Presentación
del Cartel de la Semana Santa Padul 2007
Presentó Don Juan Antonio García Lázaro
Centro Cultural Federico García Lorca
4 de marzo de 2007
San Juan Evangelista: “Consíguenos
de Dios la
gracia especial de leer con fe y cariño tu santo
evangelio,
y obtener de su lectura gran provecho para nuestra alma.
Señor Presidente de la Asociación de Cofradías,
Señor Párroco, Alcaldesa, Señores
y señoras. Muy buenas tardes.
Como ya todos sabéis
me llamo Juan Antonio soy cofrade y capataz de la Hermandad
de San Juan.
Un año más
por estas fechas se cumple la tradición de anunciar
nuestra Semana Santa a todos los paduleños y afines.
Este año le corresponde el cartel a la Hermandad
de San Juan.
La fotografía del
cartel es obra de Juan Carlos Romero.
Voy a comenzar a describir
lo que estamos viendo en este cartel. En primer lugar
se ve la imagen de San Juan, que es una talla del barroco
granadino del siglo XVII de autor desconocido, lleva una
corona de plata del año 172O, en la que hay un
escrito, “hicieron esta por devoción siendo
mayordomos J.V. Sánchez y Pedro Rejón”.
A habido en esta imagen varias restauraciones, la última
fue en el año 2OOO, por el equipo restaurador de
Isabel López María Dolores y Carmen Pérez
Hinojosa.
El trono se hizo en los
años cincuenta fue de los primeros, se hizo en
Granada menos los candelabros que son obra de Juan de
Dios Moreno que los hizo en el 1954.
Hasta la forma actual
se han hecho varias modificaciones, la última para
meter los costaleros por dentro. El trono es de madera
tallada y dorada, también tiene pinturas imitando
mármol. Sin duda alguna lo más destacado
de este trono es su canastilla aunque creo que también
desconocida, al igual que los símbolos de los cuatro
evangelistas que lleva en los cuatro lados, el águila,
el unicornio el león y la pluma.
Juan significa: “Dios
es misericordioso “.
Este apóstol tuvo la inmensa dicha de ser el discípulo
más amado por Jesús. Y se ha hecho muy famoso
por haber compuesto el cuarto evangelio.
Nació en Galilea.
Era hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor. Su
oficio era el de pescador.
Los dos eran también
discípulos de Juan el Bautista, y un día
al escuchar que este señalaba a Jesús y
decía: “Este es el cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo”, se fueron detrás
de El. Jesús se volvió y les dijo: “¿Qué
buscáis? ”. Ellos le respondieron: “Señor:
¿dónde habitas? Y Jesús les dijo:
Venid y veréis”. Y se fueron con Èl,
y estuvieron en su compañía toda la tarde
recibiendo sus enseñanzas. Durante toda su vida,
jamás Juan podrá olvidar el día,
la hora y el sitio en que se encontró por primera
vez con Jesucristo. Fue el momento más decisivo
de su existencia.
A Juan le puso Jesús
un sobrenombre: “Hijo del trueno“.
Y esto se debió a que un día fueron los
apóstoles a pedir hospedaje en un pueblo de samaritanos
(que odiaban a los judíos) y nadie les quiso proporcional
nada.
Entonces este que era
violento, le propuso a Jesús que les mandara a
aquellos maleducados samaritanos alguno de los rayos que
tenía desocupados por allá en las nubes.
Jesús tuvo que regañarle porque no había
comprendido todavía, que El no había venido
a hacer daño a ninguno, sino a tratar de salvar
a cuantos más pudiera. Más tarde Este tan
vanidoso y malhumorado, al recibir el Espíritu
Santo, se volvió sumamente amable compasivo.
En la Última Cena
tuvo el honor de recostar su cabeza sobre el corazón
de Cristo.
Juan Evangelista fue
el único de los apóstoles que estuvo presente
en el Calvario al morir Jesús. Y recibió
de Él en sus últimos momentos el más
precioso de los regalos.
Cristo le encomendó
que se encargara de cuidar a su madre la Virgen María,
como si fuera su propia madre, diciéndole: “He
ahí a tu madre“. Y diciendo a María:
“He
ahí a tu hijo”.
Después de la resurrección de Cristo, cuando
la segunda pesca milagrosa, Juan fue el primero en darse
cuenta, de que el que estaba en la orilla era Jesús.
Luego Pedro le preguntó al Señor señalando
a Juan: ¿Y éste qué será?
Jesús le respondió: "Y si yo quiero
que se quede hasta que yo venga, ¿a ti que?".
Con esto algunos creyeron que el Señor había
anunciado que Juan no moriría. Pero lo que anuncio
fue que se quedaría vivo por bastante tiempo.
Juan, para cumplir el
mandato de Jesús en la cruz, se encargó
de cuidar a María Santísima como el más
cariñoso de sus hijos. Con ella se fue a evangelizar
a Éfeso y la acompañó hasta la hora
de su gloriosa muerte.
El emperador Domiciano
quiso matar al apóstol San Juan y lo hizo echar
en una olla de aceite hirviendo, pero el salió
de allá más joven más sano de lo
que había entrado, entonces fue desterrado a la
isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis.
Después volvió
otra vez a Éfeso donde escribió el Evangelio
según San Juan, que es el libro que lo ha hecho
tan famoso. A San Juan lo pintan con un águila
al lado, porque es el escritor de la Biblia, que se ha
elevado a más grandes alturas de espiritualidad
con sus escritos. Ningún otro libro tiene tan elevados
pensamientos como su evangelio.
Dice San Jerónimo
que cuando San Juan era ya muy anciano, se hacía
llevar a las reuniones de los cristianos, y lo único
que les decía era esto: ”hermanos ámense
los unos a los otros”. Una vez le preguntaron
porque repetía siempre lo mismo, y el respondió:
”porque es ese el mandato de Jesús, y si
lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura".
San Epifanio dice que
san Juan murió hacia el año cien, a los
94 años de edad. De acuerdo con los griegos, el
lugar de su sepultura en Éfeso era bien conocida
y todavía famosa por los milagros que se obraban
allí.
Desde mi infancia he
estado muy ligado a la Semana Santa; ya que mi padre era
parte activa de ella, y especialmente de la Hermandad
de San Juan.
Aún recuerdo aquellos
viernes santos por la mañana con el olor del potaje
de garbanzos cocinándose y las torticas de masa
impregnando toda la casa , cuando llegaba mi padre nervioso
y preocupado ,implicándonos a toda la familia en
las tareas del adorno de San Juan.
También recuerdo
a mi tío Antoñito Vera, José Casares,
Francisco Morales, José Peralta, Andrés
Rejón, etc. ; todos ellos cofrades muy activos
de la Hermandad de San Juan; a pesar de los pocos medios
de los que disponían lograban procesional a San
Juan con mucha dignidad y a golpe del tambor de la banda
de la policía armada, que los acompaño durante
algunos años.
Con el paso de los años
me he sentido cada vez más parte activa de esta
Hermandad. Durante el tiempo que estuve de costalero del
Nazareno , antes de salir a procesional con este, me iba
a ayudar a sacar a San Juan hasta las murallas y allí
estaban Joaquín Ferrer y Manuel Casares ayudándoles,
porque los pocos que quedaban estaban ya muy mayores.
En el 1997 siendo costalero
del Nazareno me ofrecieron el puesto de capataz para formar
el cuerpo de costaleros de San Juan, a partir de entonces
me implique de lleno en Hermandad.
Desde que se fundó el cuerpo de costaleros he vivido
momentos muy gratos con los jóvenes, dentro y fuera
de los ensayos ; ya que estos son el futuro de esta gran
Semana Santa nuestra. También he tenido momentos
muy tristes por la pérdida de dos de nuestros costaleros,
José Miguel y Joaquín que aunque ya no estén
físicamente , siempre estarán entre nosotros.
Al igual que todos los
pasos de la Semana Santa han evolucionado en los últimos
años, el de San Juan también.
En el 2003 se compró
la casa de Hermandad y en el 2006 se ha terminado de construir,
gracias a la colaboración de todas las empresas
del pueblo.
Esta procesión
nuestra tan singular en la que se ve toda la pasión
de Cristo, empezando por la: ”Oración
del Huerto, siguiendo por , La Flagelación, el
Nazareno, las tres Caídas, el Crucificado, La Virgen
de las Angustias, los pasos vivientes, el Sepulcro, San
Juan, la Virgen de los Dolores y terminando por Santo
Sudario”. Y que tanto arraigo tiene entre nosotros,
que va pasando de generación en generación;
ya que mueve una cantidad de jóvenes importante
entre: picoteros, monaguillos, músicos, costaleros,
penitentes, mantillas, soldados romanos, pasos vivientes,
etc.
Todos ellos juntos hacen
que se engrandezca nuestra procesión y que sea
una de las más completas y bonitas de toda Andalucía.
Ya para terminar quiero
dedicar estas cuatro letras que acabo de leer a la persona
que más ha influido en mí, tanto en el ambiente
de Semana Santa como personal.