Así pues, la primera
iglesia de las Albuñuelas se inició
en el año 1533 en un solar diferente al
que ocupa hoy la parroquia. Era un templo de tres
naves separadas a través de pilares de
piedra y unidos dichos pilares a través
de arcos de medio punto. Dicha iglesia, en la
revuelta de los moriscos fue quemada, sufriendo
graves daños en su frágil estructura
de tapial y ladrillo. Así pues, a principios
del siglo XVII se tuvo que realizar unas importantes
obras de reparación llevados a cabo por
Antonio Vico, quien también dibujó
la planta y un alzado lateral para que sirviera
de modelo en la reconstrucción del muro
norte y que gracias a dichos dibujos podemos hoy
día conocer la planta y el alzado de esta
primitiva iglesia parroquial de las Albuñuelas.
Por tanto, sabemos como hemos dicho que tenia
una planta basilical de tres naves separadas por
pilares y arcos de medio punto, la capilla mayor
era un espacio exento del resto de la iglesia
separada por un crucero y las cubiertas eran de
madera trabajadas a par y nudillo la central y
de colgadizo las laterales.
Todas estas importantes
reparaciones se llevaron a cabo para reforzar
la capilla mayor y la sacristía. Sin embargo,
estas obras no fueron suficientes ya que los daños
eran mayores de lo que se pensaba y posteriormente
se tuvo que derribar todo el muro septentrional
para volverlo a hacer en el año 1617. Esta
ultima obra, fue dirigida por el maestro de obras
Juan Toro y el carpintero Juan Calvo elevándose
a 5033 reales el importe de su construcción.
A pesar de los grandes esfuerzos por mantener
y recuperar la iglesia, eran muchos y graves los
daños sufridos en aquel incendio causado
por los moriscos ya que al poco tiempo de terminar
su reparación por los ya mencionados Juan
Toro y Juan Calvo, la iglesia tuvo que ser derruida
al amenazar con su ruina.
En los años siguientes, se vio la necesidad
de construir una nueva iglesia donde poder realizar
los cultos en el pueblo de las Albuñuelas,
por lo que rápidamente se construyó
un nuevo templo parroquial mucho más pequeño
y provisional que el primero pero que cubría
las necesidades religiosas de la comunidad. Sin
embargo, el mismo carácter provisional
hizo que el templo solo se utilizara en un siglo,
conservándose tan solo en el siglo XIX
la torre y parte de los muros. Así pues,
a mediados del XIX, la parroquia se volvió
a trasladar de lugar, situándose en el
convento de los Padres Misioneros Franciscanos
de San Pedro de Alcántara, que se establecieron
en las Albuñuelas y cuyos bienes fueron
desamortizados por Mendizabal halla por el siglo
XIX.
De esta forma, el pueblo de Albuñuelas
estableció definitivamente la sede para
su templo y parroquia después de tres siglos
de inseguridad a causa de la inestabilidad de
su primera iglesia y el carácter provisional
del segundo templo. No obstante, hay quien opina
que no son tres las iglesias construidas en el
pueblo, sino que la actual seria la cuarta en
ser utilizada. Sin embargo, las fuentes documentales
son escasas y por tanto son muy difíciles
de estudiar y de poder asegurar esto con certeza.
Todo este recorrido histórico nos ha llevado
cronológicamente hasta el momento en que
la iglesia de los franciscanos pasa a ser el templo
parroquial, hechos que contaremos y analizaremos
en el próximo artículo, siguiendo
con la serie que estamos dedicando a la “historia
de las iglesias de Albuñuelas”.