Coronación
Canónica de Nuestra Señora de la Palma (Sevilla)
Andrés Rejón Sánchez
Padul, 2005
Fotos: A. Rejón
El pasado sábado día 9
de octubre, tuvo lugar en la catedral hispalense la coronación
canónica de Nuestra Señora de la Palma, titular
de la hermandad del Buen Fin.
La celebración se inicio a las
doce del mediodía, oficiada por el Cardenal Arzobispo fray
Carlos Amigo Vallejo, el cual realizó la coronación
en un impresionante altar montado para la ocasión.
Fue a las ocho de la tarde cuando la
señora del Miércoles Santo se puso en la calle,
bajo su paso de palio ornamentado para la ocasión con nardos
y flor del pato cuyo resultado fue un conjunto bellísimo.
El cortejo se abría con la banda
de cornetas y tambores de la Centuria Macarena, que deleitaron
con su estilo musical. Tras ellos, se alzaba la cruz guía
de la hermandad acompañada por dos faroles, a la que seguían
un nutrido grupo de hermanos portando cera. La representación
de las distintas hermandades se dejo ver en el cortejo siendo
mas de una veintena las que acompañaban a la hermandad
con su guión corporativo. El paso de palio se detuvo en
el ayuntamiento, donde se le regalaron varios ramos de flores,
hecho este, ya tradicional al paso de las distintas corporaciones
que extraordinariamente realizan una salida procesional.
En su lento caminar, la hermandad paso
por calle Velásquez o Campana, en donde bajo los sones
de Caridad del Guadalquivir, interpretada magistralmente por la
banda de Ntra. Sra. de las Nieves de Olivares, la cuadrilla de
costaleros llevo la emoción a tal señalada plaza.
La apoteosis llego en la plaza de san
Lorenzo, en donde se apagaron las luces de la plaza y calles adyacentes
para contemplar con mayor realce las fachadas del Gran Poder y
el paso de palio con la candelería completamente encendida.
El suelo de la plaza se engalanó con pétalos de
flores, simulando dibujos artísticos por donde la Señora
de la Palma iba caminando hacia la iglesia del Señor de
Sevilla bajo los sones de la madruga. La hermandad se introdujo
en dicha iglesia, para salir poco después y entrar de nuevo
en la cercana iglesia de San Lorenzo.
Una vez realizada estas dos visitas,
la hermandad prosiguió su camino hasta la cercana capilla
de San Antonio de Papua, a donde llego pasadas las tres de la
madrugada.