Celebración
del Corpus Christi en Granada
Aunque resulte manido o repetitivo,
en esta ocasión si que hay que decirlo, este año
el día del Corpus Christi ha sido uno de los tres famosos
jueves del año que por tradición brillan más
que el sol.
Un sol de justicia, como traído desde los
mejores días de la canícula veraniega a esta cálida
primavera, ha alumbrado y caldeado el recorrido de la procesión
granadina del Santísimo Sacramento por algunas de sus calles
más emblemáticas.
Con buen criterio se han vuelto a instalar los
clásicos toldos en el recorrido, tras un periodo de más
de veinte años durante el que habían estado ausentes,
dando algo de sombra a la multitud de fieles y curiosos que, como
cada año, se han dado cita en el recorrido procesional.
Cuarenta costaleros, a las órdenes de su
capataz José Carvajal, ayudado en su labor por José
Ibáñez, portaron con buen hacer y el mimo que se
merece, durante los aproximadamente ochenta minutos que duró
la procesión, el magnífico altar que es la extraordinaria
obra de orfebrería, plata y oro que enmarca el viril con
el Santísimo Sacramento.
Azucenas y clavel blanco en el paso, complementados
con unas exquisitamente adornadas con rosas del mismo color constituyeron
el exorno floral de este año.
Antes de la procesión se había celebrado
la eucaristía, presidida por el arzobispo, monseñor
Martínez Fernández, concelebrada por cuarenta y
ocho sacerdotes.
La Pública de las Fiestas del Corpus, compuesta
por la Tarasca, gigantes, cabezudos y la representación
cívica en la que estarán presentes los emblemas
históricos de la ciudad, portados por los ministriles y
palafreneros, iniciaron el cortejo a eso de las once de la mañana.
Eran las once y media aproximadamente cuando por
las puertas principales de la Catedral abiertas aparecían
los ciriales y la cruz del templo principal. Los niños,
con sus trajes de primera comunión, fueron los siguientes,
según el orden establecido. Posteriormente las hermandades
de gloria, de penitencia y sacramentales pasaron a formar parte
del la procesión con la presencia de los institutos religiosos.
Seminaristas y clero secular de la diócesis de Granada,
con alba y estola blanca, en representación de las distintas
parroquias granadinas ocuparon su lugar en las filas, seguidos
por el coro de la Catedral y los miembros del cabildo metropolitano.
Tras ellos la custodia.
También ocuparon su lugar las distintas
instituciones presentes en la capital granadina. Diputación
Provincial, Real Maestranza, Hermandad Sacramental del Sagrario,
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Comandancia
Militar de Granada y la Corporación Municipal.
F. Molina
Padul Cofrade
|