Teresa Berdugo
Villena
Natural y vecina de Padul (Granada)
Padul, mayo 2010
En
el año
2000, la Corporación
Municipal de Padul
decidió cambiar
su nombre oficial:
PADUL, por el de
EL PADUL, aduciendo
razones de mayor
antigüedad
para este último.
Este hecho originó una
polémica
entre sus habitantes;
en primer lugar
porque no se les
había notificado
con anterioridad
ni se había
hecho una consulta
previa; en segundo
lugar, porque una
gran mayoría
no estaba de acuerdo
con el cambio,
ni con quienes
sostenían.
que el origen del
nombre era árabe
y procedente, en
concreto, de Al
Badul.
A petición
de algunos vecinos
de la localidad,
mayores en edad
y, por tanto, conocedores
de la tradición,
elaboré el
presente escrito.
El
tema merece tratarse
con serenidad,
por respeto a la
verdad del nombre
del municipio y a sus gentes.
No es cuestión
de políticas,
ni de imposición
de unas opiniones
sobre
otras, ni de agradar
ni disgustar a
nadie. De lo que
se trata es de
buscar y esclarecer
la
verdad del origen
de su auténtico
nombre de una vez
por todas, tanto
desde sus
comienzos, como
a lo largo de su
historia.
En este sentido,
se puede afirmar,
sin lugar a dudas,
que el nombre originario
y más
antiguo de PADUL,
no lleva artículo.
La razón
es la siguiente:
Se
trata de un
nombre latino,
dado por los
romanos cuando
conquistaron
esta zona,
hecho
que ocurrió dos
siglos antes del nacimiento
de Jesucristo,
alrededor
del año
175 o 170 a.
C, o sea, nada
menos
que unos diez
siglos
antes de que
los musulmanes
se apoderaran
de nuestra región.
Los romanos
lo llamaron así,
por la laguna y
sin artículo,
porque en latín
ni siquiera
existe.
Procede
en concreto de
la palabra latina:
PALUDEM, que es
el caso acusativo correspondiente
al Nominativo Palus,
cuyo genitivo es
Paludis, según
el enunciado de esta
palabra latina
que significaba
y sigue significando:
laguna,
pantano, humedal, como
puede comprobarse
actualmente en
cualquier diccionario
latino-español.
Ahora bien, en
el proceso de evolución
del latín
a las lenguas romances
como es
sabido, quedó solamente
el caso Acusativo:
PALUDEM, que como
solía suceder
en otras
muchas palabras
latinas, experimentó varias
transformaciones
al pasar al español.
Son las
siguientes:
Metátesis o cambio de lugar,
entre la L y
la D, que dio
lugar
a
PADULEM, en vez
de PALUDEM.
Pérdida de
la M
final.
Todas las m finales
de palabras latinas,
desaparecieron
al pasar al castellano;
en consecuencia,
quedó PADULE.
Tampoco subsistieron
en final de palabra,
las vocales e,
u , i, por lo
que,
finalmente, quedó:
PADUL.
Hay
ejemplos de esto
en otras muchas
palabras que no
creo necesario
mencionar.
El autor VEIKKO
VÄÄNÄNEN,
en su libro titulado
Latín
Vulgar,
traducido del francés
por Manuel Carrión y publicado en
la Editorial Gredos,
cita precisamente
esta palabra
paludem como ejemplo
de metátesis,
es decir, del cambio
de sitio de la
l y la d, con lo
que queda padulem;
cita también
otras como cocodrilo,
que en su origen
era crocodilo,
tomada del griego.
Al tiempo que esto
sucedía
en el habla popular,
ocurría
también
que en el habla
culta y en la escritura,
seguía manteniéndose
la raíz
de la palabra exacta:
PALUDEM, o
PALUDIS, o PALUDI,
etc..., siempre
con el mismo significado
de: laguna, pantano,
humedal o algo
relacionado con
el agua. Esta forma
culta también
persistió y
persiste
todavía
y ha dado origen
a otras palabras
castellanas, como:
paludismo por ejemplo,
que
designa la enfermedad
que producen los
mosquitos, que
se crían
precisamente en
las
lagunas o lugares
pantanosos.
Es
decir, como sucede
en muchas
palabras latinas,
al pasar al castellano
puede producirse
un doblete, o sea,
dos palabras algo
distintas entre
si, pero con el
mismo significado
fundamental: una
que procede de
lal latín
por vía
popular con las
transformaciones
correspondientes
y que en lingüística,
históricamente
hablando se llama
vulgarismo y otra
que procede del
latín culto,
llamada cultismo,
ambas como digo,
con el mismo
significado fundamental.
Esto
fue lo que pasó con
los términos
PADUL (por vía
popular) y paludismo (por vía
culta), lo mismo
que con: caldo y cálido,
que proceden de
la palabra latina
calidus que
significa: caliente,
y que dio en castellano:
cálido por
vía culta,
y caldo por vía
popular,
con pérdida
de la i en sílaba
medial detrás
de vocal acentuada.
Así pues
el nombre
de PADUL,
procede del
latín
y en su origen, desde el siglo II antes de Cristo, nunca
llevó artículo, porque
EN LATÍN,
NI SIQUIERA EXISTE.
Que a nadie le quepa la menor duda.
Desde el punto
de vista lingüístico
esto es absolutamente
cierto y queda
confirmado
además,
por los datos que
aportan la Geografía
y la Historia Universal
respecto a la
costumbre de los
romanos de poner
el nombre de PALUDEM (que
pasó a PADULEM),
a los lugares o
grupos
de población
más o menos
amplios en los
que existían
lagunas o
pantanos, o sencillamente
humedales o ríos;
es decir, en donde
había agua.
Esta costumbre
está confirmada
por la existencia
de otros pueblos
de origen romano
con
este mismo nombre,
no sólo
en España,
sino también
en Italia, aunque
lógicamente
no
siempre ha evolucionado
de la misma manera;
así, pueden
constatarse: Paduli,
(Italia, a
11 Kms. de Benevento,
entre los ríos
Tammar y Calore)
Padula (Italia,
provincia de
Salerno, a 4 Kms.
de la ribera izquierda
del río
Tanaro), Padules,
(Municipio de la
provincia de Almería,
con una buena vega
bañada por
el río Andarax).
En cualquier Enciclopedia
o Diccionario de
calidad, e incluso
a través
de Internet, puede
comprobarse la
verdad de estas
afirmaciones.
Ahora
bien, la Historia
y la Filología
confirman que el
nombre de Padul
persistió tal
cual
para nuestro pueblo,
durante la época
romana, visigoda,
e incluso árabe,
porque cuando
se produjo la invasión
musulmana, en el
siglo VIII, o sea,
diez
siglos después
de tener
su nombre de PADUL
sin artículo,
siguió llamándose
así; Pero
como en el alfabeto á
rabe no existe
la P, ellos transcribían
en su lugar la
B, y escribían
BADUL, aunque lo más probable
es que pronunciaran
PADUL. A causa
de la costumbre árabe
de
anteponerle el
artículo
a todo, o a casi
todo, terminaron
escribiendo AL
BADUL, pero
pronunciando:AL
PADUL.
Luego,
si atendemos al
origen, lo que
es absolutamente
cierto, es que
el nombre
auténtico
y más antiguo
es PADUL
sin artículo
ninguno, y con
muchos siglos de
ventaja a su favor,
sobre la variante árabe,
pudo ser traducida
posteriormente,
con el
artículo
EL y, después
de la conquista,
es posible que
convivieran ambas
formas; pero
nunca logró suprimir
ni desbancar esta última
a la primera y
menos aún,
en época
más
reciente.
En todo caso, la
variante con artículo
sería simplemente
un modismo coloquial,
que en
mi opinión
y con el respeto
que me merecen
otras, no tiene
consistencia como
para
considerarse ni
siquiera una aportación
cultural, puesto
que en ese caso
hubiera sido otro
el resultado, ya
que de la expresión árabe
Al-Badul, se hubiera
derivado Al
Padul,
como Almuñecar,
Albuñuelas o Albuñol,
por ejemplo.
Basándose
en esto, algunas
personas entendidas,
como el P.
Manuel Ferrer, autor de
los
magníficos
libros sobre Sierra
Nevada entre otros
muchos, paduleño
de pro, y cuya
competencia en
estos temas es
de todos conocida,
piensan que la
costumbre de anteponer
el artículo,
aunque tenga influencia árabe,
puede ser incluso
posterior, puesto
que no
recoge el artículo árabe
AL, tal cual, sino
EL.
Sea como fuere,
lo cierto es que
aunque en el lenguaje
hablado y coloquial
ha existido y
existe la costumbre
de nombrarlo también
con artículo,
sin embargo, a
la hora de
escribirlo en cualquier
otro tipo de documentos
públicos
o privados, esas
mismas
personas han escrito
y escriben simplemente
PADUL.
Es lo mismo que
sucede con los
topónimos
de ciertos países
como Perú,
Brasil, Japón,
etc. Aunque se
dice con frecuencia:
el Perú,
el Brasil, el Japón,
sin embargo, el
nombre
oficial a todos
los niveles: políticos,
geográficos,
documentales etc.,
figura sin artículo
y
se escribe siempre
Perú, Brasil,
Japón. Así también,
sucede con el nombre
oficial de
Padul. Prueba de
ello es que fue
la corporación
municipal del Ayuntamiento
la que
decidió cambiarlo;
si fue necesario
un pleno para cambiarlo,
es porque su nombre
oficial
era otro hasta
que decidieron
el cambio en el
año 2000.
Lo dicho hasta
el momento sería
suficiente para
demostrar que si
lo que se quiere
es
volver a los orígenes,
no es precisamente
la denominación
con artículo
la más antigua,
sino todo lo contrario.
Ahora bien, para
actuar con objetividad
y rigor, y en atención
a algunas opiniones
que
quieren considerar
el nombre de Padul
como procedente
del árabe
AL BADUL, he
realizado otra
investigación,
cuyo proceso y
conclusiones expongo
a continuación:
Busqué el
topónimo PADUL en el libro
del famoso arabista
Asín
Palacios,
-titulado:
Contribución
a la Toponimia Árabe
de España,
2ª Ed. C.S.I.C.-,
por si aparecía Padul entre
los pueblos con
nombre árabe
que él recoge
en dicho libro.
No está incluido
ni
registrado Padul
por el autor Asín
Palacios,
entre los pueblos
cuyo
nombre se considera
de origen árabe.
Cabía también
la posibilidad
de que aún
siendo de origen
latino, existiera
alguna palabraá
rabe con esa misma
raíz, o
relacionada, de
alguna manera,
con este nombre
de Padul.
Para
investigarlo adecuadamente
recabé la
ayuda del P. Antonio
Torres, Profesor
de
Lengua Hebrea de
la Facultad de
Filosofía
y Letras de Granada
y buen conocedor
de las
lenguas Semíticas,
el cual, tras una
detenida investigación,
me confirmó que
no existe
ningún sustantivo
en la lengua árabe
con esa estructura,
es decir, con las
consonantes B D
L en ninguna de
sus posibilidades:
ni con la D oclusiva,
ni con la D interdental,
ni con la
D enfática. Él,
que conoce también
a la perfección
las Lenguas Clásicas
Latín y
Griego,
afirma que, en
su opinión,
corresponde a la
palabra latina
Paludem, de donde
procede
Padul.
No
obstante, como
buen científico
y dado que él
no es arabista,
me remitió a
su
compañera
de Departamento
de Lenguas Semíticas
de la Universidad
de Granada, la
Profesora de árabe
Dª María
del Carmen Jiménez,
que había
tratado el tema
de los
topónimos,
y publicado un
libro en el que
recogía
los nombres dados
por los árabes
a los
pueblos que dominaron;
en el libro explicaba
el origen de los
mismos.
Dª María
del Carmen Jiménez
me atendió amablemente
y se interesó por
el tema; me
mostró y
fotocopió la
página correspondiente
de su libro titulado “LA
GRANADA
ISLÁMICA”,
(Granada, 1990),
en el cual recoge
el nombre de Padul,
escribiendo clara
y
llanamente, que
es de origen
latino.
Dª Mª del
Carmen, tuvo además
la amabilidad de
remitirme a una
abundante y fidedigna
bibliografía
sobre este nombre,
entre la que se
encontraba la obra
del famoso arabista
SIMONET.
Busqué en
SIMONET (Glosario
de Voces Ibéricas
y latinas. Año1888)
y él, en
efecto,
confirma también
su origen latino.
En primer lugar,
da una la larga
lista de palabras
en las
distintas lenguas
romances, derivadas
todas ellas, de
la latinaPalus
-udis; entre las
cuales, se encuentra
Padul, sobre la
que Simonet anota
lo siguiente, como
derivada del
latín:
Padúl y
Al Padúl;
a continuación
y escrito en árabe,
pone al
- badul,
I.
Jat; (I. Jat. es la abreviatura
del
nombre del
autor árabe
Ibn Jatib,
de quien
toma
la cita);
después
de I.
Jat. escribe.-
El Padúl;
(y seguidamente):
prov. de
Granada,
llamado así por
su gran laguna.
De todo ello se
pueden sacar las
siguientes conclusiones:
La cita
explícita
de Simonet,
del origen
latino de esta
población,
prov. de
Granada,
derivado
de Palus
-udis.
El nombre
de Padul,
(sin artículo),
en
primer lugar, con
el que lo
designa
históricamente.
La influencia árabe
-en mi opinión-,
en Al
Padul. Por
cierto que
de todos
los documentos
que
he
investigado,
es el único
en que aparece
citado con
artículo,
pero en segundo
lugar e indicando
a continuación
la fuente á rabe,
con lo cual,
confirma igualmente,
que el nombre
anterior más
antiguo, no
lo llevaba.
Es probable
que fuera este
artículo
al el que dio
lugar a la
adaptación
del artículo
el español
en el habla
coloquial.
Esta
sería
la razón
de la coexistencia
posterior
de las dos
formas: Padul y El
Padul en el lenguaje
hablado,
pero sólo
a partir de los árabes,
no antes; luego,
se demuestra
una vez más
que su nombre más
antiguo es Padul
sin artículo,
y que, por
lo tanto, es
mucho
más
duradero en
el tiempo.
Por último,
la confirmación
por parte del
propio
arabista Simonet,
del origen
latino
del nombre, no
sólo
por
lo que ha dicho
al principio,
sino por la
explicación
que da al
final diciendo
que es : “llamado
así por
su gran laguna”.
Y
precisamente, entonces
y ahora,
cualquier persona
que busque la
palabra Palus
-udis,
en cualquier
diccionario de
latín
antiguo o actual,
encontrará que
significaba y
sigue
significando:
laguna, pantano,
humedal.
Ahora bien, en
una interesantísima
introducción
que hace en su
libro el propio
autor Simonet
dice entre otras
cosas
que el sultán“Hixén
II, ya a finales
del siglo VIII,
prohibió por
decreto escribir
y hablar la lengua
hispano - latina”.
Pero que no lo
consiguió,
porque, a pesar
de esta prohibición,
existen numerosas
y concluyentes
pruebas
de la conservación
y uso de la lengua
latina entre
los habitantes
nativos
dominados por
los musulmanes,
que como sabemos,
se llamaron mozárabes,
y que son nuestros
antepasados,
de los que dice
literalmente
que “aunque
sometidos a la
morisma y bajo
durísima
servidumbre, conservaban
la fe cristiana
y las letras latinas”.
SIMONET, tras
una extensa exposición
con datos y pruebas
concluyentes
(hasta trece
o
más) “de
la pervivencia
de la lengua
latino-romance
entre el pueblo”,
a pesar de la
imposición árabe,
concluye diciendo
que la lengua árabe,
aunque llegó a
ser conocida,
hablada y espléndidamente
escrita por los
españoles
dominados, los
cuales realizaron
incluso interesantes
aportaciones
a la cultura
y a
la ciencia, no
logró sin
embargo
desplazar o suplantar
a la lengua latino-romance
que el pueblo
seguía
hablando y que
probablemente,
no dejó de
utilizarse durante
mucho tiempo.
Realmente existen
inscripciones
latinas documentadas en
el siglo
XII,
que así lo
demuestran; por
ejemplo, la inscripción
funeraria de una
cristiana llamada
María,
fechada en el
año
1120,
que se encuentra
en
el Museo de
la Alhambra,
como
amablemente me
ha comunicado
el Profesor,
historiador
y arqueólogo
D. Manuel
Sotomayor Muro.
La confirmación
más clara
de esta verdad
la encontramos
en nuestra propia
lengua, y en
las restantes
lenguas romances
que hablamos
hoy en España,
como el castellano,
el
gallego-portugués,
el catalán,
etc, derivadas
todas ellas del
latín. En
ninguna región
de
España se
habla el árabe
ni ninguna lengua
procedente de él,
siendo así que
la invasióná
rabe se produjo
muchos siglos después,
y podría
haber suplantado
a las lenguas “latinas” que hablaban
los nativos.
Indudablemente
la lengua árabe
enriqueció también
nuestro idioma
con numerosos
préstamos
lingüísticos,
hecho que no es
de extrañar
por su larga
convivencia entre
nosotros, la
cual nos dejó también
un importante
legado cultural;
pero
no logró
imponerse, ni
llegó a
suplantar nuestro
idioma; por otro
lado, la cuestión
de los préstamos
lingüísticos
es un fenómenos
normal en todas
las lenguas; existen
también
préstamos
del
francés,
del inglés,
etc., en mayor
o menor grado,
del mismo modo
que existen préstamos
del castellano
en otras lenguas.
De todo esto
se deduce y se
confirma
lo dicho: que
el nombre auténtico
y genuino de
este
pueblo, es PADUL sin artículo
ninguno. Y así,
sin artículo,
existió desde
su origen más
remoto en el
siglo
II a C. y a lo
largo de su historia
hasta el presente.
Probablemente,
ené
poca musulmana,
recibió el
añadido
del artículo
y así se
le nombró también,
pero sin
abandonar nunca
la forma primitiva,
puesto que la
variante con
artículo
no logró nunca
desbancar a la
primera; a lo
más,
podemos decir
que han coexistido
ambas, en la
lengua
hablada preferentemente,
y más
bien, como un
modismo
coloquial.
Se encuentra
también
y desde tiempos
remotos (Año
1521) en ciertos
documentos
escritos que
tienen ese sabroso
sello
popular, que
confiere a su
lectura un
encanto
especial. Me
refiero en concreto
a los
documentos recogidos
en el interesante
libro de
nuestro ilustre
paisano el P.
Manuel Ferrer:
El Libro
del apeo que
todos conocemos.
Ahora bien, a
poco que se observe,
se percibe en
su
lectura que estos
documentos parecen estar escritos
tal y como se
hablaba; pero
se advierte
también
que el nombre
de Padul,
aunque lleve
el artículo
se expresa siempre
con la contracción
del o al; así se
dice: lugar
del Padul, vecino
del Padul, etc.,
nunca de EL
Padul o Al
Padul.
En obras de carácter
histórico,
como la Hª Eclesiástica
de Granada de
M. Antolinez,
aparece sin artículo
en el título del apartado en
que narra la invasión
de Padul por
los
moriscos sublevados.
Va narrando lo
ocurrido en cada
pueblo desde
la Alpujarra
en
dirección
a Granada, y
al llegar al
nuestro,
titula el apartado
correspondiente
de la
siguiente forma:
Padul
y el Fondón.
En la narración
sí lo escribe
con el artículo,
pero
siempre con la
contracción
correspondiente
al o del, nunca:
a El Padul, o
de El Padul,
como quiere imponerse
ahora.
He
visto otros escritos
de finales
del siglo XIX
y primeros del
XX,
en los que aparece:
unas veces Villa
de Padul, y otras,
Villa del
Padul o Tranvía
de Padul, y Tranvía
del
Padul; Ahora
bien, al ponerlo
en fechas,
títulos,
membretes, etc.,
siempre aparece
Padul solo.
En
documentos escritos
del
siglo XX procedentes
del propio Ayuntamiento
se lee:
Ayuntamiento
de Padul, o Ferias
y Fiestas en
Padul,
etc.
En la vieja Estación
de Tranvías
está escrito:
Padul desde muy
antiguo.
En el edificio
del viejo Cine
que hay en la
calle Alcarceles,
se
lee: Padul Cinema.
Y para citar
un último
ejemplo de este
tipo, muy significativo,
por cierto, podemos
observar, cómo
en algo tan querido
para todos los
paduleños,
y repetido cada
año con
entusiasmo renovado
como es el
Himno de nuestro Patrón
S. Sebastián,
cantamos a voz
en grito: ¡...
en Padul los
corazones, y
en tus filas...
y en tus filas...,
y en tus filas...
morirán...!
Todo
lo cual confirma
la gran
tradición
popular y documental,
de nombrar al
pueblo sin
artículo
mantenida ininterrumpidamente
a lo largo de
los siglos, y
sobre
todo, al referirse
a su nombre oficial.
Esto tiene además
la garantía
y el aval, de
coincidir con
lo más
genuino y auténtico
de su propio
origen: un
nombre latino,
puesto por los
romanos,
dos siglos
antes del nacimiento
de Cristo. Por
tanto, aunque
haya existido
posteriormente
la costumbre
simultánea
de nombrarlo
con artículo,
insisto en que
no es ni
lo único
ni lo más
antiguo; por
tanto, no es
válida,
en modo alguno
la razón
de la “antigüedad” que
se ha aducido
en el año
2000 para cambiarle
su nombre oficial.
Aunque se pueden
añadir nuevas
e interesantes
aportaciones en
este sentido, sólo
voy a
citar algunas
más,
como las correspondientes
a dos importantes
Diccionarios
Geográficos
de España.
Si alguien busca
en ellos el municipio
de Padul, encontrará que
aparece en la
entrada correspondiente
a la letra
P, PADUL,
sin más
y que no se hace
en
ellos hace la
menor referencia
al artículo.
El más reciente
de los dos, es
el DICCIONARIO
GEOGRÁFICO
DE ESPAÑA,
editado
en Madrid en
1960. En el tomo
13 y
en las páginas
436-437, puede
encontrarse una
detallada exposición
de las características
de nuestro pueblo
en la entrada
de la P; sin
embargo, no se
le nombra nunca
con artículo,
mientras que
en el tomo correspondiente
a
la “E”,
aparecen pueblos
como El Burgo,
o El Ciego... con
el artículo
incluido en la
propia denominación
del pueblo. Luego,
si el artículo
se hubiera considerado
como parte
del nombre de
Padul, se encontraría
incluido también
en esta entrada,
como El Burgo,
o
El Ciego.
El
otro Diccionario
es el MADOZ,
una joya de la
cultura
española,
que cito el último
precisamente
por la garantía
que ofrece su
antigüedad,
ya que manifiesta
y representa
el
modo de expresión
y el lenguaje
de hace casi doscientos
años.
Su Titulo completo
es el
siguiente: DICCIONARIO
GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO
DE ESPAÑA
Y
SUS POSESIONES
DE ULTRAMAR,
POR PASCUAL MADOZ.
El que yo he
consultado
está editado
en Madrid en
el año 1840.
En el tomo XII,
p. 512, hace
un sustancioso
resumen de los
datos de nuestro
pueblo (que invito
a leer, como
el anterior por
lo
agradable que
resulta el sabor
añejo
de su expresión).
Tampoco se encuentra
la más
mínima alusión
al artículo
como elemento
constitutivo
del nombre de
Padul
en la
exposición
que recoge del
mismo. Si MADOZ
lo hubiera considerado
así, aparecería
en
la entrada correspondiente
a la “E”,
como hace con
otros pueblos,
como El
Arroyo, El
Busto, El Cabo,
El Soler, El
Villar,
etc., que se
encuentran
en el tomo correspondiente
a
la letra “E” y
no en la de las
iniciales de
su nombre, es
decir:
la A de Arroyo...
o la V de
Villar etc.;
A Padul sin embargo,
sí que
lo coloca en
la P.
Que
MADOZ es una autoridad
indiscutible
en esta materia,
no hace falta
demostrarlo,
y
menos aún
para todo aquel
que se precie
de tener ciertos
conocimientos
en este
sentido, por
tanto, ante lo
que diga
MADOZ,
la postura más
digna es guardar
silencio.
No obstante,
no me resisto
a añadir
todavía
algunos datos más,
aunque de otra índole.
Son los que aportan
al respecto los
Archivos
Cartográficos
y Toponímicos
de ámbito
nacional; estos
archivos se basan
en fuentes originales y fidedignas del patrimonio
nacional español.
Pues bien, en
tales documentos,
desde
los más
antiguos a los
más recientes,
aparece
siempre el nombre
de Padul sin
artículo;
así puede
comprobarse en
Atlas, Mapas y
cualquier otra
publicación
de este tipo de
carácter
nacional, todos
ellos de fácil
comprobación.
Así también,
en el libro del
Callejero de
Madrid, por ejemplo,
puede
leerse que la
calle de Madrid
llamada
Padul, aparece
consignada simplemente
como: C/
Padul, sin más.
Y en Sevilla, en
la PLAZA de ESPAÑA,
en la que como
sabemos hay un
asiento dedicado
a cada una de
las Ciudades
Españolas
y los Pueblos
de cierta
importancia,
puede verse el
asiento
dedicado a Padul,
con un Mapa del
municipio y con
su nombre en
el que se lee
simplemente:
PADUL.
No se agotan
aquí los
argumentos en favor
del nombre de PADUL
sin artículo;
pero por
el momento, no
voy a aportar
más.
Lo que queda demostrado
es que su
nombre más
antiguo es de
origen latino
y que no
lleva artículo,
porque en latín
ni siquiera existe,
y que así ha
persistido a
lo largo de los
siglos
hasta el momento
presente, como
su
nombre oficial,
a pesar del intento
de cambio del
año
2000, efectuado
sin previo
comunicado ni
consulta a la
población,
y con el desconocimiento
de una gran mayoría.
Lo expuesto hasta
el momento es
más
que suficiente
para que se respete
la verdad
histórica
del nombre de PADUL.,
como el original
y auténtico.
Y
todo ello aunque
sólo sea
por una razón
fundamental:porque
el pueblo de
PADUL, no se
merece que le
quiten como
mínimo
diez siglos de
historia
a su
nombre latino
y con ello, a
su
civilización
y a su cultura,
que como todos
sabemos,
hunde sus raíces
en los lejanos
siglos de una tradición
milenaria de
la que todos
los
paduleños
debemos sentimos
orgullosos.
Finalmente, quiero
manifestar mi
valoración
y respeto por
las opiniones
de otros
paduleños
que indujeron
al cambio del
nombre
oficial y que
lo mantienen
ahora,
pero no
responden a la
verdad histórica
del nombre considerada
en su totalidad
y abordada
realmente desde
sus orígenes
y a lo largo
de toda su trayectoria
en el tiempo.
Aportaciones
realizadas por
Padul Cofrade,
en base a búsquedas
realizadas en internet,
donde se han consultado
documentos oficiales
y se han tomado
prestadas fotografías
y gráficos que
abundan en la temática
expuesta en el
artículo
precedente por
su autora Teresa
Berdugo Villena.
Relieve
de la silla
Nº 33
del Coro
de la Catedral
de Toledo
Tallada por el Maestre Rodrigo en el año 1493 (En la imagen que le mostramos se ha ampliado la inscripción)
Descripción
de la escena:
Cinco
moros salen
a luchar
con un jinete
y tres peones
cristianos
que se acercan
disparando
sus espingardas.
Un
moro ha caído
ya muerto,
otro levanta
su espada
y dos más
se defienden
con hondas;
de éstos,
uno lleva
un gran escudo
rectangular
y otro luce
en el cinto
su alfanje
y a la espalda
una azagaya.
Sobre
las murallas,
dos moros
asisten a
la pelea.
Al
fondo, un
castillo
ocupado por
los cristianos,
que levantan
la cruz y
el estandarte;
y en las
enjutas,
un timbalero
y tropetero,
probablemente
cristianos.
En
la muralla,
sobre dos árboles,
puede verse
la inscripción
que hace
mención
al lugar "PADUL"
Para
comprobar como
aparece Padul en
los Datos
del Registro de
Entidades Locales,
actualizado al
día, puede
seguir los enlaces
que le ofrecemos
o usar los que
hemos insertado
en la imagen, en
ambos casos le
redirigiaran a
la web del Ministerio
de Política
Territorial Datos
del Registro de
Entidades Locales:
Le
aparecerá un listado
con todos los municipios
de Granada. En
la página 4 le
aparecerá un listado
similar al que
le ofrecemos, capturado
el 2 de mayo de
2010.
Por
último, y en caso
de existir alguien
que áun ande perdido,
lo mejor es que
siga la indicación: