LA HERMANDAD DE MISERICORDIA
Y PALMA PEREGRINÓ AL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA
DE FÁTIMA, EN PORTUGAL
José Ramón
Yébenes Canuto
Hermano Mayor
Valdepeñas, 4 de julio de 2017
El
pasado fin de semana, un grupo de 41 peregrinos de la Hermandad
del Stmo. Cristo de la Misericordia y María Stma.
de la Palma, Reina de los Mártires, junto con feligreses
de la Parroquia, emprendía el viaje hasta el santuario
de Ntra. Señora del Rosario, en Fátima (Portugal).
Un viaje que se iniciaba el viernes por la noche y que
tendría
su primera jornada dividida en dos partes. En primer lugar,
visitando la ciudad de Lisboa, capital de Portugal, donde
se pudo disfrutar de la ciudad, visitando sus lugares más
emblemáticos.
Tras la comida, el grupo llegaba a Aljustrel, pueblo natal
de los niños pastores Jacinta y Francisco, recién
canonizados como santos por la Iglesia, y de Sor Lucía.
Allí, el grupo de peregrinos visitó las casas
natales de los tres niños pastores, así como
los lugares de las apariciones del ángel de Portugal
en el año 1916.
A media tarde, el grupo llegaba al pueblo de Fátima
para alojarse en un hotel situado junto a la Basílica
de Ntra. Señora. Participando, a continuación,
en la misa en habla hispana que se celebró en la Capilla
de las Apariciones de la Virgen. Una celebración que
fue concelebrada por el Consiliario de la Hermandad, D. Emilio
Jesús Montes Romero.
Tras un receso para la cena, comenzaba a las 21:30 h.,
el Rosario nocturno en la Capelinha de las apariciones,
rezado
en varios idiomas y que concluía con la procesión
de la Virgen por la explanada del santuario, siendo este
uno de los momentos más emotivos de la Peregrinación.
En la jornada del domingo, el grupo de peregrinos también
participó en la Misa Internacional concelebrada por
más de un centenar de sacerdotes en la explanada exterior
del Santuario, visitándose también otros lugares
emblemáticos como la Basílica de la Stma. Trinidad,
el Santuario de Ntra. Sra. del Rosario, la capilla de adoración
del Santísimo, etc.
Tras la comida del mediodía, el grupo se despedía
de la Virgen rezando el Ángelus y emprendiendo el
viaje de vuelta a Valdepeñas.