El comunicado dice literalmente: “Todo estaba listo para el cierre de las fiestas de Calahonda en honor a la Virgen del Carmen y San Joaquín, un cierre que contaba con plan de seguridad desde el pasado mes de enero. Pero la empresa Pirotecnia Esteban Martín, iniciaba una serie de cambios hace apenas un mes, en los que tras la autorización pertinente de cambios, el espectáculo pirotécnico, cambiaba su ubicación de la tierra al mar y se realizaría desde cuatro plataformas”.

Así mismo insiste: “Por motivos que la presidenta de la entidad local de Carchuna-Calahonda y la misma Comisión de Fiestas desconocen, la empresa ha decidido a última hora de esta noche, un nuevo cambio de ubicación hacia la arena de la playa, que no ha podido realizarse por no contar con los correspondientes permisos, antes este cambio de ubicación, ni estar delimitado el perímetro de seguridad, por lo que finalmente ha tenido, que realizarse desde el mar”.

Los miles de espectadores que aguardaban el que viene siendo, año tras año, una espectacular exhibición pirotécnica se quedaron, al principio, sorprendidos por la tardanza en el inicio del espectáculo, para después pasar a la más completa decepción cuando solo unas cuantas carcasas llenaron de luz el cielo nocturno caleño antes de darlo por terminado de forma repentina.

Buena parte del público asistente silbó, abucheó y se quedó perplejo ante lo sucedido y sin que nadie, aunque hubiese sido mediante la megafonía de la caseta sita en el paseo, emitiese comunicado alguno o pidiese disculpas por lo ocurrido, ya que algunos, muchos sería mejor decir, llevaban horas aguardando la procesión y el espectáculo pirotécnico que le brinda el broche de oro.