La cocina durante
este intenso periodo festivo toma sabores a intensa
canela, alegre matalahúva y dulce chocolate.
No hay mesa en la que no se degusten pestiños,
torrijas, leche frita, etc. Es algo típico,
es un plato exclusivo del tiempo que se vive.
En esta época de la cocina rápida,
la prisa y los alimentos precocinados existe
en Granada, a lo largo de la calle San Antón
(si entras desde el Palacio de Congresos está al
principio y si bajas desde la iglesia de San
Antón se encuentra al final) una panadería
artesana.
Es un negocio familiar, uno de los muchos que
siguen luchando día a día, amasando
cada madrugada para ofrecer al consumidor un
alimento excelente.
En la imagen, fotografía del autor, el escaparate
de la
panadería en la calle San Antón.
Dado que me dedicaré a los dulces pasaré por
alto todas las variedades de pan, que el lector
y la lectora debe descubrir por su propio paladar.
Para
Semana Santa se ofrecen hojaldrines para
rellenar. Aparte
de los diferentes tipos de pestiños, cuatro
clases que he podido saborear. Blandos, duros, menos
duros, cortos. Cada pestiño a pesar
de contar con los mismos ingredientes (harina,
aceite, vino,
sal), posee un gusto propio en base a otros
ingredientes que espero y animo a que descubras.
No puedes dejar pasar por alto la oportunidad
de probar esos pestiños
que se deshacen en la boca y que dejan, cada tipo, un sabor diferente y
acorde con una sensación exclusiva que tu paladar agradecerá.
También ánimo a llevar torrijas y leche frita. Son productos
estrella y son tratados como tal, con amor, cariño y pasión,
por ser un tiempo tan especial.
En la siguiente
imagen, fotografía del autor, Mercedes, muestra
la bandeja de torrijas que empiezan a ser tan demandadas
y que están recién hechas, pues
todos los productos son diarios y al cien por
cien con
productos naturales.
Como cierre falta por
decir, buen provecho, pues perdonen que lo digan, “esas
torrijas me llaman”.