Cofradía de la Vera Cruz
Alhaurín el Grande, diciembre 2009
Foto del primer vehículo sorteado
En la pasada celebración
de Santa Cecilia, la Cofradía volvió a entregar
las llaves al afortunado ganador del sorteo que cada año
realiza desde aquel primer sorteo en 1979.
Lo que comenzó por
aquel entonces como una iniciativa para ayudar la economía
anual de la Cofradía, se ha convertido en una tradición
que con el paso del tiempo genera expectación, ilusiones
y anécdotas entre los cofrades, simpatizantes y el
pueblo en general. Es tal el interés que genera el
sorteo, que cada vez hay más gente de diferentes
puntos geográficos que tienen y solicitan las papeletas
del año en curso.
Los Verdes siempre han sorteado el
famoso coche aunque a lo largo de los años se han cambiado
lógicamente de marcas y modelos. Al principio se sorteaba
un Renault 18 que por aquel entonces era un vehículo de indudable
prestigio en la sociedad del momento e incluso había un segundo
premio: una máquina de coser.
En la actualidad todos sabemos que
existe la posibilidad de elegir entre dos modelos de coche de alta
gama, apostando siempre por sortear un coche de calidad que genere
ilusión entre los participantes.
El sorteo supone un gran esfuerzo:
cofrades vendiendo papeletas; comercios, restaurantes y bares colaborando;
los famosos “sobres” que llegan a casa de todos los
Cofrades... Toda una maquinaria que se va engrasando y coge forma
hasta colgar el cartel soñado de NO HAY PAPELETAS, como se
ha conseguido en innumerables ediciones. Así en los primeros
días de noviembre, la sociedad alhaurina ya tiene por conversación
la típica pregunta de "¿ha tocado ya el coche?",
deseando que la respuesta sea negativa, para llegar a casa y comprobar
nuestras papeletas. En cantidad de ocasiones contamos el número
que poseemos más cercano al agraciado para en futuras conversaciones
decir aquello de... ¡No me ha tocado por un número!
La suerte, que en estos casos suele
ser más ajena que propia, nos vuelve a dar la espalda a todos
menos a uno, con la ilusión de que el año que viene
volvamos a comprar algunas papeletas y seamos por fin quien por
Santa Cecilia realicemos un obsequio a la Cofradía, signo
inequívoco de que el último sábado de octubre,
tendremos un seguro más que pagar en casa, el del nuevo coche.
Mientras ese día llega, no
decaigan en su intento, las próximas llaves podrían
ser las suyas.