SOLEMNE TRIDUO
EN HONOR DEL SANTO SEPULCRO DE ALHAURÍN EL GRANDE
Cofradía de la Santa Vera Cruz
Alhaurín el Grande, marzo 2010
El pasado 23 de marzo,
a eso de las 9.15, entraba en la Ermita del Convento y el corazón
se me sobrecogió, El Cristo Yacente al pie del altar presidía
la ermita. A sus pies ángeles, lo rodeaban la luz de las
velas rojas perfectamente combinadas con piñas de claveles
rojos como adorno floral.
El
coro casi susurrando empezó a sonar y comenzó la
Eucaristía de la primera noche del Triduo en su honor.
En la monición ambiental se nos anunciaba que siguiendo
con el importante trabajo de preparación espiritual
que se está haciendo en la cofradía durante la
Cuaresma, durante estos tres días íbamos a aprovechar
la ocasión que nos brinda la celebración de este
Triduo para profundizar en el sentido y la utilidad de los
tres ejercicios clásicos a los que nos invita la cuaresma:
el ayuno, la oración y la limosna.
Se nos explicó como con el tiempo, el ayuno como abstención
de comida ha cedido lugar al ayuno como símbolo y expresión
de una renuncia a todo aquello que nos impide realizar en nosotros
el proyecto de Dios. Naturalmente, sería más fácil
limitarnos a "cumplir" con el ayuno de alimentos. Pero
necesitamos descubrir esos "otros" ayunos como medio adecuado
para cambiar lo que más nos cuesta.
La Homilía del Padre José María fue muy emotiva,
nos leyó una carta, redactada en primera persona, de Jesucristo
a todos los allí presentes, no cupo duda de que era Dios
mismo quien hablaba y nos invitaba a vivir desde el amor.
Durante la comunión el coro cantaba: “…A Tu
lado mis fuerzas yo recobraré, si estoy cerca de Ti Señor
vibra mi ser. El Señor es Amor”. Parecía que
todo se hubiese programado para ir al mismo son, para invitar a
lo mismo.
Finalmente una hermosa oración ante los pies del Cristo
Yacente. Ante el Sepulcro te veneramos Señor:
Allí donde Tú, oh Señor Jesús
el inocente, fuiste acusado,
el justo, fuiste juzgado
el santo, fuiste condenado.
Tú, Hijo del Hombre,
fuiste torturado, crucificado y muerto,
Tú, Hijo de Dios,
fuiste vituperado, burlado, renegado,
Tú, el Rey, fuiste levantado en una Cruz,
Tú, la Vida, soportaste la muerte,
Y Tú, muerto, resucitaste a la Vida.
Sin duda una noche que tuvimos ocasión de disfrutar los
allí presentes y que nos abrió ganas de no perdernos
lo que queda. Como dijeron al principio, el ayuno tiene que ir
unido a la limosna, al gesto caritativo, que es también
una acción preferencial de la Cuaresma, según la
tradición cristiana y a la oración.. Esta noche y
mañana seguiremos reflexionando sobre limosna y oración.
Seguro que seguimos aprendiendo y disfrutando.