Padulcofrade.com  

¿Por qué cargo?

Alguna vez me hice esta pregunta, y aún no le he encontrado una respuesta adecuada. ¿Es un acto de fe? ¿Es una tradición? ¿Es solo la costumbre y el deseo de no cortar una secuencia de años? ¿Es por sentir el dulce peso del madero? ¿Es porque creo que así puedo limpiar mi alma de los pecados cometidos? ¿Es simple exhibicionismo? Cuántos motivos puedo tener para justificar mi presencia en una cuadra y llevar en mis hombros el anda de Jesús.

Pero hay una razón muy poderosa que me mueve a hacerlo. Con este acto, no estoy limpiando mis pecados. Ni siquiera es una obligación litúrgica que me haga más, o menos religioso. Es un simple deseo de estar un poquito más cerca de Jesús. Es la búsqueda de una comunión con Cristo, a través de la oración profunda, meditada y auténtica. Cuando te llevo en mis hombros, 0h, Jesús, siento sobre mí, todo el inmerecido peso de tu amor, caen de mi frente muchas veces, gotas de sudor que son como agua bendita que limpia mis malos pensamientos, siento que el esfuerzo que hago para soportar la pesada anda, y llegar hasta la esquina, compensa en alguna forma, el peso de la cruz que Tú llevaste un día para redimirnos del pecado y salvarnos de la muerte. Por eso busco la oportunidad de tomar tu cruz por unos instantes y gozar de la inmensa alegría de sentirte junto a mi. Si Tú has aliviado mi alma, si me has ayudado con el peso de mis penas, si has tomado sobre tus hombros mi cansancio, mis fracasos, mis frustraciones, mis angustias, ¿por qué yo no he de llevar en mis hombros tu pena y tu dolor de ver a tu rebaño que se desvía de los verdes pastos en donde Tú los dejaste? Me gusta cargar para pedirte una bendición y una gracia para mí y también para mis padres, para mis hijos, para mis amigos lejanos y cercanos, para los que pueden decidir el destino de la humanidad y para los que tienen necesidad de Tí pero que no te buscan por orgullo.

Y mientras me des fuerzas, Señor, seguiré cargando, aunque no sea esta la respuesta exacta.



Aviso Legal
© padulcofrade.com 2001-2002. Todos los derechos reservados