Salvador Chaves
Fajardo
Padul, 11 de abril de 2015
Parece mentira,
pero la Semana Santa de este año 2015 ya ha
llegado a su fin. La espera fue larga, pero mereció la
pena esperar porque, sin lugar a dudas, la Semana
Santa que se nos acaba de marchar ha sido espléndida
en todos los sentidos: cofrade, meteorológico
y participativo.
El Domingo
de Ramos nos traía
el estreno más esperado, la primera fase de
la realización del nuevo paso de misterio de
la Hermandad de la Borriquilla. El día amaneció radiante
y así se mantuvo durante toda la jornada. Multitud
de personas se acercaron para poder disfrutar de la
Hermandad a lo largo de todo su recorrido. Majestuosa
la nueva impronta del paso del titular cristífero
de la Hermandad, ya que al nuevo paso hay que sumar
la restauración a la que ha sido sometida recientemente
la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Victoria
y que ha lucido de forma soberbia en la tarde-noche
de la primera jornada de la Semana de Pasión.
Y por supuesto sublime la presentación de Nuestra
Señora del Valle en su paso de palio. Resaltar
también el gran trabajo costalero de ambas cuadrillas
y, como anécdota, destacar que finalizada ya
la estación de penitencia, una persona que por
primera vez presenció a la Hermandad en la calle
tuvo a bien unirse a la nómina de hermanos
de la misma.
Pasaron los días y llegó otra cita importante en el Jueves Santo
paduleño. A las 11 de la noche se realizaba el Vía Crucis con la
imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El cortejo salió de la
Iglesia Parroquial para llevar a cabo el rezo de las catorce estaciones de la
vía dolorosa, algunas en distintas cruces que existen y otras en los
lugares en que se encontraban cruces ya desaparecidas, a lo largo de todo
el recorrido.
Y llegó el gran día por excelencia
de la Semana Santa paduleña, el Viernes Santo.
Bajo un sol de justicia, el tradicional ir y venir
de personas buscando las casas de hermandad y lugares
en que se arreglan los distintos pasos de la Procesión
del Entierro de Cristo nos daba muestras de que cada
vez iba quedando menos para el comienzo del Magno Entierro
de Padul. Además es de destacar el alto nivel
de participación que ha tenido en este año
la concentración infantil de pasos de Semana
Santa organizada por el Ayuntamiento y que nos da muestras
de que la cantera cofrade paduleña está asegurada.
Llegada ya la tarde, dieron comienzo las distintas
salidas de las cofradías y hermandades que,
a partir de las 20 horas, comenzaron su discurrir por
la Avenida de Andalucía, inicio de la carrera
oficial de la procesión del Entierro de Cristo.
Una tras otra, las distintas cofradías fueron
llenando de sabor cofrade y de fervor todas y cada
una de las calles por las que discurrió el cortejo,
formado por las cofradías de Nuestro Padre Jesús
en Oración en el Huerto de los Olivos, Nuestro
Padre Jesús de la Flagelación, Nuestro
Padre Jesús Nazareno (precedido por el paso
viviente de la Verónica), Cristo de las Tres
Caídas, Santísimo Cristo Crucificado,
Nuestra Señora de las Angustias, Cristo Yacente
y pasos vivientes (acompañados por la legión
de soldados romanos), Santo Sepulcro, San Juan Evangelista,
Nuestra Señora de los Dolores y Santo Sudario.
Resaltar que, en este año 2015 se cumple el
primer centenario de la Cofradía de Nuestro
Padre Jesús en Oración en el Huerto de
los Olivos, motivo por el que la Cofradía se
encuentra realizando distintas actividades y que esperemos
que, al igual que ocurrió en 2014 con la Cofradía
de la Flagelación, podamos disfrutar de este
magnífico misterio en una salida extraordinaria
con motivo de dicha efeméride.
Y
finalmente, llegó el Domingo de Resurrección con
la tradicional
Procesión de los “Júas”, en la que procesionaron por
las calles paduleñas las imágenes de Cristo Resucitado, San Juan
y la Virgen del Carmen. Antecedían a las imágenes las representaciones
de cada una de las hermandades y cofradías del pueblo, engrandeciendo
el desfile procesional glorioso de la Resurrección de Cristo. Y, como
no podía ser de otra forma, multitud de muñecos en representación
del apóstol traidor fueron colocados en las distintas calles para ser
derribados por la gente antes del discurrir del cortejo.
Esta ha sido, en resumen, la Semana Santa paduleña de este año
2015. Una Semana Santa brillante que nos deja en el recuerdo infinidad de buenos
momentos y grandes experiencias cofrades que guardaremos en lo más profundo
del corazón hasta ver qué nos depara la Semana Santa del próximo
2016.