Carmen Vallejo
Linares
Albuñuelas a 28 de octubre de 2015
El
pasado 17 de octubre tuvo lugar la salida extraordinaria
de la Santísima Imagen de Nuestro
Padre Jesús Nazareno con motivo de su trescientos
cumpleaños entre los vecinos de este pueblo.
Los días previos a este acto fueron de mucho trabajo y de muchos nervios,
queríamos que todo estuviese a punto; con la consabidas críticas
ya que se sacó a costal y era la primera vez en este pueblo que se hacía
algo así.
La salida fue impresionante, todo el mundo estaba expectante, conteniendo la
respiración pues la Imagen en el paso salía muy ajustada por la
puerta de la iglesia. Fue alucinante cuando salió por fin al son de la
marcha Real. Se meció unos instantes y empezó el cortejo a desfilar,
y las lágrimas a fluir de nuestros ojos. La Sagrada Imagen iba precedida
de las dalmáticas con sus ciriales.
Los sentidos estaban embotados de música, de olor
a incienso y cera, de expectación, de alegría
de ver a nuestro Nazareno en la calle.
Iba imponente, parecía que andaba solo; me vino a la mente cuando anduvo
sobre la mar, como si flotara, magistralmente. Llevado por un importante grupo
de costaleros que pusieron todo su empeño en que todo saliera bien.
El recorrido no se realizó entero por una nube indeseada que estropeó el
hechizo, pero ya de vuelta en la iglesia se desvanecieron las nubes y apareció una
Luna que coronaba la Imagen haciendo estremecer a quien la contemplábamos.
Recordando, en el recorrido de la procesión, he vuelto a ver esa fe en
la que hacía mención en mi pregón del día 3 de octubre,
una fe que sin duda supera con creces cualquier diferencia que pueda haber entre
vecinos, ¡ahí si que está el pueblo unido! Todos estamos
de acuerdo en venerar esta bendita Imagen.
Los sones de las marchas procesionales interpretadas por la banda de música
de Churriana de la Vega, todo era mágico.
Ya dentro de la iglesia, el abrazo de los hermanos y las lágrimas contenidas
de nuevo volvieron a nuestros ojos al contemplar a Nuestro Padre Jesús
en ese magnífico trono, y a nosotros con la satisfacción del
deber cumplido.
Después de esta salida extraordinaria hubo unos días de una intensa
lluvia como si Él hubiese visto la necesidad que tenían los campos
y los bendijo de esta manera.