Y POR SEGUNDO AÑO... NOS JUNTAMOS. SENTIR DE UNA HORQUILLERA
Y llega el momento; nervios, frío, mucho frío pero con calidez en el corazón, euforia por compartir este inmenso sentimiento juntos.
Sentir el dulce peso del palo que te lleva, temblar a cada paso y paso a paso rezan al unísono nuestros pies, horquilleros, nada puede fallarnos.
Nuestra resplandeciente Purísima y nuestro solemne Santo Cristo de Zapato ya pasean por nuestras calles, ya van volando y todos emocionados.
Nuestra querida banda acompaña con su más elegante canto; izquierda… derecha; izquierda… derecha; … , … ; uno… dos; uno…dos; caminando con elegancia.
¡Alto!, un descanso.
Silencio y frío, miradas con ojos cuan vidriera de mil colores que brillan en cada reflejo.
Toque de campana, ¡ vámonos!, que volvemos a rezar arrastrando los zapatos.
Pero no hay más suave desfallecer, más lánguido respiro que al mirarte pueda, Virgen Madre, Cristo de mi alma, hacerme desistir de caminar a tu lado.
Todos estamos hermanados viviendo con idéntica pasión el camino a tus brazos.
Y cuando os dejemos en casa, arropados, cuando las andas se guarden,… ¡ no hay temor!
Todos con fortaleza renovada pensando que la cuenta atrás ya está iniciada.