300 AÑOS PARA CELEBRAR
EN ALBUÑUELAS: NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO
Manuel Romero
Castillo
Albuñuelas, 28 de octubre de 2015
¿Qué es el tiempo?
Esta sencilla pregunta es difícil de responder.
El tiempo humano es limitado, el tiempo astronómico
largo, el tiempo divino inabarcable, el tiempo religioso
es concreto. Así pues, el tiempo es el eje sobre
el que pivotan los acontecimientos que vamos viviendo
diariamente.
Actualmente el acontecimiento más significativo
que sucede en el Valle de Lecrín lo encontramos
en su bizarra y coqueta y serrana localidad de Albuñuelas.
Población de histórico pasado y lozano
aspecto que posee uno de los mayores tesoros que la
fe ha regalado a la humanidad. Su sagrada imagen del
varón de dolores cargado con la cruz, es una
pieza artística del siglo XVIII que posee un
imponente pathos, sentimiento, y que lo transmite a
quien lo observa.
El dolor interno que tiene lo expresa mediante una
serie de recursos puramente humanos para que llegue
al espectador ese sufrimiento mientras iba en dirección
al Monte Calvario.
Jesús vivo, con todos los atributos de la pasión
en su cuerpo. Los azotes, la corona de espina, la bofetada,
la túnica y el lazo al cuello y las rodillas
con marcas de haber caído te mira. Te observa.
Te increpa. Te pide que metas el hombro junto a Él
para que no le cueste tanto trabajo llevar ese pesado
madero, el madero particular de cada uno y que está representado
en el que porta.
Jesús, lección de paciencia, mansedumbre
y confianza plena en su cometido se muestra ante el
espectador en toda su potencia divina, a la vez, que
en su dimensión humanamente comprometida con
la causa filial de salvar el mundo.
300 Años
Cada cumpleaños que vamos viviendo es un acontecimiento único,
irrepetible, además de muy feliz.
Para la Hermandad de la localidad es un acontecimiento único,
tanto que no ha escatimado tiempo ni esfuerzo en ponerse
a trabajar para que la celebración sea por todo
lo alto.
No todos los días la sagrada imagen
más querida, amada y auxiliadora
cumple 300 años.
También es una oportunidad única para descubrir un pueblo que ha
estado bastante “aislado” del resto del Valle. Los acontecimientos
que suceden en cada localidad se quedan en esa localidad, pero actualmente la
globalización hace posible que todos formemos parte de esta aldea global.
También es cierto que esta celebración se ha querido abrir a todo
el Valle, no es para vivirla únicamente Albuñuelas, es para vivirla
todos en Albuñuelas, es para vivirla en el corazón y desde el corazón
y el alma de todas las personas que se sienten cercanas a esta pequeña
localidad.
Todos somos Albuñuelas pues todos estamos invitados
a disfrutar de las fiestas, de sus bellos rincones, de
los momentos que se van a compartir entre
todos los congregados.
Es una fiesta única, por su dimensión festiva,
por su importancia histórica, por su trascendencia
religiosa, por su aspecto artístico. Es una fiesta
donde se mezcla todo, donde el corazón y el alma
son los primeros que se ponen de fiesta y se entremezclan
en las calles tranquilas recorridas por la canción
del agua de sus múltiples pilares, por agradables
fragancias de azahar, jazmín y nardo.
Es una fiesta donde todos contamos y donde vamos a ayudar
para que sea lucida y primorosa.
La Hermandad
La fiesta como he dicho tiene múltiples dimensiones.
La dimensión cofrade no se puede quedar sola, así se
ha demostrado, así se ha palpado en el ambiente
que se ha vivido todo el mes de octubre hasta que el día
17 ha sido la salida extraordinaria.
Pero no es más que el punto de arranque de más
actos. Entre estos podemos destacar la salida al público
de un libro, de una exposición en verano y una conferencia,
entre otros actos.