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La mujer como capataz

Magdalena Redondo Arias ha sido la ponente que ha desarrollado el tema que bajo el título “La mujer como capataz” es la quinta charla coloquio de las organizadas por la Asociación de Cofradías de El Padul.

Magdalena es la capataz del paso de la Virgen de los Dolores de El Padul y junto a la del paso de la Virgen de las Angustias son las dos mujeres que ejercen cada Viernes Santo su función como guía de sus respectivos pasos en la procesión de Entierro de Cristo de El Padul.

Ha expuesto la ponente su visión del papel de la mujer como capataz en la Semana Santa y ha hecho especial hincapié en el hecho de que sea en El Padul donde quizá esté mejor incorporada la mujer en el mundillo cofrade, hasta el extremo de existir una cofradía como la de la Virgen de los Dolores, de la que ella es capataz, que únicamente está constituida por mujeres, incluso su Junta de Gobierno. Dice Magdalena desconocer si en algún otro lugar existe algún otro caso como el expuesto.

Expone en su amena charla cuales considera deben ser las bases por las que se habrá de regir cualquier capataz que se precie, entre ellas está el mantener el orden, el respeto mutuo y las ganas de hacer su labor lo mejor posible en el seno de la cuadrilla que dirige.

No se deben olvidar otros aspectos como el mantener el control sobre cualquier incidencia que se de entre la cuadrilla, como pudiese ser el que alguien coja más peso del normal, que la postura bajo el paso sea la correcta para evitar lesiones, enseñar a los nuevos componentes de la cuadrilla todo aquello que les facilite sus comienzos (forma de levantar y arriar, como fajarse, postura correcta de le espalda, etc.).

No olvida Magdalena sus comienzos, hace ya algunos años, cuando fue una de las pioneras en meterse debajo de un paso. Tenía ya cuatro hijos y no fue poca la gente que la tachó de loca por hacer aquello, pero ella, fiel a su idea de que hacía lo correcto continuó adelante.

Más tarde, cuando Manuel, el anterior capataz, debió dejar este paso para dedicarse pro entero al de la cofradía a la que pertenecía, se encontró con el reto de convertirse e la capataz de “Los Dolores”. No obstante contó con el apoyo de la cuadrilla, por lo que, a pesar del mal trago que suponía salir del anonimato de la cuadrilla a ser la voz y los ojos que dirigirían el paso el Viernes Santo, acometió esta nueva etapa de su vida con todo el entusiasmo de que fue capaz.

Hoy anima a las mujeres, coincidiendo con la celebración del día de la mujer trabajadora, a que se impliquen más aún en el mundo cofrade y que no tengan miedo de asumir aquellas tareas tradicionalmente reservadas a los hombres.

F. Molina

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Magdalena Redondo Arias

Público asistente a la charla coloquio

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