cofrade de Cádiz.

     Finalmente, y a día de hoy, se sigue sin tener noticias de Don Cofrade, y agotada la paciencia de la formación, serán los abogados quienes tengan que dar solución a lo que se considera un ultraje del trabajo de jóvenes músicos, que pueden mantenerse y deben sobrevivir, con un trabajo duro, diario y altruista, que se ha visto mermado de ilusión por un comportamiento para muchos indigno.