LA “HERMANDAD DEL
SEÑOR” UNA DE LAS MÁS ANTIGUAS DE GRANADA Y PROVINCIA
Teresa Berdugo
Villena
Padul, 12 de marzo de 2015
Los
habitantes de Padul tenemos la satisfacción de haber
recibido de nuestros antepasados una hermosa tradición
cofrade que data de tiempos muy antiguos, tan antiguos
como los que se remontan al año 1579.
Esta tradición cofrade supone un legado, más
hermoso aún, de la fe de nuestros antepasados en
Jesús de Nazaret que se manifestó en ese
momento, con la creación de la venerable “HERMANDAD
DEL SSMO. SACRAMENTO Y COFRADÍA DEL STO. SEPULCRO
Y DEL SEÑOR RESUCITADO DE PADUL”.
Fue, como hemos dicho, en
el año de gracia de 1579 cuando Felipe II, el Rey en cuyos dominios no se ponía
el sol, estaba al frente de los destinos de España.
Ocurrió entonces que, en un pueblo granadino del
Valle de Lecrín, en Padul, comenzó a brillar
también un pequeño sol, cuya luz se ha mantenido
encendida a lo largo de más de cinco siglos de Historia:
Era la luz de una Cofradía naciente en la que se
venera a Jesús muerto y Resucitado, y a Jesús
en el Sacramento de la Eucaristía.
La diócesis de Granada estaba entonces regida,
por el Arzobispo D. Juan Méndez de Salvatierra,
que ratificó con su firma la creación de
esta Hermandad; desde entonces hasta la fecha, ha desempeñado
fielmente su cometido, procesionando cada año por
las calles de Padul, (salvo en el período de la
2ª República en que se prohibieron las Procesiones).
Al estar constituida como Hermandad Sacramental, Penitencial
y de Gloria, su misión cofrade es triple. De ahí su
fecunda aportación de fe que se potencia y alimenta
en los siguientes actos de culto que realiza como cumplimiento
de sus fines:
Dar
culto público al Stmo. Sacramento en la
procesión anual del Corpus Christi, en la que
el Señor Jesús pasea su presencia viva
por el pueblo de Padul, engalanadas al efecto con altares
y enseñas
de devoción y culto; una nutrida comitiva de personas
lo acompaña por las calles cubiertas de tomillo
y de romero.
La
devoción y culto a su Pasión
y Muerte, en estación de penitencia del Viernes
Santo.
Y
el culto al Señor Resucitado, que procesiona
radiante en la clara mañana del Domingo de
Pascua.
Pues bien, cada Viernes Santo, esta antigua Hermandad
rememora en la Procesión del Entierro de Cristo
junto con otros Pasos, los momentos más significativos
de la Pasión del Señor representados en un
cortejo de imágenes, obra de prestigiosos autores,
como Pablo de Rojas, Navas Parejo, Espinosa Cuadros, y
otros. Son las que se veneran en las siguientes Hermandades
y Cofradías devocionales de Padul: Jesús
en la Oración en el Huerto, Jesús en la Flagelación,
Ntro. Padre Jesús Nazareno, El Señor de las
Tres Caídas, Cristo Crucificado, Cristo Yacente,
llevado por “Cuatro nazarenos”, El Santo Sepulcro,
custodiado por “Soldados Romanos”, que junto
con la “Verónica”, “La Virgen” y
las “Tres Marías”, forman la Cofradía
de Los Pasos Vivientes; Siguen las Hermandades de La Virgen
de las Angustias, la Hermandad de San Juan, y La Virgen
de los Dolores y, ; finalmente, La Cruz con el Santo Sudario,
cierra la Procesión.
Y así, al atardecer de cada Viernes Santo, cuando
el sol va declinando en el horizonte y la noche va cayendo
silenciosa, envuelta en el misterio sacrosanto de la Pasión
de un Dios que se hizo hombre en total solidaridad con
la especie humana, los sones graves y acompasados de los
Pasos, empiezan a proclamar la fe de un pueblo en el Señor
Jesús y en la Virgen Madre. Caminan solemnes y majestuosos,
acompañados por los miembros de su Hermandad. Costaleros
y Costaleras llevan sobre sus hombros el peso de la imagen
venerada. Los hermanos cofrades, los penitentes, las camareras
de la Virgen, y tantos otros fieles, avanzan pausadamente
al son piadoso y lastimero de las bandas de música,
interrumpidas solo de vez en cuando, por el quejido de
una saeta que rompe el aire y detiene el tiempo, para llegar
al corazón de Jesús doliente, y de la Señora.
Es el mensaje de una catequesis viviente que los Pasos
van pregonando con las voces del silencio.
Estos Pasos procesionan juntos en Padul desde los primeros
años del pasado siglo XX, gracias al Párroco
D. Adrián López Iriarte, de feliz memoria.
El último en incorporarse fue El Señor Caído
en 1934. Entre ésta y la más antigua, La
Hermandad del Señor, se encuentra el hermoso y preciado
conjunto de las Hermandades y Cofradías anteriormente
citadas; todas y cada una de ellas, veneradas y queridas
por la generalidad de los paduleños, muchos de los
cuales tienen a gala el pertenecer como hermanos cofrades,
no sólo a una, o a varias, sino a la totalidad de
las mismas.
Por razones de brevedad, señalaré solamente
las tres de mayor antigüedad: La Hermandad de San
Juan; de la cual se dice en el libro de Actas del año
1684 que:
“En la Villa del Padul, el primer día del
mes de Enero de mil seiscientos ochenta y cuatro años,
se juntó la Hermandad del Señor San Juan,
a nombrar mayordomo”. Evidentemente, la creación
de la Hermandad es anterior a esa fecha, lo cual se confirma
de hecho, por la que aparece grabada en la corona del Santo,
el año 1620, en el que la recibió como donación.
La siguiente en antigüedad es la Hermandad
de Esclavitud y Caridad de María Stma. de las Angustias, fundada
en once de Mayo de mil setecientos ochenta y tres años;
(libro de Actas).
Y ya, a mediados del siglo XIX se crea
la Hermandad de Nuestra
Señora de los Dolores, fundada
el año
1854.
En la actualidad, la Hermandad de Ntro. Padre Jesús
de la Victoria y Ntra. Sra. del Valle (La Borriquilla),
de reciente incorporación, procesiona el Domingo
de Ramos al inicio de la Semana Santa completando así,
los Pasos que conmemoran la Pasión del Señor.
Y esta es la historia de aquella luz que comenzó a
brillar en un pueblo granadino en el año de 1579;
luz que ha llegado hasta nosotros de la mano de nuestros
mayores, paso a paso, generación tras generación,
transmitiendo su fe, como antorcha radiante renovada cada
Semana Santa, en un largo recorrido de siglos.