SOBRESALIENTE CUM
LAUDE POR UNANIMIDAD PARA LA TESIS DOCTORAL DEFENDIDA POR JUAN GAVALA
GONZÁLEZ: “LA ACTIVIDAD FÍSICA DEL COSTALERO
SEVILLANO. HÁBITOS Y COSTUMBRES”
DUPO
Sevilla, marzo 2009
Publicado por el Diario de la Universidad Pablo de Olavide el 20 de
febrero de 2009
Hoy
viernes ha tenido lugar en la Sala de Juntas II del Rectorado, la
defensa pública de la tesis doctoral titulada "La actividad
física del costalero sevillano. Hábitos y costumbres”,
de la que es autor Juan Gavala González. Esta tesis doctoral,
dirigida por los profesores doctores José Díaz García
y Manuel J. Porras Sánchez (Universidad Pablo de Olavide),
ha obtenido la calificación de Sobresaliente Cum Laude por
unanimidad.
0. CURRICULUM
Juan Gavala González, maestro,
licenciado y doctor en Ciencias de la Actividad Física y
el Deporte. Profesor de la Facultad del Deporte de la Universidad
Pablo de Olavide. Miembro del Observatorio del Deporte de Sevilla
y del Centro de Estudios Deportivos de Dos Hermanas. Autor de varias
monografías y capítulos de libro relacionados con
el estudio de hábitos físicos, deportivos y saludables
1. INTRODUCCIÓN AL TEMA DE ESTUDIO.
La Semana Santa como acontecimiento
religioso, cultural, histórico, artístico, social
ha sido el epicentro de muchas publicaciones de cada una de estas
ramas del saber; sin embargo ninguna de ellas trataron nunca la
figura del costalero como tal, ya que hasta la década de
los setenta y de los ochenta del siglo pasado, el costalero fue
una persona anónima que carecía de importancia, y
que era considerado alguien digno de lástima, como destacan
muchos autores.
Sin embargo, gracias a la composición
de la primera cuadrilla de hermanos costaleros que sacaron al Cristo
de la Buena Muerte en la primavera de 1973, la ciudad de Sevilla
sufre la eclosión del fenómeno costalero. A partir
de este momento, muchos son los hombres que quieren participar,
disfrutar y “sufrir” llevando a sus imágenes
sagradas por las calles de nuestra ciudad, lo que provoca una consideración
diametralmente opuesta a la anterior. Ahora, estos hombres empiezan
a ser considerados mucho más positivamente, hasta el punto,
que como señala Santiago (2003) “el costalero actual
se siente orgulloso de serlo y presume de dicho honor”.
Este movimiento costalero hizo que
los antiguos, también llamados profesionales, que provenían
de trabajos donde el esfuerzo físico era una constante (estibadores
del puerto, tejareros, areneros, obreros portuarios, mercados de
Abastos, Fábrica de Tabacos, hornos de cal, alfareros y del
muelle de la sal, trabajadores de las fundiciones, cargadores de
los mercados), dejaran su sitio bajo las trabajaderas a hombres
cuyas costumbres eran mucho más sedentarias y cuyas condiciones
físicas no eran tan buenas como las de los otros para soportar
este esfuerzo. Esto hizo que no tardaran en empezar a aparecer lesiones
y problemas físicos, provocando la curiosidad de médicos,
fisioterapeutas, y otros profesionales de la salud, y con ello,
la proliferación de estudios sobre el costalero y sus lesiones,
e incluso se han celebrado congresos en torno a este personaje,
pero, la mayoría de ellos desde el punto de vista médico
y de las posibles lesiones y la forma de rehabilitarlas.
Sin embargo, desde las Ciencias del
Deporte, pocos han sido los que han hecho un esfuerzo por conocer
y estudiar más este mundo de capataces y costaleros existiendo
muy pocos estudios desde esta perspectiva. No obstante llama la
atención que los pocos que existen hacen referencia a otras
ciudades o provincias andaluzas pero no a Sevilla.
Por tanto, el propósito de
este estudio es dar a conocer la figura del costalero visto desde
las Ciencias del Deporte; no desde el punto de vista de lesiones,
su sintomatología o cómo rehabilitarlas, sino conocer
cómo es el perfil del costalero, cuales son sus hábitos
(físico-deportivos, alimenticios, etc.) que llevan a cabo
tanto durante todo el año como durante la Cuaresma y la Semana
Santa, incidiendo de manera exhaustiva en conocer cuál es
su preparación física para esta gran tarea sin la
que la Semana Santa no sería la misma. Así mismo,
hemos propuesto nuestras soluciones para prevenir las lesiones antes
de que aparezcan y, de este modo, aportar nuestro granito de arena
a Sevilla y a su Semana Santa.
2. METODOLOGÍA
Los objetivos generales que guiaron el conocimiento de los hábitos
y costumbres del costalero sevillano se desgranan en otros más
específicos que fueron los siguientes:
Conceptualizar el término
de costalero.
Conocer el perfil del costalero actual.
Indagar sobre los motivos que hacen
que un hombre quiera ser costalero.
Analizar la actitud del entorno ante
la decisión de salir de costalero.
Conocer la edad del debut y la percepción
de la retirada
Averiguar si se considera la Estación
de Penitencia un esfuerzo físico importante.
Conocer qué preparación
física realiza el costalero antes de Semana Santa.
Descubrir la preparación
física que realizan los costaleros al margen de los ensayos.
Obtener información sobre
la práctica deportiva habitual del costalero.
Examinar hábitos preventivos
del costalero tales como la autopercepción de salud,
autovaloración de la condición física y
la asistencia a una consulta médica y consideración
de la necesidad de pasar dicho reconocimiento médico
Estudiar los hábitos alimenticios
del costalero.
Conocer los hábitos saludables
del costalero en relación a la ingesta de bebidas antes
del ensayo y durante la estación de penitencia y al consumo
de tabaco tanto de manera habitual como el día de la
estación de penitencia.
Establecer perfiles diferenciadores
en función del día de la Semana Santa en el que
sale de costalero, del tipo de hermandad, la edad, el nivel
de estudios, la ocupación laboral, lugar de residencia,
años que llevan siendo costalero y práctica deportiva.
2.1. Cobertura de la investigación.
La población objeto de estudio
está formada por los costaleros que componen las diferentes
cuadrillas de cada una de las hermandades sevillanas que debían
realizar su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral
durante la Semana Santa del año 2008.
El total de costaleros que existe
en nuestra Semana Santa es difícilmente calculable ya que
el salir en una hermandad no es restrictivo de salir en otra.
Para estimar la población de
los costaleros sevillanos se hace necesario conocer el número
de costaleros que conforman las diferentes cuadrillas de cada una
de las hermandades. Cada una de estas hermandades facilitó
los totales de costaleros distribuidos en cuadrillas de cada paso
(misterio, de Cristo y palio).
Al ser la población objeto
de estudio tan numerosa, el tantear a todos los individuos que la
componen se convierte en una labor harto complicada y casi imposible.
Para ello recurrimos a unas técnicas estadísticas
que reducen este número en otro menor, denominado muestra.
En ella se encuentran representados todos y cada uno de los individuos
de la población por lo que es posible extrapolar la información
recogida a toda la población. Para ello es necesario que
la muestra sea lo suficientemente amplia que permita validar los
resultados obtenidos con un error muestral pequeño y un nivel
de confianza alto. En nuestro caso la muestra ascendió a
1.400 sujetos, por lo que asumimos un error muestral del +2,39%
y un nivel de confianza del 95.5%.
El procedimiento de muestreo utilizado
ha sido polietápico con afijación proporcional, recurriendo
a dos tipos de muestreo: el muestreo aleatorio estratificado y el
muestreo aleatorio por conglomerados.
Con respecto a las técnicas de obtención de datos,
se realizó una extensa y concienzuda revisión bibliográfica
de la temática de los hábitos en general (físico-deportivos,
saludables, nocivos, etc) y de la figura del costalero en particular,
si bien es cierto que las pocas investigaciones sobre dicho personaje
de la Semana Santa son de tipo sociológico, médico
o fisioterapeutico.
Para la recogida de datos se diseñó
un cuestionario denominado “Estudio sobre el costalero sevillano”
que se pasó de manera autoadministrada en presencia de un
aplicador durante la Cuaresma de 2008, entre el 6 de febrero y el
9 de marzo de 2008, de Miércoles de Ceniza y Domingo de Pasión,
respectivamente. Para llevarlo a cabo los encuestadores se desplazaron
al lugar de ensayo de las distintas cuadrillas que participaron
en la investigación. Una vez allí, se presentaban
a los capataces y aguardaban la orden para pasar los cuestionarios
de manera autoadministrada con aplicación masiva. Una vez
cubierta la cuota prevista para ese día, Juan Gavala, responsable
de la investigación, era el encargado del control y el seguimiento
de las entrevistas que se habían realizado desechando los
cuestionarios incompletos y/o incongruentes.
Por último, respecto a las
técnicas de análisis de datos señalar que se
recogieron los datos en Excell y una vez depurados y tabulados se
procedió a su análisis estadístico a través
del paquete informático SPSS para Windows en su versión
16.0 el cual posibilita un análisis descriptivo, basado en
la distribución de frecuencias, y uno inferencial que intenta
establecer relaciones de asociación entre dos o más
variables
3. RESULTADOS
Con los resultados obtenidos podemos
hacernos una idea de cómo es el costalero sevillano, sin
perder de vista que estamos hablando de probabilidades y no describiendo
a una persona en concreto. En otras palabras, que el costalero que
a continuación describimos es el que reúne las características
más probables.
El costalero sevillano, a lo largo
de la Semana Santa, realiza una o dos estaciones de penitencia a
la Santa Iglesia Catedral, y lo suele hacer como costalero de hermandades
que, normalmente tienen su Templo relativamente cercano al Templo
Catedralicio (de corto recorrido), y que salen entre el Domingo
de Ramos y el Viernes Santo, sin incluir la Madrugá.
Con respecto a su edad, suele tener
entre veintiuno y treinta y cinco años, y empezó a
ser costalero, con el beneplácito de su entorno, cuando tenía
entre los dieciocho y los veinte años, por lo que lleva siendo
costalero entre seis y diez. Sale de costalero fundamentalmente
por devoción y por afición, por este orden, y no tiene
pensado retirarse por el momento, es más cree que será
costalero “hasta que el cuerpo aguante”.
En cuanto a su vida podemos decir,
que normalmente, suele tener estudios secundarios o superiores,
es empleado por cuenta ajena, su trabajo es más bien sedentario
y vive en Sevilla.
Por otro lado, sobre el esfuerzo físico
que realizan estos hombres hemos llegado a las siguientes conclusiones:
La carga que soporta el costalero
ronda los 35 kg, aunque este peso va a depender mucho del tamaño
del paso y del número de hombres que calza así como
de otras variables como la inclinación de la calle, el tiempo
que dure la estación de penitencia y/o de chicotá,
e incluso de los costaleros que lleve a su lado (su nivel de sacrifico,
experiencia, etc), lo que provocará que esta carga sea mayor
o menor. Sea como fuere, el 90% considera la estación de
penitencia un esfuerzo muy o bastante importante.
En relación al número
de relevos que tienen los costaleros, éste va íntimamente
ligado a la distancia del recorrido, aunque, la mayoría de
los costaleros sevillanos afirma tener mínimo cuatro, y la
mayoría afirma que sus relevos duran entre 45-60 min. y empiezan
a ensayar 2 meses antes de la Semana Santa y suelen asistir siempre
ya que si no puede perder su hueco en la cuadrilla.
Con respecto a la finalidad de los
ensayos, los costaleros observan dos finalidades primordiales: la
preparación física y mejorar el andar de los pasos,
a las que los capataces añaden la socialización: “volver
a verse las caras, conocer a los nuevos”.
En cuanto a la preparación
física, el 63,1% de los costaleros afirman hacer una preparación
física general para salir de costalero. Sin embargo, la gran
mayoría entienden por dicha “preparación física”
actividades como practicar deporte, andar o correr, por lo que más
que una preparación lo que podemos considerar es que realizan
una práctica deportiva habitual. Por tanto, sólo dos
de cada diez costaleros sevillanos (20,86%) realiza una preparación
que podemos considerar adecuada al esfuerzo que supone una estación
de penitencia (realizan actividades en el gimnasio o tablas de gimnasia
por su cuenta). Y decimos que “podemos considerar” ya
que no conocemos en qué consisten estas actividades.
Poco más de la mitad de los
costaleros afirman que realizan un calentamiento, y algo mayor es
el número de los que piensan que el calentamiento es muy
importante a la hora de preparar al cuerpo para el esfuerzo posterior
y prevenir lesiones. Dichas afirmaciones contrastan con la bibliografía
existente y nuestra propia observación, que nos demuestra
que, la cantidad de los que realmente llevan a cabo un calentamiento,
son una minoría.
Con respecto a la realización
de estiramientos tras el ensayo, siete de cada diez declaran no
realizar ninguno.
Además de estos resultados
hemos obtenido otros sobre los hábitos deportivos, alimenticios
y nocivos de los costaleros tanto durante la Semana Santa en particular
como durante todo el año en general, cuando son un ciudadano
anónimo.
4. CONCLUSIONES Y PROPUESTA DE ACTUACIÓN
Los diferentes estudios que existen
muestran que los ensayos no son una preparación física
para la estación de penitencia ya que no se corresponden
con ella ni en tiempo de esfuerzo (chicotás), ni en el de
descanso (“con el paso arriao”), ni en la carga, ni
en el número de levantás.
Por esto muchos autores han recomendado
la realización de un entrenamiento o preparación general
y planificada paralela a los ensayos que esté orientada a
aumentar su rendimiento bajo las trabajaderas disminuyendo la aparición
de la fatiga y las temidas lesiones, de modo, que los costaleros
puedan realizar un trabajo mayor, mejor y durante más tiempo.
Pero este entrenamiento no debe ser uno cualquiera, ya que como
señalan distintos autores “debe tener en cuenta las
características propias de la actividad costalera”
y, todos sabemos que en ningún gimnasio se realizan preparaciones
físicas que potencien la musculatura implicada en esta actividad
y de la manera que ésta es solicitada, por lo que se podría
minimizar aún más la cifra anterior.
Algunos autores han propuesto entrenamientos
más o menos desarrollados, pero que no han llegado a la población
interesada (los costaleros) por haberlo hecho en foros especializados
y no haber llevado una aplicación práctica.
Por otro lado, hemos comprobado en
nuestro estudio como sólo dos de cada diez costaleros de
Sevilla lleva a cabo un entrenamiento que le puede servir de preparación
para el trabajo que habrá de realizar durante la estación
de penitencia.
Por lo tanto…
PROPONEMOS:
La fundación de un CENTRO
DEL COSTALERO cuya labor sea aglutinar todas las investigaciones
que desde los distintos ámbitos de la ciencia tengan por
objeto esta figura de la Semana Santa
Y dentro del mismo, crear un Centro de Preparación Física
del Costalero cuyos objetivos serían:
Valorar el estado de salud del costalero.
Proponerle un entrenamiento adecuado a la tarea que va a realizar
y a sus propias características, así como indicaciones
multidisciplinares desde los ámbitos de las Ciencias del
Deporte (entrenamientos) de la Salud (consultas médicas,
tratamiento de posibles lesiones, dieta más adecuada)
Dotar de un espacio físico para posibilitar a estas
personas la realización de dicho entrenamiento que estará
supervisado por personal cualificado.
Sensibilizar a este colectivo de la importancia de la realización
de un pequeño calentamiento antes del esfuerzo así
como unos estiramientos después del mismo.
Este Centro de Preparación Física del Costalero
vendría a complementar la labor que viene realizando desde
hace varios años el Centro de Atención al Costalero,
ya que mientras que el primero se encargaría de la prevención
y de poner todos los medios para que no aparezcan las lesiones,
el segundo se encargaría de tratar a los costaleros que
han sufrido una lesión. De este modo conseguiremos cubrir
en hueco que lleva muchos años abierto y hacer bueno el
proverbio popular: “mejor prevenir que curar”.