Desde los antiguos ermitaños que se establecieron
en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos
por su profunda devoción a la Santísima
Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión
de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo
de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo
XIII, cinco siglos antes de la proclamación
del dogma, el misal Carmelita contenía una
Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de Benedicto XVI, 15, VII, 06
El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la
costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura
de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales,
predilectas de los eremitas. El más célebre
de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías,
quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente
de la contaminación de los cultos idolátricos
la pureza de la fe en el Dios único y verdadero.
Inspirándose en la figura de Elías, surgió al
Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia
religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos,
como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del
Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz
(en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido
en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima
Virgen del Monte Carmelo, señalándola como
modelo de oración, de contemplación y de
dedicación a Dios. María, en efecto, antes
y de modo insuperable, creyó y experimentó que
Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre
del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente
la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración
de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma
y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo
deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa
esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden
Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart,
no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María
ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio
de la oración.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica,
dependían de las estrellas para marcar su rumbo
en el inmenso océano. De aquí la analogía
con La Virgen María quien como, estrella del mar,
nos guía por las aguas difíciles de la vida
hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas
se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua
tradición nos dice que antes de partir se les apareció la
Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser
para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían
también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza
como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen
se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del
Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera
en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas
a medida que la orden se propagó por el mundo. A
los Carmelitas se les conoce por su devoción a la
Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal
de Elías. Incluso se le llamó: "Los
hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo".
En su profesión religiosa se consagraban a Dios
y a María, y tomaban el hábito en honor ella,
como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían
a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente
en los lugares donde los carmelitas se establecieron.
España
Entre los lugares en que se venera en España la
Virgen de España como patrona está Beniaján,
Murcia. Vea ahí más imágenes.
América: Es patrona de Chile; en el Ecuador es
reina de la región de Cuenca y del Azuay, recibiendo
la coronación pontificia el 16 de julio del 2002.
En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca
se venera hace más de 300 años. Es además
venerada por muchos en todo el continente.
El Escapulario Carmelita
"La
devoción del escapulario del Carmen ha hecho
descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias
espirituales y temporales” (Pío
XII, 6-VIII-1950).
¿Qué es el Escapulario
Carmelita?
Escapulario carmelita
El escapulario es un sacramental.
Un sacramental es un objeto religioso
que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda
a vivir santamente
y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales
deben mover nuestros corazones a renunciar a
todo pecado, incluso al venial.
El escapulario, al ser un sacramental,
no nos comunica gracias como hacen los sacramentos
sino que nos disponen
al amor a Dios y a la verdadera contrición
del pecado si los recibimos con devoción.
Los seres humanos nos comunicamos
por símbolos.
Así como tenemos banderas, escudos y también
uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas
llevan su hábito como signo de su consagración
a Dios.
Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que
desean asociarse a los religiosos en su búsqueda
de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio
a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura
que todos los devotos pueden llevar para significar su
consagración a ella. Consiste en un cordón
que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de
tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre
la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y
la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los más
importantes sacramentales marianos.
Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como
los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme,
así Nuestra Señora Madre María está satisfecha
cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de
que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la
familia de la Madre de Dios."
¿Cómo se originó el escapulario?
La palabra escapulario viene del latín "scapulae" que
significa "hombros". Originalmente era un vestido
superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes
durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido
de ser la cruz de cada día que, como discípulos
de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas
particularmente, pasó a expresar la dedicación
especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar
su vida de entrega a Cristo y a los demás.
La Virgen María entrega el escapulario el 16 de
julio de 1251
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock
general de la Orden Carmelita. Este comprendió que,
sin una intervención de la Virgen, a la orden le
quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María
poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían.
En su oración la llamó "La
flor del Carmelo" y la "Estrella
del Mar" y le suplicó la
protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de
julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón
Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente
promesa:
"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para
todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario
no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos
laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir
una vida más comprometida con la espiritualidad
carmelita y así se comenzó la cofradía
del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio
de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario.
La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a
los laicos.
La Santísima Virgen se apareció al Papa
Juan XXII en el siglo XIV y le prometió para quienes
cumplieran los requisitos de esta devoción que "como
Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos
y protección especial, les ayudaré para que,
libres cuanto antes de sus penas, (...) sean trasladadas
sus almas a la bienaventuranza".
Explicación de la Promesa
Muchos Papas, santos y teólogos católicos
han explicado que, según esta promesa, quien tenga
la devoción al escapulario y lo use, recibirá de
María Santísima a la hora de la muerte, la
gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin
pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento).
Por parte del devoto, el escapulario es una señal
de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el
ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.
El escapulario tiene tres significados
El amor y la protección maternal de María:
El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como
María cuando nace Jesús lo envuelve en un
manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.
Envolver en su manto es una señal muy maternal
de protección y cuidado. Señal de que nos
envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre
de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.
Vemos en la Biblia
Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después
de que pecaron. (Manto - signo de perdón)
Jonatán
le dio su manto a David: símbolo
de amistad
Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de
su espíritu en su partida.
S. Pablo:
revístanse de Cristo: vestirnos con
el manto de sus virtudes.
Pertenencia a María
Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos.
El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra
consagración a María.
Consagración: 'pertenecer a María' es reconocer
su misión maternal sobre nosotros y entregarnos
a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por
Ella y en su corazón. Así podremos ser usados
por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.
En 1950 Papa
Pío XII escribió acerca del
escapulario: "que sea tu signo de consagración
al Inmaculado Corazón de María, lo
cual estamos particularmente necesitando en estos
tiempos
tan peligrosos"
En las palabras del Papa vemos mas vez más devoción
a la Virgen del Carmen es devoción a la Inmaculada.
Quien lleve el escapulario debe estar consciente de su
consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente
en sus pensamientos, palabras y obras.
El suave yugo de Cristo
"Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi,
porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán
alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".
(Mt 11:29-30)
El escapulario
simboliza ese yugo que Jesús nos
invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.
Quién lleva el escapulario debe identificarse como
católico sin temor a los rechazos y dificultades
que ese yugo le traiga.
Se debe vivir lo que significa
El escapulario es un signo de nuestra identidad
como católicos, vinculados de íntimamente
a la Virgen María con el propósito
de vivir plenamente según nuestro bautismo.
Representa nuestra decisión de seguir a
Jesús por María en el espíritu
de los religiosos pero adaptado a la propia vocación.
Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida
sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes
por amor a Dios.
Al usar el escapulario constantemente hacemos
silenciosa petición de asistencia continua
a la Santísima Madre. La Virgen nos enseña
e intercede para que recibamos las gracias para
vivir como ella, abiertos de corazón al
Señor, escuchando Su Palabra, orando, descubriendo
a Dios en la vida diaria y cercano a las necesidades
de nuestros hermanos. El escapulario además
es un recuerdo de que nuestra meta es el cielo
y todo lo de este mundo está pasando.
En momentos de tentación, tomamos el escapulario
en nuestras manos e invocamos la asistencia de
la Madre, resueltos a ser fieles al Señor.
Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón
de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder
vencido.
Imposición del Escapulario
La
imposición se hace preferentemente en
comunidad.
Es
necesario que en la celebración quede
bien expresado el sentido espiritual de las
gracias unidas al Escapulario de la Virgen
del Carmen y los compromisos asumidos con este
signo de devoción a la Santísima
Virgen.
El
primer escapulario debe ser bendecido por un
sacerdote e impuesto por él mientras
dice la oración:
"Recibe este
escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima
que por sus méritos, lo lleves sin ninguna
mancha de pecado y que te proteja de todo mal
y te lleve a la vida eterna"
¿Puede darse el
escapulario a quien no es católico?
Sí. El escapulario es signo de la Maternidad
Espiritual de María y debemos recordar
que ella es madre de todos. Muchos milagros de
conversión se han realizado en favor de
buenos no-católicos que se han decidido
a practicar la devoción al escapulario.
Testimonios de Conversiones
Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón
Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo.
La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita
llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones
por el moribundo, éste recobró el conocimiento
y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por
qué está usando el Escapulario Carmelita?",
preguntó el sacerdote. "He
prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además
rezo un Ave María diariamente." "Usted
se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere
hacerse católico?" "Toda mi vida lo he deseado",
contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la
Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.
Juan Pablo II habla del escapulario
Nuestra Señora del
Carmelo La Medalla Escapulario
La medalla-escapulario tiene en una cara la imagen del
Sagrado Corazón de Jesús y la imagen de la
Bienaventurada Virgen María en su reverso. En 1910,
el Papa Pío X declaró que, una persona válidamente
investida en su escapulario de tela podía llevar
la medalla-escapulario en su lugar, provisto que tuviera
razones legítimas para sustituir su escapulario
de tela por la medalla- escapulario. Esta concesión
fue hecha a petición de los misioneros en los países
del trópico, donde los escapularios de tela se deterioran
pronto. Ahora bien, el Papa Pío X y su sucesor,
el Papa Benedicto XV, expresaron su profundo deseo de que
las personas continuaran llevando el escapulario de tela
cuando fuera posible, y que no sustituyeran el escapulario
de tela por la medalla escapulario sin que medie primero
razón suficiente. La vanidad o el miedo a profesar
su fe en público no pueden ser razones que satisfagan
a Nuestra Señora. Personas de esta clase corren
el riesgo de no recibir la promesa del escapulario del
Carmen. (Tomado del panfleto "Otorga
mucha importancia a tu escapulario" del Apostolado Mundial de Fátima,
Washington, NJ 07882-0976 USA).
Advertencias prácticas
Una vez bendecido el primer escapulario, el devoto no
necesita pedir la bendición para escapularios posteriores.
Los escapularios gastados, si han sido bendecidos no se
deben echar a la basura. Se pueden quemar o enterrar como
signo de respeto.
Alerta contra abusos
El escapulario NO salva por si solo como si fuera algo
mágico o de buena suerte, ni es una excusa para
evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian
Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No
lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado
de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a
pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...
Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia
suplicante´ de la madre de la misericordia."
Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de
no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos
salvar llevando el escapulario sin conversión. El
Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto
que la Virgen María ama de manera especial a quienes
son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio
a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio
con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle
honor"
Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación
es cometer pecado de presunción ya que la fe y la
fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los
que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.
San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y
si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo,
entonces morirás en pecado, pero no morirás
con tu escapulario"
El privilegio sabatino
La Virgen rescata del purgatorio. Este privilegio es una
promesa de la Virgen que consiste en la liberación
del purgatorio el primer sábado (día que
la Iglesia ha dedicado a la Virgen) después de la
muerte por medio de una intercesión especial de
la Virgen
Se originó en una bula o edicto que fue proclamado
por el Papa Juan XXII en marzo 3, 1322 como resultado de
una aparición que tuvo de la Virgen en la que prometió para
aquellos que cumplieran los requisitos de esta devoción
que "como Madre de Misericordia, con mis ruegos, oraciones,
méritos y protección especial, les ayudaré para
que, libres cuanto antes de sus penas, sean trasladadas
sus almas a la bienaventuranza".
Condiciones para que aplique este privilegio
1) Usar el escapulario con fidelidad.
2) Observar castidad de acuerdo al estado de vida.
3) Rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas
en honor a la Virgen) o rezar diariamente cinco décadas
del rosario.
El Papa Pablo V confirmó en una proclamación
oficial que se podía enseñar acerca del privilegio
sabatino a todos los creyentes.
El Escapulario y la Virgen de Fátima
Es evidente que la Virgen María quiere revelarnos
de manera especial el escapulario. Reporta Lucia (vidente
de Fátima, hoy Hermana María del Inmaculado
Corazón), que en la última aparición
(Octubre, 1917, día del milagro del sol), la Virgen
vino vestida con el hábito carmelita y con el escapulario
en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo
llevaran con reverencia. También pidió que
los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha
consagración.
Hablan los Papas y los Santos
El Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario
solo 25 años después de la Visión
del Escapulario. 600 años más tarde cuando
abrieron su tumba, su escapulario estaba intacto.
El Papa Pío XII habló frecuentemente del
Escapulario. En 1951, aniversario 700 de la aparición
de Nuestra Señora a San Simón Stock, el
Papa ante una numerosa audiencia en Roma exhortó a
que se usara el Escapulario como "Signo
de Consagración
al Inmaculado Corazón de María" (tal
como pidió la Virgen en Fátima). El Escapulario
también representa el dulce yugo de Jesús
que María nos ayuda a sobrellevar. Y finalmente,
el Papa continuó, El Escapulario nos marca como
hijos escogidos de María y se convierte para nosotros
(como lo llaman los alemanes) en un "Vestido
de Gracia".
El mismo día que S. Simón Stock recibió de
María el escapulario y la promesa, él fue
llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado.
Cuando llegó puso el escapulario sobre el hombre,
pidiéndole a la Virgen que mantuviera la promesa
que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se
arrepintió,
se confesó y murió en gracia de Dios.
San Alfonso Ligorio y S. Juan Bosco tenían una
especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban
el escapulario. Cuando murió San Alfonso Ligorio
le enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su
escapulario. Muchos años después cuando abrieron
su tumba encontraron que su cuerpo y todas las vestimentas
estaban hechas polvo, sin embargo su escapulario estaba
intacto. El escapulario de San Alfonso está en exhibición
en su Monasterio en Roma.
San Alfonso Ligorio nos dice: "Herejes
modernos se burlan del uso del Escapulario. Lo desacreditan
como una
insignificancia vana y absurda."
San Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por
amor. Cada mes llegaba a Cartagena, Colombia un barco con
esclavos. San Pedro se esforzaba por la salvación
de cada uno. Organizaba catequistas, los preparaba para
el bautismo y los investía con el escapulario. Algunos
clérigos acusaron al santo de celo indiscreto. Sin
embargo él continuó su obra hasta tener más
de 300,000 conversos.
San Claudio de Colombiere Director espiritual de St. Margarita María
«Yo quería saber si María en realidad
se había interesado en mí, y en el escapulario
Ella me ha dado la seguridad más palpable. Sólo
necesito abrir mis ojos, Ella ha otorgado su protección
a este escapulario: "Quien
muera vestido en él
no sufrirá el fuego eterno".»
Dijo también: "Debido a que todas las formas
de amar a la Santísima Virgen y las diversas maneras
de expresar ese amor no pueden ser igualmente agradables
a ella y por consiguiente no nos ayudan en el mismo grado
para alcanzar el cielo, lo digo sin vacilar ni un momento, ¡El
Escapulario Carmelita es su predilecto!" y agrega "Ninguna
devoción ha sido confirmada con mayor número
de milagros auténticos que el Escapulario Carmelita".
Otros testimonios
"Un sacerdote de Chicago fue llamado para ir a asistir
a un moribundo que había estado lejos de su fe y
de los sacramentos por muchos años. El moribundo
no quiso recibirlo, ni hablar con él. Pero el sacerdote
insistió y le enseñó el escapulario
que llevaba. Le preguntó si le permitiría
ponérselo. El hombre aceptó con tal que el
sacerdote lo dejara en paz. Una hora más tarde el
moribundo mandó a llamar al sacerdote pues deseaba
confesarse y morir en gracia y amistad con Dios"
El demonio odia el escapulario. Un día al Venerable
Francisco Yepes se le cayó el escapulario. Mientras
se lo ponía, el demonio aulló: "¡Quítate
el hábito que nos arrebata tantas almas!".
Un misionero Carmelita de Tierra Santa fue llamado a suministrar
la unción de los enfermos en el año 1944.
Notó que mientras caminaba, sus pies se hundían
cada vez más en el fango hasta que, tratando de
encontrar tierra firme, se deslizó en un pozo de
fango en el que se hundía hacia la muerte. Pensó en
la Virgen y besó su hábito el cual era escapulario.
Miró entonces hacía la Montaña del
Carmelo gritando: "¡Santa Madre del Carmelo! ¡Ayúdame! ¡Sálvame!".
Un momento más tarde se encontró en terreno
sólido. Atestiguó más tarde: "Sé que
fui salvado por la Santísima Virgen por medio de
su Escapulario Carmelita. Mis zapatos desaparecieron en
el lodo y yo estaba cubierto de él, pero caminé las
dos millas que faltaban, alabando a María".
Salvados del mar
En el verano de 1845 el barco inglés, "Rey
del Océano" se hallaba en medio de un feroz
huracán. las olas lo azotaban sin piedad y el fin
parecía cercano. Un ministro protestante llamado
Fisher en compañía de su esposa e hijos y
otros pasajeros fueron a la cubierta para suplicar misericordia
y perdón. Entre la tripulación se encontraba
el irlandés John McAuliffe. Al mirar la gravedad
de la situación, el joven abrió su camisa,
se quitó el Escapulario y, haciendo con él
la Señal de la Cruz sobre las furiosas olas, lo
lanzó al océano. En ese preciso momento el
viento se calmó. Solamente una ola más llegó a
la cubierta, trayendo con ella el Escapulario que quedó depositado
a los pies del muchacho.
Durante lo acontecido el ministro había estado
observando cuidadosamente las acciones de McAuliffe y fue
testigo del milagro. Al interrogar al joven se informaron
acerca de la Santísima Virgen y su Escapulario.
El Sr. Fisher y su familia resolvieron ingresar en la Iglesia
Católica lo más pronto posible y así disfrutar
la gran protección del Escapulario de Nuestra Señora.
Un hogar salvado del fuego
En mayo de 1957, un sacerdote Carmelita en Alemania publicó una
historia extraordinaria de cómo el Escapulario había
librado un hogar del fuego. Una hilera completa de casas
se habían incendiado en Westboden, Alemania. Los
piadosos residentes de una casa de dos familias, al ver
el fuego, inmediatamente colgaron un Escapulario a la puerta
de la entrada principal. Centellas volaron sobre ella y
alrededor de ella, pero la casa permaneció intacta.
En 5 horas, 22 hogares habían sido reducidos a cenizas.
La única construcción que permaneció intacta,
en medio de la destrucción, fue aquella que tenía
el Escapulario adherido a su puerta. Los cientos de personas
que vinieron a ver el lugar que Nuestra Señora había
salvado son testigos oculares del poder del Escapulario
y de la intercesión de la Santísima Virgen
María.
El Escapulario aviva el fervor
En Octubre de 1952, un oficial de la Fuerza Aérea
en Texas escribió lo siguiente: "Seis meses
después de comenzar a usar el Escapulario, experimenté un
notable cambio en mi vida. Casi inmediatamente comencé a
asistir a Misa todos los días. Durante la cuaresma
viví fervorosamente como nunca lo había hecho.
Fui iniciado en la práctica de la meditación
y me encontré realizando débiles intentos
en al camino de la perfección. He estado tratando
de vivir con Dios y doy el crédito al Escapulario
de María".
Recordemos que el escapulario es un signo poderoso del
amor y protección maternal de María y de
su llamada a una vida de santidad y sin pecado.
Usar el escapulario es una respuesta de amor a la Madre
que vino a darnos un regalo de su misericordia. Debemos
usarlo como recordatorio que le pertenecemos a ella, que
deseamos imitarla y vivir en gracia bajo su manto protector.
Oración a la Virgen
del Carmen
Súplica para tiempos difíciles
"Tengo
mil dificultades:
ayúdame.
De los enemigos del alma:
sálvame.
En mis desaciertos:
ilumíname.
En mis dudas y penas:
confórtame.
En mis enfermedades:
fortaléceme.
Cuando me desprecien:
anímame.
En las tentaciones:
defiéndeme.
En horas difíciles:
consuélame.
Con tu corazón maternal:
á mame.
Con tu inmenso poder:
protégeme.
Y en tus brazos al expirar:
recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén."
Oración a la Virgen
del Carmen
Oh Virgen
María, Madre de Dios y Madre también
de los pecadores y especial Protectora de los que visten
tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te
engrandeció, escogiéndote para verdadera
Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo,
el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida,
la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades,
el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que
te pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra
y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para
conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.
Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles,
santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo
mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo:
Tres Avemarías.
Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos
sin excepción, se cobijen bajo tu sombra protectora
de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos
a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos
de ésta tu querida insignia.
¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados
reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna
tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades
de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia
Católica, nuestra Madre, así como las de
mi nación y las de todo el mundo, las mías
propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos
de compasión a tantos pobres pecadores, herejes
y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo
y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas
del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre
Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad.
Amén.