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Encíclicas de Juan Pablo II

El término encíclica deriva de un término griego utilizado para indicar las cartas que dirigían los príncipes y magistrados al mayor número posible de destinatarios para dar a conocer leyes, reglas, normativas, etc. El correspondiente término latino era el de "circularis", que se aplicaba a una carta o mensaje de extenso alcance. La encíclica hoy sólo se asocia a la Iglesia.

Las Cartas Encíclicas, los documentos pontificios más solemnes del Magisterio ordinario universal, se dirigen normalmente a todos los Obispos y fieles de la Iglesia Católica, pero con frecuencia también van dirigidas a "todas las personas de buena voluntad". Las Epístolas Encíclicas están dirigidas a un grupo específico de Obispos, por ejemplo a los de un país o región concreta, y conciernen a materias menos importantes.

Las encíclicas pueden tratar temas doctrinales, exhortar o hacer un llamamiento a los fieles a la oración pública por un motivo concreto, o también conmemorar un aniversario importante de la Iglesia. Las firma siempre el Papa, están escritas normalmente en latín, y se publican en las "Acta Apostolicae Sedis" y en libros en distintas lenguas.

Juan Pablo II ha escrito 14 encíclicas; 13 de ellas son Cartas Encíclicas y una -la "Slavorum apostoli"- es una Epístola Encíclica.

Redemptor Hominis (1979)

Juan Pablo II anuncia su "programa pontificio", pero sobre todo, trata de Jesucristo, "centro del Universo y de la Historia", y del hombre, "camino primero y fundamental de la Iglesia".
Dives in Misericordia (1980). El Papa escribe sobre la misericordia divina y sobre Dios Padre. Juan Pablo II habla de Dios como "Padre de la misericordia", especialmente cercano al hombre, sobre todo cuando sufre, cuando está amenazado en el núcleo mismo de su existencia y de su dignidad.

Laborem excersens (1981)

En esta encíclica, el Papa habla sobre el trabajo humano. Según Juan Pablo II, "el hombre con su trabajo ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al continuo progreso de las ciencias y la técnica, y, sobre todo, a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad en la que vive en comunidad con sus hermanos".

Slavorum apostoli (1985)

Juan Pablo II escribe esta encíclica en memoria de la obra evangelizadora de los santos Cirilo y Metodio, los dos apóstoles de los eslavos. El documento llama la atención de los cristianos y de todos los hombres de buena voluntad, que buscan el bien, la concordia y la unidad de Europa.

Dominum et Vivificantem (1986)

El tema central de la encíclica es el Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y del mundo. El Papa define al Espíritu Santo como "Señor y dador de vida" y recuerda que ha hablado a través de los profetas.

Redemptoris Mater (1987)

En esta encíclica, el Santo Padre reflexiona sobre la Bienaventurada Virgen María en la vida de la Iglesia peregrina. El texto señala cómo la Madre del Redentor está siempre presente de manera activa en el peregrinaje de la Iglesia hacia la patria celestial.

Sollicitudo rei socialis (1987)

El Papa publica este documento sobre el desarrollo de los hombres y de la sociedad en el XX aniversario de la Populorum Progressio. La encíclica reafirma la solicitud social de la Iglesia. En este documento, Juan Pablo II afirma que la solidaridad no es un sentimiento superficial por los males de las personas, sino una determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común.

Redemptoris missio (1990)

La encíclica trata sobre la permanente validez del mandato misionero y habla de actualidad, importancia y urgencia de la actividad misionera de la Iglesia.

Centessimus annus (1991)

Se publica en el centenario de la Rerum Novarum y habla sobre doctrina social de la Iglesia ante los nuevos cambios socio-políticos. Entre los temas más destacados del documento pontificio destacan: la propiedad privada y el destino universal de los bienes, el Estado y la cultura, y el hombre como camino de la Iglesia.
Veritatis splendor (1993). Juan Pablo II reflexiona sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia. El fin de esta encíclica es recordar alguna verdades fundamentales de la doctrina católica que, según el Santo Padre, corren el riesgo de ser deformadas o negadas.

Evangelium vitae (1995)

El tema central de la encíclica es el valor y el carácter inviolable de la vida humana. El Papa llama la atención sobre las amenazas actuales a la vida humana y propone una nueva cultura de la vida humana basada en el mensaje cristiano.
Ut unum sint (1995). La encíclica trata sobre el empeño ecuménico. Juan Pablo II ofrece en este documento un análisis sobre los logros y el camino que le queda a la Iglesia Católica para conseguir el diálogo ecuménico.

Fides et ratio (1998)

Juan Pablo II ofrece en esta encíclica una visión de las relaciones entre fe y razón. El texto presenta las intervenciones más importantes del Magisterio de la Iglesia en cuestiones filosóficas y subraya el valor que la filosofía tiene para la comprensión de la fe y las limitaciones a las que se ve sometida cuando olvida o rechaza las verdades de la Revelación.

Ecclesia de Eucharistia (2003)

Sobre la Eucaristía y la Vida de la Iglesia La Eucaristía en su relación con la Iglesia. La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia.

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