LA “HERMANDAD
DEL SEÑOR” DE PADUL UNA DE LAS
MÁS ANTIGUAS DE GRANADA Y PROVINCIA
Teresa Berdugo
Villena
Padul, abril 2011
Los
habitantes de Padul
tenemos la satisfacción
de haber recibido
de nuestros antepasados
una hermosa tradición
cofrade que data
de tiempos muy
antiguos, tan antiguos
como los que se
remontan al año
1579.
Esta tradición
cofrade supone
un legado, más
hermoso aún,
de la fe de nuestros
antepasados en
Jesús de
Nazaret que se
manifestó en
ese momento, con
la creación
de la venerable “HERMANDAD
DEL SSMO. SACRAMENTO
Y COFRADÍA
DEL STO. SEPULCRO
Y DEL SEÑOR
RESUCITADO DE PADUL”.
Fue, como hemos
dicho, en el año
de gracia de 1579
cuando Felipe II,
el Rey en cuyos
dominios no se
ponía el
sol, estaba al
frente de los destinos
de España.
Ocurrió entonces
que, en un pueblo
granadino del Valle
de Lecrín,
en Padul, comenzó a
brillar también
un pequeño
sol, cuya luz se
ha mantenido encendida
a lo largo de más
de cinco siglos
de Historia: Era
la luz de una Cofradía
naciente en la
que se venera a
Jesús muerto
y Resucitado, y
a Jesús
en el Sacramento
de la Eucaristía.
La diócesis
de Granada estaba
entonces regida,
por el Arzobispo
D. Juan Méndez
de Salvatierra,
que ratificó con
su firma la creación
de esta Hermandad;
desde entonces
hasta la fecha,
ha desempeñado
fielmente su cometido,
procesionando cada
año por
las calles de Padul,
(salvo en el período
de la 2ª República
en que se prohibieron
las Procesiones).
Al estar constituida
como Hermandad
Sacramental, Penitencial
y de Gloria, su
misión cofrade
es triple. De ahí su
fecunda aportación
de fe que se potencia
y alimenta en los
siguientes actos
de culto que realiza
como cumplimiento
de sus fines:
1. Dar culto
público
al SSmo. Sacramento
en la procesión
anual del Corpus
Christi, en la
que el Señor
Jesús pasea
su presencia viva
por el pueblo de
Padul, engalanadas
al efecto con altares
y enseñas
de devoción
y culto; una nutrida
comitiva de personas
lo acompaña
por las calles
cubiertas de
tomillo y de
romero.
2. La devoción
y culto a su Pasión
y Muerte, en estación
de penitencia
del Viernes Santo.
3. Y el culto
al Señor Resucitado,
que procesiona
radiante en la
clara mañana
del Domingo de
Pascua.
Pues bien, cada
Viernes Santo,
esta antigua Hermandad
rememora en la
Procesión
del Entierro de
Cristo junto con
otros Pasos, los
momentos más
significativos
de la Pasión
del Señor
representados en
un cortejo de imágenes,
obra de prestigiosos
autores, como Pablo
de Rojas, Navas
Parejo, Espinosa
Cuadros, y otros.
Son las que se
veneran en las
siguientes Hermandades
y Cofradías
devocionales de
Padul: Jesús
en la Oración
en el Huerto, Jesús
en la Flagelación,
Ntro. Padre Jesús
Nazareno, El Señor
de las Tres Caídas,
Cristo Crucificado,
Cristo Yacente,
llevado por “Cuatro
nazarenos”,
El Santo Sepulcro,
custodiado por “Soldados
Romanos”,
que junto con la “Verónica”, “La
Virgen” y
las “Tres
Marías”,
forman la Cofradía
de Los Pasos Vivientes;
Siguen las Hermandades
de La Virgen de
las Angustias,
la Hermandad de
San Juan, y La
Virgen de los Dolores
y, ; finalmente,
La Cruz con el
Santo Sudario,
cierra la Procesión.
Y así,
al atardecer de
cada Viernes Santo,
cuando el sol va
declinando en el
horizonte y la
noche va cayendo
silenciosa, envuelta
en el misterio
sacrosanto de la
Pasión de
un Dios que se
hizo hombre en
total solidaridad
con la especie
humana, los sones
graves y acompasados
de los Pasos, empiezan
a proclamar la
fe de un pueblo
en el Señor
Jesús y
en la Virgen Madre.
Caminan solemnes
y majestuosos,
acompañados
por los miembros
de su Hermandad.
Costaleros y Costaleras
llevan sobre sus
hombros el peso
de la imagen venerada.
Los hermanos cofrades,
los penitentes,
las camareras de
la Virgen, y tantos
otros fieles, avanzan
pausadamente al
son piadoso y lastimero
de las bandas de
música,
interrumpidas solo
de vez en cuando,
por el quejido
de una saeta que
rompe el aire y
detiene el tiempo,
para llegar al
corazón
de Jesús
doliente, y de
la Señora.
Es el mensaje de
una catequesis
viviente que los
Pasos van pregonando
con las voces del
silencio.
Estos Pasos procesionan
juntos en Padul
desde los primeros
años del
pasado siglo XX,
gracias al Párroco
D. Adrián
López Iriarte,
de feliz memoria.
El último
en incorporarse
fue El Señor
Caído en
1934. Entre ésta
y la más
antigua, La Hermandad
del Señor,
se encuentra el
hermoso y preciado
conjunto de las
Hermandades y Cofradías
anteriormente citadas;
todas y cada una
de ellas, veneradas
y queridas por
la generalidad
de los paduleños,
muchos de los cuales
tienen a gala el
pertenecer como
hermanos cofrades,
no sólo
a una, o a varias,
sino a la totalidad
de las mismas.
Por razones de
brevedad, señalaré solamente
las tres de mayor
antigüedad:
La Hermandad de
San Juan; de la
cual se dice en
el libro de Actas
del año
1684 que:
“En la Villa
del Padul, el primer
día del
mes de Enero de
mil seiscientos
ochenta y cuatro
años, se
juntó la
Hermandad del Señor
San Juan, a nombrar
mayordomo”.
Evidentemente,
la creación
de la Hermandad
es anterior a esa
fecha, lo cual
se confirma de
hecho, por la que
aparece grabada
en la corona del
Santo, el año
1620, en el que
la recibió como
donación.
La siguiente en
antigüedad
es la Hermandad
de Esclavitud y
Caridad de María
Ssma. de las Angustias,
fundada en once
de Mayo de mil
setecientos ochenta
y tres años;
(libro de Actas).
Y ya, a mediados
del siglo XIX se
crea La Hermandad
de Nuestra Señora
de los Dolores,
fundada el año
1854.
En la actualidad,
la Hermandad de
Ntro. Padre Jesús
de la Victoria
y Ntra. Sra. del
Valle (La Borriquilla),
de reciente incorporación,
procesiona el Domingo
de Ramos al inicio
de la Semana Santa
completando así,
los Pasos que conmemoran
la Pasión
del Señor.
Y esta es la historia
de aquella luz
que comenzó a
brillar en un pueblo
granadino en el
año de 1579;
luz que ha llegado
hasta nosotros
de la mano de nuestros
mayores, paso a
paso, generación
tras generación,
transmitiendo su
fe, como antorcha
radiante renovada
cada Semana Santa,
en un largo recorrido
de siglos.