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El Cónclave para elegir al sucesor de Wojtyla comenzará el 18 de abril

Los cardenales se preparan para elegir a un nuevo papa en un cónclave que comenzará el 18 de abril por la tarde. Este es el primer día hábil posible para convocar el cónclave según las normas de la Constitución Apostólica, promulgada en 1996 por el propio Juan Pablo II.

En total, 117 purpurados tienen derecho de voto en este cónclave, aunque ya se sabe que uno, el filipino Jaime Sin no podrá participar, por enfermedad. Las votaciones se llevarán a cabo en la magnífica Capilla Sixtina, cerrada al público tras la muerte del Pontífice para acondicionarla.

Los cardenales, que permanecerán aislados en el recinto del Vaticano, que fue declarado por primera vez zona de cónclave, no podrán revelar ningún detalle sobre las deliberaciones o votaciones so pena de excomunión.

En la prensa internacional y entre los vaticanistas, cobra fuerza la hipótesis de que el nuevo jefe de la Iglesia provenga de América Latina, la región con más católicos del mundo, donde varios cardenales se consideran 'papables'.

La elección del 265º sucesor de San Pedro se anunciará con la tradicional fumata blanca, a la que este año se unirá el repique de las campanas de la basílica de San Pedro. El miércoles, los cardenales asistieron a la lectura del testamento espiritual de Juan Pablo II, unas 15 páginas escritas en polaco que serán divulgadas el jueves.

Juan Pablo II será sepultado en tierra bajo una sencilla lápida en la cripta de la basílica de San Pedro, en el mismo lugar que ocupó Juan XXIII hasta después de su beatificación en 2000. Por seguridad, el espacio aéreo romano será cerrado al tráfico el jueves y viernes a aquellos que no dispongan de autorización expresa.

Capilla Sixtina

Para acoger el cónclave, la Capilla Sixtina se prepara. Construida a petición del papa Sixto IV entre 1477 y 1480, está situada al lado del ala derecha de la basílica de San Pedro. Según el diario La Repubblica, tiene las mismas medidas -40,5 m de largo, 13,2 m de ancho y 20,7 m de alto- que el legendario templo del rey Salomón.

Este lugar es conocido por sus frescos, obra de Perugino, Botticelli y sus alumnos, que explican en los muros laterales la vida de Moisés y de Jesucristo, pero sobre todo por su cúpula, realizada por Miguel Ángel, que también pintó el famosísimo "Juicio Final" en la pared situada frente a la entrada.

Los obreros previeron desde el principio 118 sitios para los cardenales electores, 117 de ellos conocidos, sin descartar la posibilidad de que el número 118, el cardenal "in pectore" designado por Juan Pablo II pero cuyo nombre permaneció secreto, pueda ser revelado antes del comienzo del Cónclave.

La magna reunión

El cónclave es la reunión de todos los cardenales del mundo, que elige a puertas cerradas al próximo Papa. Pertenecen a este órgano los cardenales menores de 80 años, que actualmente son 117, todos nombrados por Juan Pablo II, menos tres. El cónclave se reunirá el 18 de abril, 16 días después de la muerte del Pontífice y estará encabezado por el alemán Joseph Ratzinger.

Se desconoce cuánto durará. Esta asamblea de cardenales herméticamente cerrada (con clave = con llave), tiene lugar en la Capilla Sixtina. Casi la mitad de los cardenales, 58, procede de Europa, pero los europeos no cuentan con los dos tercios necesarios en principio para la elección del futuro jefe de la Iglesia Católica, ni tampoco la mayoría absoluta.

El segundo grupo más numeroso, con 21, son los purpurados de América Central y del Sur, mientras que de América del Norte asisten 14 cardenales. Asia y África tienen cada una 11 y Oceanía, dos.

En "Universis Dominici Gregis", una carta apostólica de 1996, Juan Pablo II actualizó las disposiciones vaticanas que regulan el interregno y el procedimiento de elección papal, fijando hasta los menores detalles.

Sucesor de Juan Pablo II podría ser latinoamericano

Cuatro días después de la muerte de Juan Pablo II se inició ayer el debate por su sucesor, al establecer los cardenales la fecha del inicio del cónclave.

En opinión de los vaticanistas italianos, las opciones van en aumento ahora a favor de un Pontífice latinoamericano, así como para el cardenal de la curia romana Joseph Ratzinger, quien es visto como un posible Papa "de transición" en vista de sus 77 años.

El purpurado nigeriano Francis Arinze fue muy crítico ante esta posibilidad. "Occidente sigue sin estar maduro para un Papa negro", se quejó. "Un Papa africano sería un desafío para la iglesia, para el mundo y los medios", comentó Arinze, que es visto él mismo como "papable". Por el contrario, el arzobispo de la ciudad alemana de Bamberg, Ludwig Schick, opinó que "el tiempo está maduro para un Papa de otro continente".

Sin embargo, también Ratzinger, hasta ahora prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tiene buenas opciones. En opinión de Schick, la Iglesia no variará su postura a favor del celibato de los religiosos ni abrirá el camino para que las mujeres puedan convertirse en sacerdotes.

Lo único que parece seguro es que ningún estadounidense será Pontífice. "No creo que haya un Papa estadounidense", dijo el arzobispo de Nueva York, Edward Egan. La Iglesia católica de ese país se ha visto muy golpeada por los escándalos de abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes. "Esperemos que el próximo Papa consiga seguir el camino de Juan Pablo", consideró Egan.

Juan Pablo II instituyó el balotaje

Para ser elegido Papa en el cónclave que comenzará el 18 de abril son necesarios los dos tercios de los votos de los cardenales asistentes y si después de 21 escrutinios sigue sin salir, se elegirá entre los dos más votados, pero siempre deberá lograr la mayoría absoluta de los votos.

Así lo contempla la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis", sobre la vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice, que precisa que si se perpetra el crimen de la simonía (comprar los votos) todos los culpables serán excomulgados, pero el voto será válido.

También precisa que los cardenales electores deberán abstenerse de toda forma de pactos que le puedan obligar a dar o negar el voto a otros, que si eso sucede el compromiso adquirido sería nulo y nadie estará obligado a observarlo.

Los cardenales no podrán hacer capitulaciones antes de la elección


Al cónclave podrán asistir 117 de los 183 cardenales que forman el Colegio Cardenalicio, al tener menos de 80 años, como establece la normativa vaticana.

Los 66 restantes, octogenarios, no podrán entrar en la Capilla Sixtina, lugar del cónclave, pero sí podrán ser elegidos Papa. En la mañana del 18 de abril los cardenales electores se reunirán en la basílica de San Pedro para celebrar la solemne Misa votiva "Pro eligendo Papa".

Por la tarde, desde la Capilla Paulina, en el Palacio Apostólico se dirigirán en procesión hacia la Capilla Sixtina, cantando el "Veni Creator", para encerrarse en cónclave, del que saldrán una vez elegido el nuevo Papa.

Todo lo que se haga o diga en la Sixtina durante el cónclave es secreto. Para garantizar ese secretismo, unos especialistas harán controles precisos y severos para que en la capilla no sean instalados medios audiovisuales de grabación y trasmisión exterior.

Llegados los cardenales electores se procederá al juramento. Después el maestro de ceremonias pontificias, el arzobispo Piero Marini, pronunciarán la frase "Extra Omnes" y todos los ajenos al cónclave saldrán de la Capilla.

Un chileno dirá: "¡Habemus Papam!"

El cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez será el encargado de pronunciar la célebre frase "¡Habemus Papam!" desde el balcón de la basílica de San Pedro cuando la Iglesia Católica tenga nuevo jefe.

En total, 116 cardenales entrarán en Cónclave - el filipino Jaime Sin no participará por motivos de salud- el lunes 18 de abril para elegir al sucesor de Juan Pablo II, fallecido el sábado pasado.

El purpurado chileno fue designado para esta labor de Protodiácono el 24 de febrero cuando Karol Wojtyla ingresó por segunda vez en un mes en el hospital Gemelli de Roma para ser sometido a una traqueotomía debido a sus graves problemas respiratorios.
El cardenal chileno, de 78 años, es uno de los 117 cardenales con derecho a voto en el Cónclave, por lo que podría darse la paradoja de que tuviese que anunciar su propio nombre.

"¡No hay ningún peligro!" declaró recientemente a la AFP el purpurado, antes de agregar de que "tendría que ser una locura de los cardenales electores" votar por él. Un papa debe ser una persona que se "destaque en muchos ámbitos", dijo.

El honor de ser Protodiácono, la persona encargada de citar la célebre frase desde el balcón del Vaticano, para dar a conocer al mundo que la Iglesia Católica tiene nuevo vicario de Cristo en la tierra, se le confiere por antigüedad y no por mérito, explicó el purpurado.

Después de tres días de reuniones, la Congregación de cardenales fijó este miércoles para el 18 de abril el inicio del primer Cónclave que se celebra en casi 27 años, lo que duró el largo pontificado de Juan Pablo II.

El papa polaco, el más carismático de la historia de la Iglesia Católica en sus dos mil años de historia, será enterrado el viernes en la cripta de la basílica de San Pedro, tras un solemne funeral que será visto por cientos de millones de personas, y al que asistirán autoridades de todo el mundo, incluido el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
No dieron nombre de cardenal "in pectore"

Roma. Italia. EFE.- El nombre del cardenal "in pectore" designado por Juan Pablo II en el consistorio de octubre de 2003 nunca se conocerá, dado que no lo transmitió antes de morir ni lo dejó escrito en ningún documento.

Así lo confirmó ayer el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, que señaló que, en este caso, "no existe" el purpurado "in pectore".

Esta singular categoría, creada siglos atrás para velar por la seguridad de personalidades religiosas, concede al Papa la prerrogativa de mantener en secreto la identidad de uno o más cardenales de los que haya nombrado, de tal forma que ni siquiera el propio interesado lo sepa.

La modalidad ha perdurado hasta nuestros días y aparece recogida en el Código de Derecho Canónico, que establece que mientras su nombre permanezca oculto "no tiene ninguno de los derechos o deberes de los cardenales".

Sólo los adquiere cuando se conozca su identidad, si es que llega a desvelarse, pero a efectos de antigüedad se atiende al día en que su nombre fue reservado "in pectore".

Con la muerte del Papa se desataron una oleada de especulaciones sobre quién podría ser el misterioso cardenal, ya que en caso de tener menos de 80 años sería el miembro 118 del cónclave del que saldrá el nuevo Papa.

Cuando en octubre de 2003, coincidiendo con los 25 años de pontificado, Juan Pablo II anunció que se había reservado un nombramiento "in pectore", comenzaron a barajarse las primeras hipótesis sobre su identidad.

Muchos señalaban entonces como candidato al arzobispo polaco Stanislaw Dziwisz, secretario de Karol Wojtyla durante casi cuarenta años, primero en la archidiócesis de Cracovia y luego en la Santa Sede.

Una segunda hipótesis apuntaba a que el Papa hubiera querido dar respaldo a los católicos de un país en el que esta Iglesia atraviese dificultados, como Rusia -donde hay una delicada relación con la Iglesia Ortodoxa- o China.

Revelarán testamento de Juan Pablo II

El testamento de Juan Pablo II fue leído este miércoles a los cardenales reunidos en congregación y será publicado el jueves, pero no incluye el nombre del cardenal in pectore nombrado por el Papa en 2003, anunció este miércoles el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.

El documento, de unas 15 páginas, fue escrito en diversas fases a partir de 1979, un año después de la elección de Karol Wojtyla al trono de Pedro, agregó el portavoz de la Santa Sede en una rueda de prensa al término de la cuarta reunión de cardenales desde la muerte del Papa el pasado sábado.

En esa época, Juan Pablo II tenía 59 años e iniciaba sus viajes pastorales, que luego le llevarían a dar el equivalente de 29 veces la vuelta al mundo.

Debido a las necesidades de traducción, el documento será publicado el jueves en polaco, la lengua original, y traducido a otras lenguas.

Según el vaticanista del diario Corriere della Sera, Luigi Accatoli, el testamento de Juan Pablo II es una meditación sobre la vida y la muerte, la fe y la humanidad, que no contiene ninguna indicación práctica.

Al igual que el testamento de Pablo VI, se trata de un texto escrito y modificado en varias ocasiones, que llevaría dos o tres fechas, señaló el periodista este miércoles en las páginas del diario.

Se trata de un testamento espiritual, del último mensaje que el Papa quiso enviar a la Iglesia sobre la actualidad del Evangelio en el amanecer del tercer milenio. Un texto en polaco escrito de su puño y letra y que le confió a su secretario personal, el arzobispo polaco Stanislaw Dziwisz.

Este se lo entregó al cardenal camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, quien se lo transfirió al sustituto de la secretaría de Estado, el argentino Leonardo Sandri, uno de los escasos asistentes de los cardenales en esta fase, para que fuera leído a los cardenales.

Fuente: EFE y AFP

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