Presentación del Cartel de la Semana Santa Padul 2006
Presentó Doña Ana Isabel Villena Cordovilla
Centro Cultural Federico García Lorca
5 de marzo del año 2006

Y habiéndolo bajado lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro
cavado en la roca, donde nadie había sido puesto todavía.
(Lc 23,531)

Buenas tardes.

Sr. Presidente de la Asociación de Cofradías, Sr. Párroco, Excelentísimas Autoridades, Juntas de Gobierno de las distintas Cofradías, Cofrades, Señoras, Señores...

Un año más se cumple la tradición en fechas de cuaresma presentando a la sociedad cofrade lo que a partir de este momento va a ser el cartel de salida procesional; y que este año corresponde a la Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía del Santo Sepulcro y del Señor Resucitado del Padul.

Este cartel anuncia a los paduleños y a los forasteros que quieran acompañarnos, no solo la celebración de un acontecimiento tan singular, sino que debe anunciar las excelencias de nuestra procesión de Semana Santa.

Para entender esta obra, tenemos que sumergirnos en ella... Hagámoslo.

Dejemos que esta imagen se adentre en nuestros corazones, nos haga estremecer y sentir lo que pronto El Padul va a vivir.

Es un magnífico material gráfico, deja ver las virtudes de su autor y de su instantánea captada en un bello entorno; nuestro pueblo Padul.

Está integrada en una unidad estética formada por imágenes que causan impacto.

Es un grito en la pared que atrapa la atención y obliga a percibir un mensaje... o un susurro, que ligado a las motivaciones e intereses de cada individuo que lo observe, penetra en su conciencia y le induce a adoptar la conducta sugerida por el cartel...
Tendrá todo el significado que queráis, tendrá toda la mística, todo el sentimiento cofrade paduleño, tendrá todo lo que queráis ver...

Pese a mi ignorancia artística; a mí me sugiere tanto, me impresiona tanto…

Lo siento pero no me puedo callar y tengo que compartirlo con vosotros...

Viernes Santo ya de noche
noble pueblo de Padul,
Avenida de Andalucía,
ese momento esperado
pronto parece llegar.

Se apagan las luces
se acalla el murmullo
Las gargantas enmudecen
Alguien tímidamente musita:
¡Ya, ya va a salir!

Silencio, solo silencio.

Hermanos por caridad
¡Silencio por favor!
Que Dios está en una urna
¡Es el divino redentor!

Silencio, solo silencio

Se acerca el gran momento
el corazón encogido,
la sangre fluye con fuerza
y con voz clara y serena
Luís, mi padre ordena:
¡Con talento y bien “llevao”
al cielo vamos con él!

Silencio, solo silencio

El silencio yo diría
que se palpa en el ambiente,
las calles de Padul están llenas de gente,
de corazones fervientes
en la noche del gran día.

Ya, ya está en la calle

Elegantes portadores
llevados por la emoción
cantan con el corazón:
¡Ay Señor de mi alma!
no te pido yo dinero
sólo te pido salud
y portarte con quietud
otra vez el venidero.

Silencio, solo silencio

Duermes Señor, el sueño de la muerte
tus ojos son luceros ya velados,
tus manos son dos lirios desmayados,
es lívido clavel tu boca inerte.

¿Quién no se mueve a compasión al verte
si claman compasión tus pies llagados,
tus cabellos que en sangre están bañados
tu rostro cuya palidez se advierte?

Es tal la majestuosidad de tu urna,
impone tal respeto tu reposo,
que ante ti se anonada toda criatura.

Cada paduleño te contempla fervoroso,
no eres solo un prodigio de escultura,
sino de fe y dolor símbolo hermoso.

Silencio, solo silencio

¡Silencio pueblo cristiano!
Que angustia y que pena más grande
trae nuestra madre
reina del mundo entero,
cuando tiene delante
a su hijo en su entierro.

Santo Entierro de Cristo
tu madre te viene acompañando,
trae quebrado el corazón,
tiene su manto mojado
de tanto como te lloró.

Venerado Señor Sepultado
con los martirios que te han dado
parece que vas dormido
mientras velan tu cuerpo
los lirios entristecidos.

Santo Entierro de Cristo
relicario de tu victoria,
ya está el pecado perdonado
y abierta la misma gloria.

Silencio, solo silencio

En este silencio me habla el alma
en soledad crece mi espíritu,
la eternidad es este instante
en que eres en mí infinito.

En este silencio está tu voz,
en esta soledad tu compañía
y en mi corazón siento tu amor,
la paz y la armonía.

Hay una voz en mis latidos
y no se como interpretarla,
algo inmaterial que me habla
y me dicta el texto de mis páginas
¿Será fe? ¿Admiración?
¿Será tal vez nostalgia al recordar mi niñez?

Emocionada, recuerdo los momentos tan intensos que viví junto a ti, ya que desde niña mis padres me iniciaron en la fe; me llevaban de la mano, respondían a mis preguntas, y pasito a pasito me fueron educando cristianamente.

Perdonadme, pero antes de nada quisiera dar las gracias a mis padres; la virtud de unos grandes padres vivirá en mí para siempre. Siempre fui difícil, pero a pesar de ello, mi familia no solo ha sido mi cuna de vida y amor, sino también mi escuela de valores, de humanización y de compromiso con la vida.

A pesar de mi corta edad son muchas mis anécdotas personales. Siempre he colaborado activamente en nuestra procesión, desde muy niña vivía con intensidad nuestra Semana Grande; a mis ocho años ingresé en la escolanía y en el grupo de acólitos de nuestra Iglesia Santa María la Mayor. Cada Viernes Santo he caminado por las calles de Padul acompañada de un cirio o un farol, inclusive tuve la oportunidad como paduleña de dar imagen a uno de nuestros pasos vivientes; a la Virgen María.

Mi madre, comienza desde muy temprana edad la tradición cofrade de mi familia por Doña Encarna Martín Domínguez; que sembró en ella la semilla de la ilusión y la fe, que le hacía vivir con fervor estos acontecimientos. Junto a varias generaciones de paduleños, han conseguido mantener viva esta llama de fe, alegría y gozo; transmitiendo y contagiándonos a nosotros, su familia; esa fe y ese amor por la Hermandad. El contagio fue tal en mi padre que trabajó junto al resto de hermanos cofrades para poder realizar el sueño de restaurar el trono, y verlo mecerse parsimonioso en absoluto silencio sobre los hombros de sus portadores.

Han sido muchos los que han trabajado, como no destacar a Carmela Morales, nuestra “ Carmelilla” como la llamamos con cariño; por ser un baluarte de nuestra Hermandad, dando testimonio de su fe y entrega.

Durante años custodió a nuestro Cristo en su casa, encargándose de su ornamentación, cuidando cada detalle de su puesta en escena.

Quisiera resaltar también la labor que han llevado a cabo el resto de hermanos cofrades; destacando por su buen hacer, su entrega y su total disponibilidad a Valentín Muñoz y a Antonio Martín; sin dejar de agradecer al resto de hermanos cofrades su trabajo y dedicación a nuestra cofradía.

Quisiera también hacer una especial mención a nuestras hermanas cofrades por su labor, entusiasmo e ilusión, por la difícil tarea que realizan recorriendo cada calle de nuestro pueblo para ir al encuentro con nuestros demás cofrades paduleños; quisiera desde aquí rendir homenaje a nuestra hermana Ana María Sánchez que nos acompaña desde el cielo.

Todos han trabajado para que nuestra hermandad progresara y tomara un auge extraordinario en estos últimos años, a pesar del gran trabajo que requieren las tres puestas en escena que nuestra hermandad realiza.

Todo ello no sería posible sin la colaboración, la fe, y la devoción de todos nuestros cofrades paduleños.

Quisiera también hacer mención a la gran labor social que realizan las hermandades paduleñas, es impresionante ver como las cofradías son el lugar que muchos jóvenes escogen para desarrollarse y educarse cristianamente.

El pueblo de Padul, un pueblo solidario, trabajador y hospitalario, se olvida de todo lo demás y en estas fechas vive solo para preparar su Semana Santa con veneración, orgullo y entusiasmo. Ya no queda sino esperar. Poco, muy poco.

Para mi ha sido muy difícil comunicar con palabras los sentimientos y emociones que este cartel de Semana Santa me genera. Tales sentimientos, como todo lo que trasciende los límites de lo concreto, son inefables por esencia; sus cualidades, alegrías, se sienten individual y oscuramente y apenas se dejan encerrar en los estrechos cauces de la palabra...

Confío que aquellas palabras que mi pluma no ha sabido trazar sean suplidas con vuestro cariño.

Imagen del Señor sepultado
¡He aquí a tu pueblo arrodillado!
Santo Entierro de cristo
Rey de los Reyes del mundo entero
Danos a todos salud
Para verte el venidero

HE DICHO