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Crónica de la Semana Santa de Granada 2003

Dieciséis de treinta y dos. De esta forma podemos resumir la pasada semana Santa en la ciudad de Granada. Fueron tan solo la mitad de las hermandades de penitencia las que pudieron realizar con total normalidad su estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana y su correspondiente recorrido por la Carrera Oficial y calles de regreso.

Tristes días para la mayoría de los cofrades granadinos que esperaban un año mas con ilusión la salida a sus calles de los distintos cortejos nazarenos, poniendo en la calle a sus titulares, pasos y enseres que con tanto esfuerzo se querían estrenar en esta Semana Santa de 2003.

Y es que desde el viernes de Dolores el tiempo andaba revuelto, con una gran inestabilidad que producía lluvias pero que en poco tiempo se despejaba y dejaba ver el sol y las estrellas. Por esto y por las diversas predicciones que desde muchos lugares se nos ofrecían hacia que en lo más intimo de los cofrades se pensara en lo que finalmente ocurrió.

No obstante, el Domingo de Ramos amaneció de forma brillante, lleno de Sol y sin una sola nube, hecho este que llenó de alegría a todos los hermanos de las cofradías que harían estación de penitencia esa misma tarde.

A las 16:30 h. y tras la tradicional llamada a las puertas por parte de la hermandad de Santa María de la Alhambra Coronada, se abría la presente Semana de Pasión, comenzando la cruz guía de la Hermandad de la Entrada de Jesús en Jerusalén a salir de la Iglesia del Perpetuo Socorro. A esta hora, el sol lucia con toda su intensidad y nada hacia presagiar lo que a continuación ocurriría. Las siguientes hermandades comenzaron a salir con total normalidad hasta que algo comenzó a cambiar. En tan solo 15 minutos el tiempo comenzó a cambiar radicalmente y el cielo se cubrió totalmente de nubes. Fue entonces cuando la hermandad de las Maravillas decidió suspender su salida y ordenó que su paso de misterio, que ya se encontrará en la calle, volviera con urgencia hacia el templo. Posteriormente, la lluvia hizo acto de presencia sorprendiendo al resto de hermandades en la calle por lo que rápidamente volvieron a paso “mudá” a sus respectivas sedes canónicas, mientras que la hermandad de la burriquilla se resguardó en las naves de la Catedral.

Se iniciaba así una semana gris ya que el Lunes Santo se vio completamente alterado por las predicciones meteorológicas que afirmaban que la lluvia estaría presente en Granada. Sin embargo, la lluvia no hizo acto de presencia en todo el día y tan solo pudo hacer su estación de penitencia la Hermandad de los Dolores ya que las demás corporaciones decidieron no realizar su estación de penitencia ante el inminente peligro de lluvia que se les afirmaba.

La normalidad no llegó hasta el Miércoles Santo, día en el que pudieron hacer su Estación de Penitencia las cinco hermandades que procesionan en dicho día. Igualmente, el Jueves Santo se presentó como uno de esos jueves que lucen mas que el Sol y al contrario de lo que ocurriera el año pasado, las 5 hermandades pudieron realizar su salida con total normalidad y deleitar al publico que se agolpaba en las aceras, especialmente en el barrio del Albaycín.

En cambio, el Viernes Santo volvió a nublarse y aunque las nubes no presagiaban agua, era inevitable que los hermanos no mirasen hacia el cielo para preocuparse por el desenlace de las salidas penitenciales de dicho día. Las hermandades salieron, pero una vez más, la lluvia hizo acto de presencia y los cortejos de las distintas cofradías se vieron alterados.

Igualmente ocurrió el Sábado, día que se mostraba peligroso ate las posibles tormentas. Este hecho hizo que la cofradía de Santa María de la Alhambra Coronada, que este año hacia su salida desde la céntrica iglesia del Sagrario, retrasará su horario de salida para conocer mejor las predicciones meteorológicas.

Con las mismas predicciones meteorológicas amaneció el Domingo de Resurrección aunque con el paso del día, el cielo se fue abriendo y las posibilidades de lluvia eran menores. Aun así, las dos cofradías que ese día realizaban su Estación de Gloria, decidieron no hacer la salida hasta la Santa Iglesia Catedral Metropolitana. Quien si se presento en la Catedral por segundo año consecutivo fue la querida imagen del Dulce Nombre, mas conocida como los “facundillos”, que fue derrochando por las calles de la ciudad y a los sones de las tradicionales campanillas de barro, todo un movimiento de felicidad y algarabía ante el anuncio de la Resurrección de nuestro Señor.

Con este “triste” Domingo de Resurrección se cerró esta Semana Santa atípica que se nos presentó en el 2003, pero que con la misma ilusión y ganas se afrontó, a pesar de que fueron el 50% de las hermandades las que no pudieron hacer su Estación de Penitencia.

Andrés Rejón
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