El
Capataz en la Semana Santa
Este
es el título de la primera charla coloquio, de la serie
de estas organizada por la Asociación de Cofradías
de El Padul y que se celebrarán en la casa de Hermandad
del Stmo. Cristo Crucificado.
Ante
representantes de varias hermandades y cofradías paduleñas,
entre las que pueden mencionarse Santo Sudario, San Juan, Nazareno,
Flagelación y Crucificado, el Secretario de la Asociciación
de Cofradías de El Padul y los micrófonos de Radio
Padul, los capataces del Nazareno, Manuel Pérez, y de la
Flagelación, Lázaro Martín, expusieron su
parecer de la labor del capataz ante la Semana Santa.
Salieron
a colación la evolución que ha tenido la forma de
entender el cometido del capataz desde aquellos tiempos en que
un grupo de jóvenes y no tan jóvenes, entre los
que tuve el privilegio de encontrarme, comenzamos aquello que
muy pocos llegaron a comprender en su día y algunos aún,
por desgracia, no llegan a comprender. Me estoy refiriendo a la
primera cuadrilla de costaleros, la cuadrilla del Nazareno.
José
Parejo, el que fue el primer capataz de costaleros de El Padul,
ha sido valorado y alabado en la medida de haber sido el primero
que se atrevió a guiar un paso de costaleros en la Semana
Santa Paduleña. Muchos lo criticaron, pero el tiempo ha
venido a dar la razón a el y al puñado de “locos”
que en aquellos momentos creíamos estar haciendo lo que
se debía y de paso haciendo historia.
Se
ha hecho referencia por parte de los conferenciantes a la importancia
de unos ensayos bien planificados y ejecutados como medio de asegurar
el resultado final, la culminación de la labor de todo
un año, sacar el trono sobre el que va la imagen del titular
de su hermandad.
Con
la intervención de los asistentes y sus preguntas o comentarios
se han sacado a la luz temas como el presunto protagonismo de
los capataces en la Semana Santa Paduleña, tema este resuelto
brillantemente por los conferenciantes, los cuales han expuesto
su punto de vista por el cual el capataz como tal sola y exclusivamente
está o debe estar concentrado en que el trabajo que desarrolla
su cuadrilla sea el mejor posible en cada momento, independientemente
del lugar en que se encuentren o de la presencia de público
o cámaras en el lugar en que estén. Es la suya una
labor callada que debe estar desprovista de aspavientos y gestos
o formas de comportamiento que no son propias de la celebración
en la que están inmersos. Ambos capataces y conferenciantes
coincidieron, por propia experiencia, en resaltar que han llegado
incluso a estar tan absortos y concentrado en aquello que hace
que no se han llegado a percatar de la presencia de algún
amigo o familiar que les ha saludado.
Se
ha hablado de la necesidad de haber sido costalero antes que capataz
ya que difícilmente se puede valorar el sentimiento de
ana cuadrilla de costaleros si antes no se ha formado parte de
ella.
Se ha insistido en la tendencia actual de hacer que los pasos
cada vez se muevan con mayor suavidad y elegancia, que está
siendo la tónica general dentro del mundo costalero al
cual no podemos ser ajenos.
F.
Molina
|