Se oyen las
campanas,
llaman a Dios,
desde todas las alturas,
desde todas las bajuras,
desde el monte,
desde el mar.
Este breve verso abre este artículo
sobre el Corpus Chico, aquel que sucede posterior al principal
en la ciudad
de San Fernando.
Se va a centrar en una de sus barriadas, la de Bazán.
Y vamos a tener la oportunidad de comprobar las costumbres
que se dan al pasar el Santísimo por sus calles.
GEOGRAFÍA
DE SAN FERNANDO
La periférica
barriada de Bazán situada al Norte de la ciudad,
separada de la Población Militar de San Carlos por
la vía
del ferrocarril, fue construida a mediados del siglo XX
para albergar a los trabajadores de los astilleros de la
Empresa Nacional Bazán.
Los
edificios presentan una forma arquitectónica usual
no constando monumentalidad ni piedra vista sino funcionalidad
al ser un área post moderna de filas de bloques
homogéneos con espacios abiertos y ajardinados.
Entre los edificios
más destacados encontramos la Parroquia de la
Sagrada Familia. Es un edificio reaprovechado, nave
industrial,
que en la actualidad alberga numerosas devociones.
En la siguiente
fotografía, del autor, se observa el tejado circular
sostenido por la estructura de trinchos que lo sujeta
y que según la disposición y forma podría
haber servido de zona de almacenaje.
La planta de la Iglesia, es de una sola
nave, con una abertura en el lado izquierdo, según
se entra desde la puerta principal, donde está la
capilla del Santísimo, allí se contiene
el sagrario.
El día 15 de junio a las 21:00 h dio comienzo el
acto. La Cruz-guía (Fernando Romero) acompañada
de los ciriales fue quien guio el cortejo por las principales
calles de la barriada.
Detrás los niños y niñas de comunión de ese año
para así ofrecer la ingenuidad, la inocencia y la frescura durante el
caluroso recorrido.
La comitiva siguió con la bandera
de paso de la hermandad de la Virgen de los Ángeles
y su comitiva.
En la imagen el estandarte y la bacalá detrás
acompañada de su respectiva comitiva.
En la siguiente instantánea un detalle del
bordado de una de las dos puntas del estandarte,
sobre fondo grana el dorado con motivos vegetales
de trigo como símbolo de la eucaristía.
El guión sacramental delante del Santísimo
con sus campanillas anunciando su inminente paso a la
feligresía.
Una instantánea de la Custodia tomando la calle
de frente.
Al igual que durante el recorrido del jueves, se hicieron
altares al paso del Santísimo.
En la primera fotografía la custodia parándose
delante del altar erigido a San José por la Asociación
de Vecinos San José, y en la siguiente oran el
sacerdote y el acolito que lo acompañaba antes
de seguir el camino.
Detalle del altar vecinal con la imagen tan querida como
venerada del entrañable patriarca.
Otro altar, en este caso dedicado
a la otra gran advocación, la Virgen de Fátima
y a la del Rocío. Como se ve hay más elementos,
el pan con en anagrama de Jesucristo, las espigas de
trigo con las uvas.
Se aprecia que se hace en la acera, a la entrada de
la casa particular pues según la familia se enriquece
más o menos el altar.
El patriarca S. José ha calado tanto en la raíz
del pueblo que en el corpus grande y en los chicos, cada
barriada posee su propio corpus, estará siempre
presente por todos los rincones posibles.
Sobre las 22:15 se recogía la procesión
y dejó estampas tan espectaculares como la siguiente
imagen.
Las confraternidades participantes mostraron sus respetos
al Santísimo antes de su definitiva entrada al
tempo y se oyó el himno de España y un
rezo.
Todo el barrio se volcó con la procesión
de su “Corpus chico”, como se aprecia esperaban
sin importunar al paso o a los representantes durante
todo el recorrido.