El denominado como “bajo clero”, al margen de ser
un grupo aún no demasiado conocido y, por tanto, susceptible
de ser investigado, es un colectivo sumamente interesante, con
una trascendencia espiritual muy marcada, no en vano está compuesto
por hombres que pertenecen a la Iglesia, pero también con
una dimensión terrena muy importante, ya que se trata del
sector del clero que más en contacto está con la
realidad de su entorno, con el siglo, con los vecinos y parroquias
con los que comparte su vida. Esos hombres son el enlace entre
Dios y su pueblo.
Partiendo de la premisa que proporciona
Avelina Benítez
hay que reconocer que los estudios sobre el clero siguen la tónica
de investigar a los grandes, la cúspide jerárquica,
al alto clero, pero es en la base donde hay una gran riqueza de
matices, y más si tenemos en cuenta lo que sigue argumentando
Avelina en el contexto jerarquizado propio del Antiguo Régimen,
el clero cobra una importancia vital, y más en un ámbito
rural y cerrado como es el Valle de Lecrín,
donde las posibilidades de ascenso y promoción están
mucho más limitadas
que en cualquier capital de provincia. Aquí el clero es
un grupo privilegiado e importante, porque posee tierras y ganado,
porque su nivel cultural es superior al del resto de la población
y porque se erige en protector de toda la sociedad, tanto espiritual
como materialmente. Es el referente total de un pueblo cuya religiosidad
se encuentra aún en un estadio inferior, que vive bajo unas
coordenadas espacio-temporales sacralizadas, donde todos los actos
de la vida y de la muerte están sancionados por lo religiosos
y lo sagrado, subordinados al más allá y protegido
por lo sobrenatural.
LAS FUENTES
Los investigadores del siglo XVIII debemos mucho al Marqués
de Ensenada, sin su gran proyecto no sería hoy posible reconstruir
la vida en el pasado, tampoco tendríamos la oportunidad
al estudiarla, de poder comprenderla, pues el presente es un pasado
continuado. Fruto de su empeño son los Libros Vecindarios.
Se han consultado los fondos del
Archivo Histórico Provincial
de Granada que versan sobre las localidades del Valle de
Lecrín,
estas, para los años que se hace el catastro de personas
eclesiásticas y seculares presentan alguna modificación
si las comparamos con la nómina que Henríquez de
Jorquera recoge en su obr.
El presente estudio se compone de varias partes, por un lado,
el contexto en el que se desarrolla el clero secular, por otro,
el análisis en profundidad de este estamento eclesiástico
y de las instituciones religiosas, y por último la conclusión
con los apéndices documentales.
En
primer lugar hay que tener en cuenta que el Valle es una
de las 20 vicarías, a mediados del siglo XVIII, que
tiene la diócesis de Granada, que su reparto viene
condicionado por la situación posterior a la conquista.
Así el sistema que se establece con el Patronato Regio
intenta controlar el territorio por medio de los “agentes” más
eficientes y mejor preparados, el clero, en sus diversas
jerarquías.
Fruto de este control se
organiza una nómina de oficios, que podemos encontrar
en los documentos consultados, y que dejan claro que el
bajo clero presenta una gran riqueza tipológica, ello puede ser porque cada parroquia presenta características
especiales que deben ser atendidas de manera diferente
o también porque la situación geográfica
de cada parroquia hace que una misma persona deba ocuparse
de varias funciones a la vez.
Entre los oficios
que se encuentran podemos destacar :
Beneficiado.
Cura.
Capellanes. A pesar de no aparecer sus nombres se hace
relación
de las capellanías y fundaciones que se hacen por la gente.
Avelina Benítez los define como personas con escasa vocación
y apartados del siglo por motivos puramente económicos
y de promoción.
Los que han recibido las órdenes sagradas:
Presbítero: con las diversas variantes, desde el simple
presbítero, al presbítero-cura, que tiene un
oficio: presbítero-beneficiado, presbítero-sacristán.
Clérigo subdiácono.
Clérigo de menores.
Religiosa profesa.
Este clero estaba asistido, generalmente en la casa, pero también
durante el desempeño de su cargo, en la parroquia, por:
Mozo.
Sirviente.
Criado/a.
La nómina de Instituciones confraternales que encontramos
son:
Hermandad del Santísimo: en Albuñuelas, en Béznar, en Cónchar, en Cózvijar, en Dúrcal,
Melegís, Pinos del Valle.
Hermandad de Benditas Ánimas: en Lanjarón.
Hermandad del Rosario: en Acequias, en Lanjarón, en
Restábal.
Hermandad de San Sebastián: en Lanjarón.
Hermandad de San Blas: en Dúrcal.
Las instituciones confraternales, se pueden clasificar bajo una
doble tipología, cofradías habituales en cada parroquia
como pueden ser Santísimo Sacramento, Ánimas Benditas
del Purgatorio y Santísimo Rosario, y las cofradías
que tienen a un santo protector o un patrón como principal
devoción.
El clero al
igual que la nobleza y la propia Corona necesita fuentes
de financiación para mantenerse y más si tenemos
en cuenta que cada parroquia es un microcosmos, que como
señala el profesor Miguel Luís López-Guadalupe
es fruto de la abundancia de comarcas de hábitat disperso,
sobre la que gira la vida la cada localidad y que debe sustentar
a una o varias personas, con distinto rango social y laboral,
con lo cual el sueldo que van a percibir es diferente.
La economía del clero
nos interesa no sólo desde la perspectiva de valorar
la magnitud de la riqueza, o la penuria de los mismos, sino
en tanto que reflejo de la consideración social y
expresión de la ubicación jerárquica
de sus miembros. Por consiguiente, se trata de analizar la
importancia de esta parte del clero en el Valle, una zona
que hasta ahora no se ha estudiado en el contexto de la sociedad
del Antiguo Régimen.
La tierra era la principal fuente de riqueza, un valor seguro
en la sociedad del siglo XVIII, pero también el oficio era
rentable, así mismo cada oficio tiene un status social que
se muestra ante los ojos de los demás de una forma especial,
el alto clero vestía ropajes lujosos, el bajo tenía
como sostén al pueblo, las primicias deben ir a sostener
al clero parroquial. El prestigio del clero se debe en parte a
que en la sociedad impera el pensamiento de que se puede “comprar
el cielo”, por eso otorgan y donan tierra, el bien más
preciado y el más rentable, pues es un valor sólido,
la tierra se puede arrendar, subarrendar, ceder, vender, comprar,
hacer partes más pequeña, pero nunca pierde valor,
pues toda la sociedad vive de ella y genera además actividades
indirectas, sin contar todo el entramado financiero-político
que se genera a su alrededor.
Otro aspecto que se aprecia es la
dignidad. La mayor posesión
de tierras es paralela a la importancia del individuo en la escala
social. Esa dignidad implica lazos de poder, es un status que como
señala Arturo Morgado lo consiguen por estar insertos al
fin y al cabo en la estructura jerárquica de la Iglesia,
y podían contar con los ingresos suficientes para mantener
un mínimo…, son también finos lazos económicos
que toman carta de naturaleza en la fundación de capellanías
o en otorgar rentas a determinadas instituciones religiosas; todo
es signo de poder económico y de prestigio social. Este
poder económico puede verse por ejemplo en el fuero especial
que tienen, – como enuncia Morgado García- […]
en las apetecibles ventajas, privilegios y prebendas que gozan
todos sus miembros, independientemente del puesto ocupado en la
jerarquía: exención de alcabalas, cientos y – hasta
cierto punto- millones; exclusión de derechos de hospedaje,
sisas locales o cargas concejiles; exención de obligaciones
militares y, por supuesto, del disfrute de unas rentas.
Otro aspecto a tener en cuenta es la
configuración eclesiástica.
Al repartirse la tierra entre los nuevos pobladores y organizar
los núcleos de poblamiento se dotó de una parroquia, ésta,
era un núcleo de control social e ideológico. Pero
en dicha distribución no todas las poblaciones tuvieron
el suficiente número de habitantes para que la parroquia
tuviese el mismo rango, encontramos una doble diferencia entre
iglesia matriz y anejo. Por eso no todas las localidades que estudiamos
en el siglo XVIII tienen clero propio, aquí es donde entra
el segundo aspecto a tener en cuenta, la movilidad, es decir, el
ordenado se desplazaba a los lugares que necesitaban sus servicios,
por ejemplo D. Isidro Guzmán, presbítero y vecino
de Melegís se encuentra registrado en el Libro Vecindario
de Murchas.
Todo lo expuesto hasta ahora son pinceladas de las posibilidades
de la fuente catastral. En ella podemos apreciar fundamentalmente
tres tipos de ingresos: los arriendos anuales de las casas (las
rentas), las rentas de las fincas rústicas y los censos,
los tres pilares de la economía que sostienen a la parroquia
y a las personas que “viven de ella”.
Hay que tener en cuenta que además del clero parroquial,
hay instituciones confraternales e instituciones regladas que también
participan de los ingresos anteriormente expuestos, por eso comenzaremos
estudiando al clero parroquial, seguido de estos conventos y por último
de las cofradías y hermandades.
La moneda se expresa en cifras absolutas en reales (R) y sus fracciones
correspondientes, los maravedíes (mrs.).
El producto de los arriendos anuales de las casas, traducido en
alquileres, constituye el ingreso más generalizado entre
los tres tipos de participantes en las rentas que figuran en la
documentación del Catastro.
En cada asiento realizado en los Libros de Vecindario suelen figurar
los siguientes datos en relación con las rentas de las fincas
urbanas: tipo de finca (casa, palacio, molino, venta, corral, cuarto,
bodega…), descripción de la finca (número de
plantas, estancias anejas, medidas de frente y fondo, en varas),
ubicación (calle, plaza, camino, etc.… con indicación
de las lindes con los demás vecinos y viviendas), precio
del arriendo anual (en reales y maravedíes) y las cargas,
si tiene, sobre este bien.
Se puede observar cómo pocas personas o instituciones poseen
rentas altas, esto indica la riqueza patrimonial que disfrutaban.
También se observa la relación con el cargo que poseían,
a mayor grado dentro de la jerarquía eclesiástica
mayor cantidad económica se percibía.
Esta es la regla que se comprueba, la Suerte del Beneficiado tiene
más valor que la Suerte de la Sacristía, así mismo,
se produce el mismo efecto entre el Beneficiado y el simple Presbítero.
También se confirma cuando aparece el curato, oficio intermedio
entre uno y otro, como pasa en Albuñuelas. La Suerte del
Beneficiado de Mondújar con 40 reales, es más pobre
que la de Dúrcal o Lanjarón, con 120 reales, sin
embargo, entre ambos está la de Albuñuelas, con 90
y algunos puestos después la de Saleres con 56 reales. Lo
mismo pasa con la Suerte de la Sacristía de Padul, con 22
reales, y la de Albuñuelas, con 64, y en mitad, la de Dúrcal
con 44.
CUADRO
LUGAR
POSEEDOR
FINCA URBANA
ARRIENDO ANUAL (R)
PRODUCTO BRUTO (R)
ALBUÑUELAS
Suerte Beneficiado
Una casa Calle Real
90
90
Suerte de la Sacristía
Una casa Calle Real
64
64
Suerte del Curato
Una casa Calle Real
88
BÉZNAR
Suerte del Beneficiado
Una casa en B. de Havita
100
100
DÚRCAL
Beneficiado
Casa en la plaza
120
120
Suerte de la Sacristía
Casa en el B. de la Iglesia
44
44
CÓNCHAR
Suerte del Curato
Casa-corral y huerto en plaza de la Iglesia
60
60
COZVIJAR
Suerte del Curato
Casa en el B. Alto
75
75
MELEGÍS
Suerte del Beneficiado
Casa en la plaza de la Iglesia
120
120
Suerte de la Sacristía
Una casa arruinada
LANJARÓN
Suerte Beneficiado
Casa en el Barrio de la Fuente
120
120
MONDÚJAR
Suerte del Beneficiado
Casa Barrio de la Moraleda
40
40
PADUL
Suerte del Beneficiado
Casa en la Calle Encrucijada
66
66
Suerte de la Sacristía
Casa en el mismo barrio, linda con la del
beneficiado
22
22
PINOS DEL VALLE
Suerte del Beneficiado
Casa en B. Alto
36
36
Casa B. Bajo
70
70
Suerte de la Sacristía
Casa en B. Bajo y un coral
15
15
SALERES
Suerte del Beneficiado
Casa en la calle Llana
6
56
Otra
50
También se puede observar el mismo
fenómeno con los cargos, el Beneficiado, el cargo de mayor
rango de la parroquia obtiene más renta que el presbítero,
pero aún así, éste tiene más renta
que el cura o el sacristán. También hay veces en
que los cargos se juntan, el presbítero también
es cura, como D. José Jiménez de Albuñuelas,
o sacristán, como le sucede a D. Pedro de Moya, en Padul,
o Beneficiado, como D. José González de Murchas.
Esto obedece a que el estamento eclesiástico español
no es un grupo homogéneo, antes todo lo contrario, pues
se encuentra marcado por fuertes diferencias internas que enfrentan
a unos sectores con otros: seculares y regulares, obispos y cabildos,
curas y beneficiados. Y sobre todo a que la insuficiencia de rentas
y sueldo aconseja la agrupación de empleos y actividades.
Las descripciones que hay sobre las construcciones dibujan perfectamente
el valor del edificio, es decir, un edificio bien conservado y
en una zona geográficamente bien situada tendrá más
valor que uno que esté arruinado o que no tenga utilidad
de vivienda y que éste ubicado en zonas lejanas. Además
los inmuebles necesitaban a menudo continuas obras de reparación
o restauración.
En general la casa posee un cuarto alto y bajo… también
existen excepciones:
Casa-palacio que posee D. Antonio de Perea y
Porras de Albuñuelas, 87 reales.
Casas-molino, del mismo dueño, 87 reales, pero también
las de D. Antonio de Zafra, molino de aceite, 272 reales de Albuñuelas
; D. Patricio de Samos beneficiado de Lanjarón, que es
molino harinero de 750 R., D. Francisco, presbítero de Pinos, molino harinero, 120 R; D. Diego de Salazar, cura de Restábal,
30 R; D. Isidro Guzmán, presbítero vecino de Melegís, molino de aceite, 520 R.
Casas-ventas: D. Patricio de Samos
de Lanjarón, 55 R.
Casas-cortijo de D. Manuel de Puerta
150 R, D. Patricio de Samos ; D. Francisco, presbítero de Pinos, 20 R; 90 R, D. Salvador
Bazán, que posee tres, 26 R de Lanjarón ; D. Diego,
beneficiado de Tablate.
También se comprueba que las casas del clero están
cerca de la Iglesia, o en el camino que va a ella, y que poseen
un huerto murado anejo a la casa; esto se aprecia al estudiar las
propiedades rústicas de regadío.
Las casas que poseen las demás instituciones, conventuales,
Tribunal de Santa Cruzada o confraternidades, son propiedades donadas
por particulares.
Se diferencian de las otras propiedades eclesiásticas,
en primer lugar, por la zona. Las edificaciones que tiene el clero
secular están en las inmediaciones del templo parroquial,
o contiguas a éste; en segundo lugar, son menos numerosas
pues generalmente la gente dejaba más parte de sus bienes
a la Iglesia de su localidad, sin embargo, hay excepciones como
se puede apreciar con las posesiones que posee el Fisco de la Inquisición
en Chite y Talará con 679 reales en rentas. Son sin embargo,
una minoría frente al superior montante del clero secular,
que posee el 80% de los edificios y además en él
revierten las capellanías y los patronatos que se fundan.
Con el cuadro resumen de cada localidad, aparte de observar las
posesiones, se aprecia que unas pocas manos concentran abundantes
ingresos, además al comparar las localidades podemos establecer
una jerarquía según su producto bruto.
Son poco significativas en comparación con las que poseen
el clero secular y el regular, y ocupan el tercer lugar en este
estudio, pues son colaterales al clero, es decir, son instituciones
que obtienen sus ingresos de la población y seguramente
no son manejados por el clero sino por los mayordomos que las rijan.
Sin embargo, es importante recogerlas pues indican qué devociones
son más importantes para la localidad y en qué grado.
LANJARÓN
POSEEDOR
FINCA URBANA
ARRIENDO ANUAL (R)
PRODUCTO BRUTO (R)
Hermandad S. Sebastián
Casa junto a la Ermita
12
12
Nº de poseedores
Total
Total
1
12
12
Especial mención merecen las capellanías. Esta tenencia
ex profeso para una causa tiene significación por el montante
que se delega para ello, pues son estrategias familiares dirigidas
a consolidar rentas y otros ingresos. Hay que decir que se prefieren
hacer capellanías sobre la tierra que sobre una edificación.
PADUL
POSEEDOR
FINCA URBANA
ARRIENDO ANUAL (R)
PRODUCTO BRUTO (R)
Capellanía fundada por Diego Hernández
Casa en Calle Encrucijada
110
110
Nº de poseedores
Total
Total
3
110
110
Como cierre a este epígrafe convenimos
con el profesor Joaquín M. Moya que “la inversión
segura en bienes inmuebles, cortijos y casas era lo que prevalecía.
El porcentaje sobre el total de la renta es explícito al respecto ”,
pues así es como se aseguraban la jerarquía y la manifestación
publicitaria de ésta.
En cada asiento realizado en los Libros de Vecindario suelen figurar
los siguientes datos en relación con las rentas de las propiedades
rústicas: tipo de finca (de regadío, de secano o viña,
también en doble división); el pago donde se halla
enclavada; la cabida de superficie que tiene; la calidad y la clase
que posee; los lindes (por levante, poniente, norte y sur) y el arbolado
si posee.
La tierra se divide en dos tipos: de regadío (vega) y de
secano. Cuando se expresa la cabida de cada una se suele usar la
cuartilla, el celemín y el marjal, para medir la tierra de
vega y la fanega para la de secano; además posee una calidad
y una clase, como regla cuasi general, para todas las posesiones
rústicas de las localidades en estudio. Podemos inferir que
se clasifica en tres tipos: buena, mediana y mala, a su vez estos
tipos se subdividen según la clase:
- Buena, abarca de 1ª a 2ª clase.
- Mediana, abarca de 3ª a 4ª clase.
- Mala, de 5ª clase en adelante hasta 18ª clase.
El estudio de la tierra permite conocer los diferentes pagos, zonas
en que se fracciona el territorio y que se reparte entre los pobladores-colonizadores,
agricultores en su gran mayoría, para así tener un
control sobre ésta. También se puede observar cómo
es el valor más elevado, es decir, si un edificio era un bien
seguro y rentable, la tierra supera con creces al edificio, pues
la tierra mezcla los cultivos con el producto de frutales, olivos,
almendros, parras, etc., que dan más dinero que un edificio
tasado que no puede producir más al año siguiente.
Los grandes propietarios son el clero, se ve que son auténticos
terratenientes y que sus bienes, tan rebatidos por los liberales
durante el periodo en que gobiernan, consiguiendo que la desamortización
mueva esos bienes de manos muertas, son efectivamente esto, bienes
amortizados, pues no se nota que saquen más provecho que el
estrictamente necesario para nutrirse con las rentas. También
es cierto que falta información en los Libros Vecindarios
en relación con sistemas de arrendamiento y, en general, explotación
de la tierra.
El clero secular está medianamente bien situado, económicamente
hablando. Las suertes de los beneficiados y de las sacristías
están provistas para sostener a la persona, bien distinto
es que en la realidad lo consiguiese o no, pues no tenemos demasiada
información sobre cómo vivían.
En cambio quien posee rentas muy jugosas es el clero regular, ahora
sí podemos hablar de terratenientes, pues son los que más
dinero obtienen por las propiedades. De todas las localidades analizadas,
Padul es donde este tipo de clero más posesiones presenta,
es además, muy significativo el montante que extraen y que
se puede desglosar de la siguiente manera:
La Madre Ana de Jesús, religiosa profesa
del convento de Santa Inés de Granada. Esta religiosa posee la mayor renta
rústica de todo el Valle, posee 54 piezas de riego, que oscilan
entre el medio marjal del pago de las viñas, de buena calidad
y 5ª clase, y los 4 marjales del pago del Estanquillo de mediana
calidad y 3ª clase, en total, 110 marjales y medio que montan
en 5.744, 33, viña de regadío, con 3.032; en el
secano tiene 11 fanegas y media que le reportan 7.749 reales,
y el arbolado
de las fincas 3.677, en total 20.202 reales y 33 maravedíes.
Las propiedades que tiene equivalen a la superficie de Saleres.
El Monasterio de San Basilio, es junto con el
monje D. Salvador Díaz el que más renta obtiene. El Monasterio posee
15 piezas de tierra de riego, con 33 marjales y medio que le reporta
2.599, 32, 17 piezas de secano, con 103 fanegas y media, que les
reporta 3.514, a ello se suma el arbolado, 243, 26, en total obtienen
6.356, 43 mrs (6357 reales y 9 maravedíes ). A esta cantidad
se le debe sumar la que toma el monje, 1.528, 47 (1529-13), en
total 7884 reales y 90 maravedíes (7886-90).
El Convento de la Piedad de Granada es otra institución
con altas rentas, 14 piezas de tierra de vega, que le reporta 1.716,
30, más 25 de secano, 2.828, la viña de secano 3
y el arbolado, 240, en total 4.787 reales y 30 maravedíes.
D. Pedro de Moya, presbítero posee 18 piezas de tierra
de riego, con un valor de 1.760, 19, las 8 piezas de secano, 37 fanegas
con un valor de 1.092, 1 pieza de viña de 25 marjales de regadío,
con un valor de 700, además del arbolado, 406 y el ganado:
2 vacas, 40 cabras, 870 ovejas y 6 cerdas, con un valor de 4.513,
11, en total 8.471 reales y 30 maravedíes.
Fisco de la Inquisición posee más
de 31 piezas de tierra de riego, 108 marjales con un valor de 5.408,
6; las 4 piezas
de secano, con 39 celemines, con un valor de 23, 38 (24-4); el
arbolado 6.644, 29, en total 12.075 reales y 73 maravedíes (12077-5).
De los cinco casos, solamente uno pertenece al clero secular, todos
los demás tienen como protagonistas al regular, o a alguna
institución “poderosa”, cabe preguntarse por qué sucede
este fenómeno. Las fuentes tienen demasiados silencios por
ahora, pero se puede argumentar que posiblemente sea por la fuerte
implantación que tienen estas instituciones en los pueblos
en su labor de captación de últimas voluntades. Así,
en la localidad de Albuñuelas se puede ver la relación
entre los dos conventos femeninos y la población que los acoge,
pues cada uno poseía un oratorio, lo que demuestra su implantación
material y devocional. Seguramente en estas localidades pasaba lo
mismo, el convento tendría algún lugar habilitado para
que la gente rindiera culto a las advocaciones que posee la orden
y en los testamentos se deja un trozo de tierra para que recen por
su alma. Es aquí cuando toma plena carta de naturaleza ese
intercambio de dinero por salvación del alma y cuando hay
que ahondar en el horizonte devocional de la gente. No podemos olvidar
que estamos en siglos muy religiosos, el clero, regular y secular,
son los que están más cerca de Dios, la muerte está muy
presente en la vida diaria, por eso nada mejor que prevenirla dando
lo mucho o lo poco que tenían, la tierra.
También las confraternidades tienen en estas propiedades
una jugosa remuneración que revierte directamente en el montante
para gastos que deben ir pagando tras cada función o auxilio
de sus hermanos.
Podemos apreciar que la nómina se basa en las cofradías
fundamentales que se propugnan tras Trento para fomentar la fe: Santísimo
Sacramento, Marianas y Benditas Ánimas. Además se suman
a estas dos santos que tiene bastante predicamento en Dúrcal,
San Blas y en Padul San Sebastián.
Significativas son las cantidades pecuniarias que se destinan a
las hermandades y cofradías, indiscutiblemente hablan de la
pujanza de la Hermandad del Santísimo frente a las demás
devociones en Albuñuelas, con 280 reales, lo mismo pasa en
Murchas, con 272, en Dúrcal, con 257 y en Saleres, con 164,
52 reales. No es así en Lanjarón, donde la Hermandad
de Ánimas tiene más peso, incluso que la del Rosario.
Con esto se ve que el Santísimo Sacramento tiene bastante
arraigo en la mayoría de poblaciones del Valle. Era, desde
luego, la cofradía “privilegiada” y principal
en cada feligresía.
Los censos, además de ser parte de los ingresos que pueden
percibir regularmente el clero secular, es un impuesto que tienen
que satisfacer del dinero que tomen, y que tiene varios destinos:
En primer lugar, a la Real Población, esta
es recaudada para la corona. Es pagado por el curato de Cózvijar, 62 R,
el presbítero y vecino de Cónchar D. José Orduña,
también lo debe pagar D. Diego de Salazar, cura de Pinos del
Valle, 16-26 R e incluso las instituciones confraternales lo pagan,
la Memoria de las Benditas Ánimas de la parroquia de Cózvijar
4 R.
En segundo lugar, a los habices de la Santa Iglesia
Metropolitana, pagados por D. Diego de Salazar 16 R y
la Memoria de las Benditas Ánimas
5 R.
Es interesante detenerse un poco más en examinar los censos
que paga D. Diego de Salazar, además de los mencionados, a
Real Población y hábices, debe pagar al Convento de
Religiosas de la Santísima Trinidad de Granada 22 R y al beneficio
de la parroquia por una memoria 7-12 R. pero además este clérigo
tiene que pagar por la hacienda libre otra vez por los mismos conceptos,
tal y como se ve en la tabla resumen por tener hacienda libre paga
dos veces más doblándose sus pagos:
Censos de
D. Diego de Salazar
Real Población
9-8
Real Población
121-8
Habices
16
Habices
22
Convento de Religiosas
22
Convento de Religiosas
37-12
Convento de Religiosas
7-12
7-12
11
Total
54- 20
Total
246- 6
No es el único componente del clero que
paga, los clérigos de Albuñuelas también deben
abonar una fuerte suma a los diferentes entes:
ALBUÑUELAS
POSEEDOR
CENSO A REAL POBLACIÓN (R)
OTROS
TOTAL (R)
D. Antonio de Perea y Porras
62 Reales con 17 maravedíes
118 Reales y 12 maravedíes a Dª Jerónima
vecina de Loja
312- 29
132 al Concejo
D. Antonio de Zafra
14-17
18 a los habices de Sta Iglesia de Granada
56- 23
15 R al Tribunal de Sta Cruzada
9 R y 6 mrs memoria de este beneficiado
D. José Jiménez
4
47 de libre
111- 17
3 a habices
4 por posesión de su capellanía
33 R a Convento de Nra. Sra. de la Victoria
5 - 17 por su memoria
15 R a Convento de Monjas Sta. Paula
D. Francisco García Pinto
18
18
Suerte del Curato
11-26
A beneficiado 44
Nº de poseedores
Total
Total
Total
4
98-34
399- 23
506-69
También el libro Vecindario de Dúrcal
recoge los censos que pagan los clérigos, la particularidad
es que no es sólo a la Corona sino a órdenes regulares.
La nómina de instituciones nos da una idea de la importancia
de los pagos que efectúan:
DÚRCAL
POSEEDOR
INSTITUCIÓN/ PERSONA
PRECIO (R)
TOTAL
Jerónimo de la Puerta
A Convento Santos Mártires Granada
13
13
Juana Caliente viuda
A Convento Santos Mártires Granada
104
José de la Puerta
A Convento Santos Mártires Granada
16
16
Cecilio de la Puerta
A Convento Santos Mártires Granada
18
18
José Fernández
A D. Damián de Torres, presbítero
20 -10
20 -10
Luís Martín
A D. Damián de Torres, presbítero
8
D. Juan de Ledesma
Hospital de Nra. Sra del Pilar de Zaragoza en Granada
198
Memoria que fundó Sebastián de Molina
45
Colegial del Salvador Granada
132
D. Marcelino de Salas
Convento Sta. Paula
115
Real Fisco de la inquisición del Reino
38
D. Manuel Agustín de Ledesma
Convento de la Merced
56 - 8
Convento de religiosas agustinas de Granada
210
Marqués de Mondéjar
Subarriendo de pastos al Colegial del S. San Pablo
500
Leña para carbón al Colegial del S. San Pablo
500
Nº poseedores
Total
Total
10
1973- 18
1973-18
Pero también a las instituciones confraternales
se les paga, así lo podemos observar en el siguiente cuadro
del lugar de Dúrcal.
La regularidad de las cantidades habla de una posible cuota, de
la cual no sabemos más que lo recoge el libro.
Censos
que pagan a la Cofradía del Santísimo de Dúrcal
Poseedor
Precio
Andrés Haro
18- 17
Francisco de Puerta, soldado miliciano
7
Juan de Molina Puerta
18- 17
Juan de Agustín
18- 14
Felipe Melguizo
8
Total
70- 14
Además son significativas las cantidades
por otros conceptos:
Hermandad del Rosario 6 olivos en tierra de vecinos.
Hermandad
de las Benditas Ánimas un olivo y una estaca,
dos morales en tierra de un vecino.
4. “INTROMISIONES”, ATOMIZACIÓN
DE LAS OFRENDAS A SANTOS Y DEVOCIONES PROTECTORAS.
Es curioso observar en los documentos cómo hay gente que
dona un olivo, un plantón, una estaca o un moral. Constituye
una práctica dentro del mundo piadoso, como se ha señalado
ya, estamos dentro de parámetros religiosos que marcan el
tiempo, la vida está regida por Dios y por sus fieles representantes,
los clérigos seculares muy en contacto con el “pueblo
de Dios” y los regulares, en todas sus variedades.
Dentro de este marco espacio-devocional hay que tener presente que
estamos en una zona rural, de gente campesina, generalmente pobre,
que tiene su vista puesta en conseguir después de esta vida
ir al cielo, es su único consuelo, por eso donan lo poco que
tienen.
En esta sociedad campesina, la tierra es quien da el prestigio,
y lo que se cultiva, la comida, un olivo representa al igual que
un animal, gallina, cerdo, mulo, oveja, buey, etc., una fuente de
alimento y una ayuda en las labores del campo, es en definitiva una
gran ayuda.
Explicar esta práctica requiere centrarse en los parámetros
socioreligiosos que envolvían a la persona que lo dona. Estamos
en época muy religiosa, el cielo y el infierno están
muy presentes. El poder de la Iglesia institucional se ejercitaba
en las conciencias. Su autoridad se plasmaría durante siglos,
efecto de la eficacia del programa tridentino que propugna que los
santos son lo mejores protectores de la persona. Se potencian la
fe en el santísimo sacramento, en la Virgen María y
en la pléyade de devociones que consigues “tener de
tu parte” cuando das un donativo o participas en alguna institución
confraternal o te acoges a la Iglesia.
Ir al cielo, purgatorio o infierno no es solamente cuestión
de hacer el bien o el mal, sino, ganar durante la vida toda la gracia
que se pueda, obtener muchas indulgencias o que el estamento clerical
te tenga siempre presente durante sus oraciones o celebraciones eucarísticas,
por ello donar un obsequio a este importante grupo supone ganar el
favor de Dios y conseguir certeza de que tras la muerte ibas al cielo.
Las condiciones de la persona en esta época, generalmente,
son estrechas, con una casa modesta y enseres lo mismo; un trozo
de tierra donde cultivar o tener un olivo o unos cuantos; el ganado
imprescindible para sustentar la economía de la casa. Desde
que fue adulto entró en una cofradía o hermandad, pagó la
cuota y en el momento de la muerte, junto a su cama, estaría
el clero aconsejándolo, además del notario. Mientras
redacta el testamento la persona sabe que tiene que dejar una señal
al representante de Dios en la tierra para no ser olvidado, por eso
se dona lo poco que posee, es un signo de la búsqueda de “ganar
el cielo” siglos de hambrunas, guerras y enfermedades.
He aquí un cuadro con esas “intromisiones”.
POSEEDOR
POSESIÓN
PRODUCTO BRUTO
CLERO SECULAR
Suerte sacristía
6 olivos y un plantón
Viene en total la cantidad que percibe
Suerte Beneficiado
4 olivos y una estaca
Idem
Francisco de Quesada, presbítero,
vecino de Granada
2 morales
Viene inserto en el concepto arbolado
D. José González presbítero-beneficiado
de Melegís y Murchas
5 olivos
Idem
D. José Orduña
1 y 5 olivos
Idem
D. Antonio Alechaga clérigo menores,
vecino de Melegís
No solamente tenían posesiones rústicas y urbanas
y censos, es importante destacar que la mayoría del clero
tenía cabezas de ganado, para sus labores.
Sirva como ejemplo D. Antonio de Zafra presbítero de Albuñuelas. Pero son los clérigos de Cózvijar, Lanjarón
y Melegís los que poseen más ganado, tal y como se
recoge en los apéndices de estas localidades.
El ganado también indica la posición social de la
persona, hay que suponer que estando en un ámbito campesino
lo adecuado es tener animales que ayuden en el campo, pero cada animal
necesita ser mantenido, alojamiento, comida, etc.
Era fácil para esta época conseguir algún equino
en la feria de la zona, pero los precios no serían accesibles
para todas las economías campesinas de subsistencia por las
coordenadas temporales en las que nos movemos.
Ese mismo ganado podemos decir que tiene bastantes utilidades, para
ayudar en las labores del campo, para uso personal, como medio de
transporte, (el clérigo debe ir a la capital o a otra parroquia,
no hay carreteras, el medio de locomoción eran los équidos,
sobre todo por su fácil tracción frente al terreno
agreste de la zona). También como alimento; las cabras que
se mencionan y sobre todo las cerdas, son indispensables en la dieta
y más si hay bastantes bocas que mantener.
El clérigo ya sea beneficiado, presbítero o cura,
tenía que detraer de todos los ingresos anuales una serie
de gastos:
Para pagar los censos, Real Población de la Corona.
Para
la Sta. Iglesia Catedral de Granada.
Para el personal que
mantenía.
Para los edificios.
Para los elementos del culto.
Garzón Pareja menciona que el arzobispo, el clero y los edificios
de catedrales, colegiatas y parroquias eran partícipes en
la distribución de los diezmos. Los conceptos eran personales… o
de mantenimiento de los edificios y culto… en la repartición
a título personal propiamente dicha y otros ingresos que podían
proceder de fundaciones y memorias, pues el producto de los bienes
inmuebles de una parroquia o beneficio, aparecen descontados de los
sueldos, por lo que en algunos casos la participación
en los diezmos era puramente nominal.
El
término “allegados” hace referencia al personal
que mantenía, se puede dividir por un lado, en personal que
se unen a él por lazos de sangre, esto es, padres, madres,
hermanos y hermanas, sobrinos y sobrinas, etc., y por otro, en personal
que entra bajo su servicio, es decir, sus criadas y criados y mozos.
Avelina Benítez recoge el mismo fenómeno en Medina
Sidonia “el clérigo no vive solo. Su condición
clerical hace que a menudo se encuentre rodeado de personas a las
que ayuda y asiste y que recíprocamente le prestan algún
servicio. Presenta una dimensión social muy acusada. Tanto
a nivel familiar como estamental tiene unas relaciones personales
muy fuertes, no en vano su status social y posición hacen
que sea una persona respetada y valorada ”.
El clero a pesar de estar en la base de la pirámide jerárquica
estaba instruido, las escuelas sólo existen para los nobles
y para el clero, por eso era frecuente que los mozos jóvenes
fuesen pupilos aceptados por el clérigo, a cambio del servicio
personal recibían la manutención y la formación
que tenía el clérigo, si superaba a este era cuando
se le buscaba alguna recomendación para que siguiera “carrera”.
También tener personal a su servicio era un distintivo social,
indicaba poseer un nivel económico pujante que podía
permitir tener a mozos, criados y sirvientes para mostrar ese prestigio.
Procedían de fundaciones piadosas realizadas por particulares
o instituciones, cuyos objetivos, estipulados en los estatutos de
su institución, perseguían ciertos servicios espirituales,
bien relacionados con el alma del fundador y sus parientes, bien
orientados a una mayor ostentación o cuidado del culto divino.
Podían ser fundadas y adscritas a cualquier iglesia o centro
religioso, ya fuera de carácter exclusivamente espiritual,
ya de fines asistenciales. Así, encontramos capellanías
sitas en parroquias, conventos… todo ello, dependiendo usualmente
en el Antiguo Régimen de voluntades particulares. La piedad,
el temor, el deseo de ostentación, normalmente acentuado en
la precisión de los propios funerales, o la práctica
de la caridad, manifestaciones canalizadas según el alcance
de las fortunas fundadoras, incidían en la cantidad y “calidad” de
las capellanías.
Desde sus orígenes, las capellanías nacían
respaldadas por una dotación económica, normalmente
basada en los bienes muebles – casas y fincas- o en censos,
juros y tributos. Dichas rentas y frutos se separaban de los bienes
del fundador, constituyendo patrimonio aparte, adquiriendo el carácter
eclesiástico necesario para gozar de la inmunidad de los bienes
de la Iglesia.
Aquí es donde se puede apreciar cómo se hacia una
apuesta segura por alguien cercano a la familia que la instituía,
son muy numerosas las capellanías en todo el Valle. En ellas
se donaban casas, tierras y arbolado. No es la única institución
de este tipo, aparecen también las memorias y las fundaciones.
Este es el cuadro de las capellanías:
POSEEDOR
POSESIÓN
PRODUCTO NETO
TOTAL
D. Antonio de Zafra, presbítero
2 piezas de
de 6 celemines
Dª Mª Fernández
1 pieza de
riego 4 marjales
60
301- 29 ½
2 piezas de
secano 30 celemines
72-21
2 piezas de
viñas secano 19 celemines
45
Arbolado
124-8 1/2
D Francisco Pérez
3 piezas de
regadío 18 marjales y medio
2 piezas de
secano 8 celemines
Nicolás Agustín
1 pieza de
secano 2 fanegas
33- 32
33- 32
D Rodrigo Canella
12 olivos en olivar Marchena
45
45
D José de España, cura Béznar.
6 piezas de
riego 15 marjales
3563
7079-23
7 piezas de
Secano 34 fanegas
1428
Arbolado 97-10
2088- 23
En olivar Marchena 26 olivos
Coste incluido en el arbolado
D. Nicolás de Padilla vecino Alhama
En tierra concejo 1 olivo y 7 olivos más
Fundad por D. Juan de la Rosa
1 pieza de riego 10 celemines
64- 4
378- 16
Arbolado 250-8
314-12
D. Frenando Nonite
1 pieza de
riego,
58-28
247-15
5 piezas de secano
116
Arbolado
72-21
D. José de la Villa vecino Granada
1 olivo
927- 6
18 piezas de riego
520- 7
3 piezas de secano
36
Arbolado
370-32
Fundada por D. Juan de la Rosa presbítero y vecino de
Granada
Aparte de las capellanías y fundaciones hay un último
tipo de legado posmorten, las memorias. En la documentación
encontramos los siguientes casos:
Fundada por Francisco de Blancais para el cura que fuese de este
lugar y que posee el Licenciado D. Diego José 1 casa
que gana 96 R.
Fundada por D. Tesifón de la Blanca a favor
del beneficiado de este lugar 1 casa B. Bajo que gana 448 R;
una pieza de riego:
5-30, arbolado: 17, el total 510- 30 mrs.
Patronato fundado por Fernando Morales un casa en el barrio de la
Era 30, otra calle encrucijada 33
El presente estudio sobre el clero en la Vicaría
del Valle de Lecrín nos permite:
Tener una idea aproximada de las localidades que lo componen
cuando se hizo el Catastro.
Nos informa sobre la composición de la baja jerarquía
eclesiástica: clero secular y regular, qué posesiones
tiene, cuánto dinero le reportan, qué pagan al
Estado, etc.
Aparecen las instituciones confraternales, que también
son censadas.
Nos permite ver el territorio
que abarcaban las posesiones rústicas de los propietarios
ya aludidos, por los pagos que se reparten, la superficie,
la renta, etc., en una primera aproximación, pues quedan
por analizar otras fuentes complementarias.
Se demuestra
que pocas manos disfrutan de una gran riqueza, esto obedece a
la lógica del Antiguo Régimen.
En resumen, nos muestra una radiografía de la economía
de un sector privilegiado en aquella sociedad.
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