El Origen
del "Halloween"
Breve
repaso hitórico sobre los orígenes de esta popular
festividad que de un tiempo a esta parte se extiende por todo
el mundo.
El principio celta y cómo llegó a relacionarse
con la festividad de Todos los Santos.
El origen celta
El
halloween tiene un origen pagano. Esta celebración se le
atribuye a los celtas, y se llamaba originalmente "Samhain",
que entre otras cosas, tenía como objetivo dar culto a
los muertos. La invasión de los romanos (46 a.C.) a las
Islas Británicas dio como resultado la mezcla de la cultura
Celta con los usos y costumbres de la Europa continental . El
Druidismo fue disminuyendo paulatinamente con la evangelización,
y terminó por desparecer en la mayoría de las comunidades
celtas a finales del siglo II.
Sobre
la religión de los druidas no sabemos gran cosa, pues no
escribieron sobre ella, transmitiendo sus conocimientos, usos
y costumbres en forma oral de de generación a generación.
Sin embargo, se sabe que las festividades de Samhain se celebraban
muy posiblemente entre el 5 y el 7 de noviembre (a mitad del equinoccio
de verano y el solsticio de invierno) con una serie de festividades
que duraban una semana, finalizando con la fiesta de "los
muertos" y con ello se iniciaba el año Celta.
La
festividad cristiana
Desde
el siglo IV la iglesia de Siria consagraba un día a festejar
a "Todos los mártires". Tres siglos más
tarde, el Papa Bonifacio IV (+615) transformó un templo
romano dedicado a todos los dioses (pantheón) en un templo
cristiano dedicándolo a "Todos los Santos". La
fiesta en honor de Todos los Santos se celebraba inicialmente
el 13 de mayo; fu el Papa Gregorio III (+741) quien la cambió
al 1° de noviembre, que era el día de la "Dedicación"
de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San
Pedro en Roma.
Más
tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó
que la fiesta de "Todos los Santos" se celebraran universalmente.
Como fiesta mayor, tuvo su celebración vespertina en la
"vigilia" para preparar la fiesta (31 de octubre). Este
vigilia o tarde del día anterior a la fiesta de todos los
Santos, dentro de la cultura inglesa se llamó "All
Hallow"s Even" (Vigilia de todos los Santos). Con el
tiempo su pronunciación fue cambiando primero a "All-Hallowed
Ev" y posteriormente a "All Hallow Een" para terminar
con la palabra que hoy conocemos "halloween".
Por
otra parte, ya desde el año 998, San Odilón, abad
del monasterio de Cluny (en el sur de Francia) había añadido
la celebración del 2 de noviembre, como una fiesta para
orar por las almas de los fieles que habían fallecido,
por lo que fue llamada fiesta de los "Fieles Difuntos",
la cual se difundían en Francia y luego en nuestros días.
Pero
el halloween tiene de cristiano solamente un nombre deformado,
pues la esencia de la fiesta de Todos los Santos y de los Fieles
Difuntos es totalmente distinta a las costumbres anglosajonas,
como veremos más adelante.
Disfraces y Costumbres
Disfrazarse y solicitar dulces a cambio de no hacer daño:
el mal disfrazado de "diversión".
Los Disfraces
Europa
sufrió durante un largo período de tiempo la plaga
bubónica o "peste bubónica" (también
conocida como la "muerte negra") la cual aniquiló
a casi la mitad de la población. Esto creó un gran
temor a la muerte y una enorme preocupación por ésta.
Se multiplicaron las misas en la fiesta de los Fieles Difuntos
y nacieron muchas representaciones satíricas que le recordaban
a la gente su propia mortalidad.
Estas
representaciones eran conocidas como la Danza de la Muerte. Dado
el espíritu burlesco de los franceses, en la víspera
de la fiesta de los Fieles Difuntos, se adornaban los muros de
los cementerios con imágenes en las que se representaba
al diablo guiando una cadena de gente: Papas, reyes, damas, caballeros,
monjes, campesinos, leprosos, etc., y los conducía hacia
la tumba. Estas representaciones eran hechas también a
base de cuadros plásticos, con gente disfrazada de personalidades
famosas y en distintas etapas de la vida, incluida la muerte a
la que todos debían de llegar.
De
estas representaciones con disfraces, se fue estableciendo la
costumbre de caracterizarse durante estas fechas.
Obsequio
o Truco
La
tradición del "obsequio o truco" (Trick or Treat)
tiene su origen en la persecución que hicieron los protestantes
en Inglaterra (1500-1700) contra los católicos. En este
período, los católicos no tenían derechos
legales. No podían ejercer ningún puesto público
y eran acosados con multas, impuestos elevados y hasta cárcel.
El celebrar misa era una ofensa capital y cientos de sacerdotes
fueron martirizados.
Un incidente producto de esta persecución y de la defensa
del catolicismo fue el intento de asesinar al rey protestante
Jaime I junto con su utilizando pólvora de cañón.
Era un levantamiento católico contra los opresores. Sin
embargo el "Gunpowder Plot" fue descubierto cuando el
que cuidaba la pólvora fue capturado y tras hacerle confesar
terminó en la horca. Esto muy pronto se convirtió
en una gran celebración en Inglaterra (incluso hasta nuestros
días). Muchas bandas de protestantes, ocultos con máscaras,
celebraban esta fecha (los primeros días de noviembre)
visitando a los católicos de la localidad y exigiéndoles
cerveza y comida para su celebración amenazándolos.
Con el tiempo, llegó a las colonias de Norteamérica
esta tradición que se fue uniendo al halloween.
Podemos
entonces darnos cuenta de que el halloween también conforma
una combinación de tradiciones, particularmente negativas,
que los inmigrantes llevaron a los Estados Unidos; tradiciones
que fueron atenuándose poco a poco en Europa pero que se
preservaron por la cultura anglosajona establecida en América.
Implicaciones
¿Estamos concientes de todo lo que está envuelto
en esta costumbre?
La fiesta de los Druidas originó no solamente parte de
lo que hoy conocemos como halloween. Muchos grupos "neo paganos",
satanistas y ocultistas han tomado el 31 de octubre como la fecha
más importante de su calendario.
El
originario "Samhain" es llamado hoy día el "Festival
de la muerte" y es reconocido por todos los satanistas, ocultistas
y adoradores del diablo como víspera del año nuevo
para la brujería.
Anton
LaVey, autor de "La Biblia Satánica" y sumo sacerdote
de la iglesia de satanás, dice que el día más
importante para los seguidores del maligno es el de halloween.
LaVey dice que en esta noche los poderes satánicos ocultos
y de brujería están a su nivel de potencia más
alto, y que cualquier brujo u ocultista que haya tenido dificultad
con un hechizo o maldición, normalmente puede tener éxito
el 31 de octubre, porque Satanás y sus poderes están
en su punto más fuerte esta noche. Estos seguidores del
príncipe de la mentira aseguran que durante la noche de
halloween, los ángeles caídos así como toda
clase de espíritus malignos recorren el mundo entero.
Por
otra parte el 31 de octubre, de acuerdo con la enciclopedia "World
Book", el halloween es la víspera del año nuevo
para la brujería y dice que es el principio de todo lo
que es "frío, oscuro y muerto".
El
halloween está directamente ligado al ocultismo. Es un
hecho registrado y documentado que en la noche del 31 de octubre
en Irlanda, Estados Unidos y muchos países de Hispanoamérica
se realizan misas negras, cultos espiritistas y otras reuniones
relacionados con el mal y el ocultismo.
Ante
un análisis superficial, es evidente la connotación
negativa de las imágenes con que se "adornan"
tarjetas, afiches, pegatinas así como disfraces y toda
la parafernalia que rodea al halloween. Salta a simple vista que
el mensaje de amor, caridad, paz y esperanza que nos trajo Jesucristo
se haya totalmente divorciado de estas imágenes sangrientas,
que retratan a brujas, hechiceras, muertos andantes, vampiros
y demás engendros que nada tienen de constructivo. Es,
por sí misma, una "celebración" de la
maldad.
Consumo del terror
Una cultura de consumo que propicia y aprovecha las oportunidades
para hacer negocios, sin importar cómo.
Hollywood ha contribuido también al halloween con una seria
de películas en las cuales la violencia gráfica
y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia
y ansiedad. Estas películas no son vistas únicamente
por adultos, pues pueden ser vistas incluso en la televisión
comercial, creando en los niños miedo y una idea errónea
de la realidad.
El
halloween es, por supuesto, un gran negocio. Máscaras,
disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos
necesarios son un motor más que suficiente para que algunos
empresarios fomenten el "consumo del terror".
Otro
problema es la imitación de todo lo americano. La influencia
de la cultura estadounidense no solamente se queda en la ropa,
la música o la comida. Siempre existirá alguien
que se sienta socialmente más aceptado por adoptar las
costumbres de un país considerado como "superior".
Incluso sería un grave desprestigio social el no asistir
a la fiesta de halloween con el disfraz traído del extranjero
para algunos y algunas.
Es
el momento de considerar seriamente si preferimos el prestigio
social de participar en un acontecimiento esencialmente negativo,
o si es mejor destacar por nuestras virtudes y valores.
Seguridad infantil: lo que no te dicen del Halloween
Toda precaución y cuidados pueden ser insuficientes para
salvaguardar a los niños en una "noche de brujas".
Es muy divertido para los niños disfrazarse y salir a la
calle en compañía de los hermanos y vecinos a pedir
dulces e ir “asustando” a cuanto desafortunado transeúnte
se topa con ellos, pero muchas veces -más de las que podamos
imaginar- estos pequeños fantasmas, brujas y calabazas
son sorprendidos por una realidad que nada tiene de diversión.
Las
posibilidades de un desenlace desagradable en una noche de Halloween
no son pocas. Revisemos algunas de las posibilidades:
Los
disfraces de Halloween suelen ser oscuros, evidentemente, lo que
dificulta la visibilidad de los conductores, quienes suelen distraerse
con facilidad. La imprudencia propia de la edad los hace correr
de una acera a otra o transitar por en medio de una calle con
poca o nula iluminación. Sin contar las enormes máscaras
que algunos portan con dificultad y que obstruyen considerablemente
la visibilidad. Muchos han sido los niños que en diferentes
países han sufrido accidentes graves debido a que un conductor
no vio al niño disfrazado que cruzó la calle corriendo
en la noche
Debido a los disfraces ocurre otro fenómeno frecuente:
los niños extraviados. Debido a la comercialización
masiva de disfraces, es muy fácil que varios niños
tengan el mismo atuendo, y en ocasiones la identificación
de un niño concreto puede resultar casi imposible.
Por
otra parte y a pesar de las múltiples recomendaciones de
los padres, los niños tienen la tendencia a salir del área
en la que se les dio permiso salir. La seguridad de estar en un
grupo los hace buscar aventuras: entrar a casas abandonadas, cruzar
por lotes baldíos o investigar si “más allá
nos pueden dar dulces”.
Un
niño no reconoce la diferencia entre una casa y otra, ni
en las personas que las habitan, lo único importante es
recolectar golosinas; con engaños o por la fuerza son introducidos
en las casas o edificios para abusar de ellos ¿qué
puede hacer un grupo de niños, el hermanito mayor o el
jovencito ante quienes son más fuertes? A veces se confía
en el adulto o el joven que vive “tres casas más
allá” o que es el amigo de..., quien amablemente
se ofrece a cuidar de ellos, pero la verdad es que se conoce poco
de su persona y de sus verdaderas intenciones.
Por
ser un día en que todo adulto debe tener golosinas a la
mano, los pequeños reciben cualquier cantidad de productos,
algunos de estos en su envoltura original, pero otros son preparados
“especialmente” para la ocasión. Uno podría
creer que la locura de envenenar o drogar a un niño es
impensable. La realidad es que ha ocurrido. La tentación
a probar lo que está listo para comer, los hace ingerir
sustancias nocivas para su salud sin darse cuenta, además,
son difícilmente identificables al gusto y a la vista por
estar mezclados con el azúcar. Esto ocurre en cualquier
casa, en el vehículo que se detiene o con el caminante
que les ofrece algo de su bolsillo...
La
oscuridad esconde muchas sorpresas y la mayoría desagradables.
Podemos
reaccionar con innumerables precauciones, pero el fondo es que
de manera objetiva, dejar que los niños participen en el
“Halloween” es en verdad peligroso para nuestros hijos.
Objetivamente ¿Vale la pena que arriesgues la seguridad
e integridad de tus hijos? Las razones expuestas nos dicen: un
padre de familia responsable tiene buenos motivos para decir “no”
al Halloween.
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