Biografía
Oficial de Juan Pablo II

Juan Pablo II, quien por más
de 26 años manejó los destinos de la Iglesia Católica
y se dio a conocer en el mundo como "El Papa viajero"
y "El mensajero de la paz", estaba en estado grave el
viernes.
Los primeros años
El polaco Karol Wojtyla, primer Papa eslavo de la historia, gobernó
la Iglesia católica durante casi 30 años, la hizo
entrar en el tercer milenario y quedará en los anales de
la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI por su
carisma, su estilo y sus ideas, a la vez modernas y conservadoras.
Los últimos años de su vida fueron
un largo y doloroso combate contra la enfermedad y la decrepitud.
Pero el anciano Papa, el único que conocieron las nuevas
generaciones, había sido al comienzo de su mandato un hombre
lleno de fuerza, un vigoroso deportista que amaba relacionarse
con la gente.
Desde el inicio mismo de su pontificado, Juan
Pablo II imprimió su marca particular. Su elección
al trono de San Pedro, el 16 de octubre de 1978, cuando tenía
58 años, se produjo tras dos días de cónclave
y constituyó una sorpresa, ya que su nombre no figuraba
entre los favoritos.
Nació con el nombre de Karol Wojtyla, en
Wadowice, un pequeño pueblo al sur de Polonia, el 18 de
mayo de 1920. Era el segundo de los dos hijos del matrimonio integrado
por Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska.
Su madre falleció en el año 1929.
Su hermano mayor, Edmund, de profesión médico, murió
en 1932; y su padre, un suboficial del ejército polaco,
murió en 1941, durante la ocupación de la Alemania
nazi.
Wojtyla hizo la Primera Comunión a los
9 años de edad, y a los 18 recibió la Confirmación,
en Cracovia, ciudad que a mediados del Siglo XVIII sufrió
la ocupación por parte de los rusos y después fue
anexada al imperio austriaco.
Cuando Wojtyla terminó los estudios de
enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita, de Wadowice
(Polonia), se matriculó en la Universidad Jagellónica
de Cracovia (en 1938) y también en una escuela de teatro.
Perseguido por la Gestapo
La biografía oficial agrega que cuando
las fuerzas de ocupación alemanas cerraron la Universidad,
en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una
cantera y luego en una fábrica química (Solvay),
para ganarse la vida y evitar que fuera deportado a Alemania.
Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de
Cracovia.
En esa época conoció al célebre
actor Mieczyslaw Koltarszyk, creador del teatro Rapsódico,
y Wojtyla se unió a su grupo, con el que interpretó
papeles de contenido patriótico.
También participó en la resistencia
contra Alemania para ayudar a salvar a familias judías.
Posteriormente, la situación de Wojtyla se complicó
en Polonia y se vio obligado a buscar refugio en los subterráneos
del arzobispado de Cracovia.
En 1942 ingresó en el seminario clandestino
que había fundado monseñor Sapieha, cardenal arzobispo
de Cracovia, y comenzó la carrera de Teología.
El primero de noviembre de 1946 cantó misa
en la capilla privada de Sapieha.
Poco después se trasladó a Roma
para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del
Pontificio Ateneo "Angelicum", obteniendo el doctorado
en Teología con la tesis "El acto de Fe en la doctrina
de San Juan de la Cruz".
En 1948 regresó a Polonia y ejerció
su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia
de Niegowic, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses.
En noviembre de ese mismo año obtuvo la
habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de
Teología de la Universidad Jagellonica.
El 17 de agosto de 1949 se trasladó como
vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde
ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo
con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de
la Universidad estatal de esa ciudad.
Nombrado profesor de Teología Moral y Etica
Social del seminario metropolitano de Cracovia, el primero de
octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de Etica
en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica
de Lublín, en la que dos años después fue
nombrado director de la Cátedra de Etica.
El 4 de julio de 1958, a los 38 años, Pío
XII le nombró obispo auxiliar de la archidiócesis
de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo
Baziak.
Arzobispo de Cracovia
A partir del 11 de octubre de 1962, el obispo
Wojtyla comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano
II, destacando sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno
y la libertad religiosa.
Clausurado el Concilio, el 8 de diciembre de 1965
pasó a formar parte de las Congregaciones para los Sacramentos
y para la Educación Católica, y del Consejo para
los Laicos.
Tras el Concilio publicó "Amor y responsabilidad"
y "Mandamientos de la renovación del Concilio Vaticano
II". En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado
vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente Pablo VI le eligió
arzobispo de Cracovia.
El 29 de mayo de 1967 fue creado cardenal, lo
que le convirtió en el segundo más joven de la Iglesia
Católica, con 47 años.
En agosto de 1978 murió Juan Pablo I, tras
un pontificado de 33 días, y el 16 de octubre de 1978 Karol
Wojtyla fue elegido sucesor de San Pedro, con el nombre de Juan
Pablo II, convirtiéndose, con 58 años, en el Papa
más joven del siglo y en el primero no italiano desde el
holandés Adriano VI (1552).
Tres días después de su elección
viajó a Castel Gandolfo y el 5 de noviembre visitó
Asís, el primero de sus 144 viajes por Italia.
El 3 de diciembre de 1978 visitó la parroquia
romana de San Francesco Saverio, la primera de las más
de 300 visitadas en la Ciudad Eterna.
El 25 de enero de 1979 comenzó en México
y la República Dominicana el primero de sus 104 viajes
fuera de Italia. El último fue el pasado 14 y 15 de agosto
al santuario mariano de Lourdes, en Francia.
El 4 de marzo de 1979 publicó la encíclica
"Redemptor hominis", la primera de las catorce escritas
en estos 25 años. La última fue "Ecclesia de
Eucharistia", del 17 de abril de 2003.
Juan Pablo II convocó para el 28 de junio
de ese año el primero de sus nueve consistorios, coincidiendo
con sus 25 años de Pontificado y en el que nombró
31 nuevos purpurados.
A lo largo de sus casi 26 años de pontificado
creó un total de 232 cardenales, de ellos uno "in
pectore", es decir que mantiene su nombre en secreto mientras
así lo considera el Papa.
El 13 de mayo de 1981 resultó herido de
gravedad en el abdomen y la mano en un atentado perpetrado por
el terrorista turco Ali Agca, lo que desencadenó una serie
de dolencias que le llevaron al quirófano en repetidas
ocasiones.

Se enfrentó a la curia romana
Primer Pontífice extranjero después
de cuatro siglos y medio de monopolio italiano, el nuevo Papa
se enfrentó muy pronto a la Curia romana: enviando al museo
de antigüedades la silla gestatoria utilizada por sus antecesores
para mostrarse en público, se puso a nivel de la calle
y de las multitudes, sonriendo, dejándose tocar, y alzando
a los niños en sus brazos.
El Vaticano y la Plaza de San Pedro pronto le
quedaron pequeños al 263º Pontífice de la Iglesia
Católica, que salió por el mundo a encontrarse con
los fieles. El "Papa peregrino", como lo bautizaron
los católicos, recorrió más de un millón
de kilómetros en un centenar de viajes al extranjero, y
permitió que la blanca imagen del pontífice concentrara
una cobertura mediática nunca vista con anterioridad.
Su carisma era evidente. El joven Wojtyla había
sido un apasionado del teatro y, de ese pasado, Juan Pablo II
había conservado un gran sentido del auditorio, al punto
de que cuando se dirigía a las multitudes, cada uno tenía
el sentimiento de que el Papa le estaba hablando personalmente.
El éxito fue inmediato, en particular en
América Latina, donde los medios de comunicación,
particularmente inventivos, lo llamaron "el atleta de Dios",
el "caminante del Evangelio", el "Papa peregrino".
Poeta, filósofo, políglota y deportista,
Juan Pablo II, en su prolongado mandato, uno de los más
largos de la historia de la Iglesia católico, superó
numerosas marcas: no sólo fue el Pontífice más
viajero, sino también el que proclamó más
santos y beatos, de todos los tiempos y de todos los orígenes.
Aunque Juan Pablo II no era muy grande en cuanto
a estatura física, pues medía apenas 1,76 metros,
los fotógrafos lo convirtieron en un gigante desde los
años iniciales de su reino.
Esa imagen imponente perduró hasta el 13
de mayo de 1981, día de la Virgen de Fátima, cuando
el extremista de derecha turco Mehmed Ali Agca le disparó
tres balazos en plena Plaza de San Pedro.
El Papa se salvó milagrosamente, pero desde
entonces comenzó a sufrir problemas de salud: además
de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de
bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció
luego un cáncer de intestino, la fractura del fémur
y de un hombro, y, desde los años 90, tuvo que sobrellevar
la enfermedad de Parkinson.
Esto no impidió que, a fines de los años
80, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos
que se producían en el ex bloque comunista contribuyeran
de modo considerable a la caída de los regímenes
de Europa del Este, según coinciden numerosos historiadores.
Más de una década después,
y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003
Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la
guerra de Estados Unidos contra Irak. En esa misión evidenció
la misma determinación que había mostrado al inicio
de su pontificado para mediar entre Argentina y Chile cuando se
encontraban al borde del enfrentamiento.
Idéntica energía desplegó
para aislar y neutralizar a los defensores de la Teología
de la Liberación, en América Latina, y para alentar
el desarrollo de la influencia de movimientos ultraconservadores,
como el Opus Dei, que llegaron a ocupar un lugar influyente en
el Vaticano.
Entre los temas capitales que ha abordado en sus
encíclicas y en sus numerosos discursos y ensayos están
la protección de la vida humana desde antes del nacimiento
y la reafirmación de los principios tradicionales de la
Iglesia católica en el campo de la moral sexual, sin olvidar
la reconciliación con los judíos y la búsqueda
de un diálogo con todas las iglesias.
Entre los principales episodios de su pontificado está
la primera visita de un Papa a una iglesia luterana (Roma, 1983),
la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada mundial de
oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión
del arzobispo Marcel Lefebvre (1988).
Este año se produjo un hecho histórico:
Juan Pablo II visitó la ortodoxa Atenas y entró
en una mezquita, la de Damasco, siendo la primera vez que un Pontífice
romano pisaba una mezquita y oraba en su interior.
Asimismo, figuran el primer encuentro de un Papa
con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Año
Santo de 1983, a partir del cual creó las Jornadas mundiales
de la Juventud, celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires,
Santiago de Compostela (España), Denver (ESTADOS UNIDOS),
Manila, Czestochowa (Polonia), París y Toronto (Canadá)
en el 2002.
La Jornada del Año 2000 reunió en
Roma a más de dos millones de jóvenes procedentes
de todo el mundo, en la mayor concentración de jóvenes
en Occidente.
También destaca el encuentro con el último
presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, en diciembre de 1989,
que marcó el final de los regímenes comunistas europeos
y la normalización de la Iglesia católica en dichos
países, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba,
donde fue recibido con todos los honores por el presidente Fidel
Castro.
Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan
Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho
Canónico Latino (1983) y Oriental, así como el Catecismo
Universal de la Iglesia Católica (1992), fruto del Sínodo
especial de Obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.
Su gran deseo era llegar al año 2000, abrir
la Puerta Santa e introducir la Iglesia en el tercer milenio.
Lo consiguió, al igual que su anhelado viaje a Tierra Santa.
En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra
Santa. Visitó el Monte Nebo, donde Moisés vio la
Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén,
Nazaret y varias localidades de Galilea.
Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en
reconocer en 1986 "los derechos nacionales" del pueblo
palestino y entablar relaciones diplomáticas plenas con
Israel en 1994, ofició misa en la Plaza del Pesebre de
Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones
y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los
cristianos que persiguieron a los judíos y celebró
misa en el Santo Sepulcro.
En el mes de mayo de 2000, en su tercer viaje
a Fátima (el último de los cuatro realizados a Portugal),
beatificó a Jacinta y Francisco, los dos pastorcillos a
los que se apareció la Virgen en 1917 y a petición
propia se desveló el tercer secreto de Fátima referido
al atentado que Juan Pablo II sufrió en 1981.
Los otros dos secretos, que forman parte de un
mismo mensaje, fueron desvelados hace años. Se referían
a la visión aterradora del infierno, la devoción
al Corazón Inmaculado de María, al final de la Primera
Guerra Mundial y comienzo de la Segunda, la conversión
de Rusia y el fin del comunismo.
A mediados de marzo de 2004 pasó a ser
el tercer Papa que más tiempo permaneció en el trono
de Pedro.
Juan Pablo II no ha ido a Moscú, un viaje
deseado ardientemente, ya que el patriarcado ortodoxo de Moscú
es el más importante y un abrazo con el patriarca Alejo
II habría supuesto un gran paso para esa anhelada unidad
de los cristianos.
Tampoco ha pisado China,
donde los católicos siguen estando perseguidos.
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