Las
mujeres en el mundo de las cofradías
Este
ha sido el título de la charla coloquio de esta semana,
patrocinada por la Asociación de Cofradías de El
Padul.
Dos
mujeres cuya trayectoria en el mundo de las cofradías está
más que contrastada y que además han sido pregoneras
de la Semana Santa Paduleña en los años 1995 y 1999,
han sido las encargadas de disertar sobre el tema tratado. Nos
referimos, claro está, a María Pérez Ferrer
y Aurora Arias Ortega.
Comenzó
su disertación María Pérez haciendo una retrospectiva
sobre el papel de la mujer desde la antigüedad, haciendo
hincapié en que, salvo raras excepciones, la mujer siempre
se ha visto relegada a un segundo plano en un mundo en el que
el hombre ha sido dueño y señor de la creación.
Al
llegar en su exposición a la era de Jesús hace notar
la revolución que se dio, aunque fuese en principio algo
a nivel local. Jesús trataba de igual a igual a hombre
y mujeres y no merecía a uno desmereciendo a otro. Este
fue uno de los principales valores que introdujo en sus enseñanzas.
Mas
tarde recaló la conferenciante en los primeros tiempos
de la iglesia y en el hecho de que durante los tres primeros siglos
de existencia de esta hombre y mujeres gozaron de idéntico
estatus, compartiendo las tareas de la predicación y la
eucaristía. Solo después de estos primeros tiempos
la iglesia católica fue derivando hacia donde ahora nos
encontramos y, tras una época de oscuridad y relegación
del papel de la mujer en su seno, vuelve a verse un atisbo de
apertura y de adaptación de los estamentos eclesiásticos
a los tiempos y la sociedad que vivimos.
Tomó
la palabra Aurora Arias comenzando allí donde había
concluido su argumentación María Pérez, es
decir en el momento en que las autoridades eclesiásticas
deciden abrir el mundo de las cofradías a la entrada de
mujeres.
Fueron
tiempos difíciles y que, aunque nos parezca que fue hace
muchos años, ocurrieron a la vuelta de la esquina. Las
cofradías y hermandades de más abolengo, entre las
que se encontraban algunas de las más emblemáticas
de Sevilla, se negaron en principio a admitir entre sus filas
a las mujeres.
Solo
el esfuerzo y el tesón de muchas mujeres, en una labor
de hormiguita, poco ha poco, pasito a pasito, ha conseguido ir
haciendo mella en las murallas que para su incorporación
al mundo cofrade se habían encontrado.
Prosigue
Aurora haciendo referencia al altísimo grado de integración
de la mujer en las cofradías y hermandades de El Padul,
en el que desde hace muchos años vienen formando parte
de Juntas de Gobierno, salen en la procesión del Viernes
Santo como penitentes además de mantillas, son costaleras
en cuadrillas de mujeres y desde hace tres años cinco mujeres
forman parte de la primera cuadrilla mixta de El Padul, la cuadrilla
de “La flagelación. Se plantea en este punto si no
supone lo expuesto un ejemplo a seguir por tantas cofradías
y miembros de Juntas de Gobierno reaccionarios.
También
se señala por ambas oradoras el papel que desempeñan
las mujeres como sostén de las propias cofradías.
Nos referimos a la enorme labor de intendencia que llevan a cavo:
reparación y limpieza de los hábitos de penitente,
limpieza y ornamentación de pasos, comidas, mantenimiento
de los enseres de las cofradías, etc., es decir todo aquello
que si se dejara de hacer por las mujeres, en su callada labor,
llevaría a la desaparición o al menos al empobrecimiento
de la Semana Santa.
F.
Molina
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