Magnífica
tarde-noche de
Domingo de Ramos
la que pudimos
vivir el pasado
17 de abril en
el Barrio de
San Antonio en
Padul. La salida
de Nuestro Padre
Jesús
de la Victoria
congregó a
muchísima
gente en esta
zona del pueblo,
gente con muchas
ganas de que
diera comienzo,
por fin, esta
tardía
Semana Santa.
El
tiempo,
a pesar del
viento y
la baja temperatura
de la noche,
acompañó toda
la procesión.
Pocos minutos
después
de las 17:00
horas, daba
comienzo
la comitiva
encabezada
por la Cruz
Guía
y los faroles
de acompañamiento,
seguidos
en el cortejo
por nazarenos
portando
palmas, el
Senatus,
los niños
hebreos,
nazarenos
con cirio
y finalmente
el Guión
de la Hermandad
y los Ciriales,
que precedían
el paso de
Nuestro Padre
Jesús
de la Victoria
exornado
este año
con un
friso de
clavel
rojo y
centros
de lirios
en las
esquinas.
Ya
en este
año,
por fin,
pudimos por
fin ver la
imagen del
Señor
de la Victoria
junto a la
de San Juan
Evangelista,
cedida para
esta ocasión
por la Cofradía
de la Estrella
de la capital
granadina.
Ambas imágenes
lucían
esplendorosas
gracias a
la hermosa
vestimenta
que les había
proporcionado
Miguel, vestidor
oficial de
la Hermandad
de la Borriquilla,
el cual ya
había
vestido de
reina a Nuestra
Señora
del Valle,
en la mañana
del pasado
sábado
16 de abril.
Sobre
las 17:15
el
paso, mandado
por Francisco
Molina Muñoz,
salió desde
el tinglado
instalado
delante de
la casa de
hermandad
y la Agrupación
Musical Dulce
Nombre de
Jesús,
de Granada,
acompañó este
momento con
la interpretación
de la Marcha
Real, seguida
de las marchas
Virgen de
la Paz y
Cristo de
las Aguas,
mientras
el paso nos
ofrecía
chicotás
maravillosas.
Tras abandonar
este lugar,
la procesión
se dirigió por
la calle
Vergel hacia
la calle
San Sebastián.
Poco
antes de llegar
a la calle San
Sebastián,
una impresionante
petalá caía
sobre el paso de
Nuestro Padre Jesús
de la Victoria,
prolongándose
durante la interpretación
de la marcha Cristo
de las Aguas, repitiéndose
al encarar la cuesta
de la calle San
Sebastián,
donde de nuevo
volvieron a llenar
el aire paduleño
innumerables pétalos
de clavel y rosa.
Siguió la
procesión
encaminando sus
pasos por las calles
San Sebastián,
Doctor Rejón,
Real, Convento,
Mercado y Molino
hasta llegar a
la casa de hermandad
de la cofradía
de San Juan Evangelista,
en la calle San
Isidro, y desde
allí dirigirse
a la calle Horno,
donde a las puertas
de las casas de
hermandad de Nazareno
y Flagelación
nos ofrecieron
a todos un trabajo
costalero digno
de admiración
y que hizo aflorar
la emoción
en los presentes.
Tras este hermoso
momento, la hermandad
continuó su
caminar por las
calles Alcarceles,
Lavadero, Mariana
Pineda, D. José Garrido
y Real para prepararse
ya a ascender la
cuesta de la calle
Vergel y encarar
los últimos
momentos de su
estación
de penitencia.
Fue este un momento
en que los costaleros
ofrecieron lo mejor
de su trabajo para
disfrutar de estos últimos
momentos del Domingo
de Ramos, que unido
al magnífico
trabajo de la Agrupación
Musical, hizo que
viviéramos
un momento mágico
desde el inicio
de la calle Vergel
hasta la llegada
del paso a la casa
de hermandad donde,
una vez arriado
el paso, se procedió tanto
por parte del cuerpo
de costaleros y
capataces y por
todos los allí presentes
a ovacionar enormemente
a la Agrupación
del Dulce Nombre
por el magnífico
acompañamiento
realizado.
Desde estas líneas,
felicitar también
a toda la hermandad
por habernos regalado
un Domingo de Ramos
para el recuerdo.