A la espera de un artículo
y documentación prometidos por el Mayordomo Mayor de la
Virgen del Carmen de Calahonda, sirvan mis palabras para presentarles
las instantáneas que pude captar con mi cámara el
pasado día cinco.
La granadina y costera localidad de
Calahonda nos recibió, como a cada uno de sus visitantes,
con los brazos abiertos. Éramos unos cuantos entre la verdadera
marea humana, miles de almas, que cada primer domingo de agosto
se congrega en torno a los Santos Patronos de Calahonda, La Virgen
del Carmen y San Joaquín.
Ya oscurecido salieron los Santos Patronos
de su ermita para ser embarcados en el tradicional paseo por la
orilla, desde el “Tajo” al “Farillo”.
Un coro rociero esperaba frente a la puerta y, tras la interpretación
del himno nacional por la banda de música, comenzó
a cantarle a la virgen un ramillete de composiciones, aplaudidas
por la multitud congregada.
Después una breve chicotá
hasta la playa y allí directamente a las braquillas que
esperaban en la orilla, iluminadas con bombillas y adornadas con
flores y ramas de palma y, entre los embarcados, allí estaba
el párroco de la localidad, como uno más de los
hombres de la mar que festejaban a su patrona.
Las barcas recorrieron la orilla de
la mar, como les gusta a sus hombres llamar a eso que los turista
llamamos el mar o la playa. Tas las imágenes algunas embarcaciones
depositaban sobre el agua bengalas y fuegos de artificio, acompañados
por los cohetes que los pirotécnicos hacían subir
desde la arena.
A la vuelta de los patronos dio comienzo
un auténtico espectáculo de luz, sonido y olor a
pólvora. Carcasas, cohetes y cajas chinas llenaban el aire
de la noche de infinidad de destellos luminosos de mil formas
y colores distintos, todo sobre un cielo en el que los rayos de
una inminente tormenta se dejaban ver rivalizando con la obra
de los pirotécnicos. Debo decir que, a pesar de mi edad,
me quedé absorto y casi con la boca abierta, con la clásica
expresión de “AAAHHHH” cuando los cohetes y
carcasas hacían explosión dejando ver su colorido
contenido.
En mi opinión y en la de los
que me acompañaban en esta ocasión debo decir que
el espectáculo de fuegos artificiales fue espléndido.
Esperamos que la colaboración
prometida llegue pronto a nuestra redacción.