El pasado
domingo, 21 de febrero, tuvo lugar, en la Iglesia del Salvador,
uno de los actos cofrades que más aceptación
tiene en este mundillo en el que nos movemos. Estoy hablando
del Pregón de Semana Santa. Un acto en que se ensalza
el contenido y la belleza que encierra el misterio de la
Pasión y Muerte de Jesús. Un acto que lejos
de ser mundano, aglutina como pocos el sentir de una tierra
como la nuestra. Una tierra a la que se llama de María
Santísima, como es el caso de Andalucía,
que se niega a resignarse y mantener ocultos sus sentimientos
e inquietudes. Por ello es en Cuaresma cuando en cada rincón
de nuestra geografía se repiten actos que en sí son
irrepetibles, a pesar de versar todos sobre los mismos
hechos acaecidos hace casi dos mil años.
Eran las siete de la tarde cuando, Carmen Vallejo
Linares, reciente Pregonera del Tricentenario de la llegada
a Albuñuelas
de la Sagrada Imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, subió al estrado
y allí hizo una excelente, acertada y cariñosa presentación
de Francisco Molina Muñoz,
designado para pregonar la Semana Santa de Albuñuelas de este año.
El pregonero no estaba solo. Estaba
rodeado de buena gente. Gente que esperaba ansiosa
por escuchar el texto que durante largo tiempo había
ido pergeñando
y en el que resumiría, desde la fe y la esperanza, lo que para él
significa la Semana Santa.
Carmen Vallejo Linares
Además
se había rodeado de gente que no dudó ni
un instante cuando le propuso que colaborasen con él,
siendo parte activa y fundamental en la composición
del pregón que había ideado.
Casi al principio
del pregón, tras los saludos de rigor, contestó a
las preguntas que, apenas un año antes, le había
planteado un buen amigo. Y lo hizo de la siguiente forma:
“… Cada
pregón es fruto del conocimiento, buen criterio
y corazón de aquel que lo madura durante días,
semanas o meses, hasta que un buen día, cuando
cree que ha llegado el momento, da el primer paso y
lo plasma, negro sobre blanco. Y una vez revisado,
corregido y vuelto a revisar y corregir, una infinidad
de veces, ve un buen día como palabras, que
ya no son suyas y solo pertenecen a quienes las escuchan,
salen de su boca como una gloriosa exaltación
de aquello que quiere transmitir.
… Un pregón de Semana Santa es el anuncio público y siempre
subjetivo, de los acontecimientos acaecidos en Jerusalén, hace casi dos
mil años y que desde entonces, los cristianos, rememoramos durante la
Cuaresma.
… En definitiva, un pregón, es y debe ser expresión viva
de una llama que arde y no se consume. Llama que cada pregonero lleva arraigada
dentro de su corazón y que, como un río de esperanza y fe, se derrama
a borbotones cuando, por fin, es liberado públicamente ante sus hermanos.”
Francisco Molina Muñoz
Inició el
pregón, propiamente dicho, recordando las
dificultades que tienen quienes son de un lugar
o son forasteros en él, a la hora de expresarse
ante el público de cada lugar. Unas veces
porque te conocen “de toda la vida”,
y otras porque no te conocen…
“¡Señor,
tu sabes cuán difícil es profetizar
en tu tierra… y cuán azaroso es
arraigar en el corazón de la gente cuando
eres forastero en ella…!”
Siguió avanzando
en su exposición y la rapsoda Charo
CalleSerrano fue declamando, verso a verso, cada uno de los
poemas
que el pregonero había incluido en
el texto de su pregón.
En determinado momento el pregonero se retrotrajo al inicio
de cuanto habría de ocurrir treinta y cuatro años
después…
“Y
todo comenzó… como todo cuanto tiene
un comienzo: con un “Anuncio”. Esa fue
la chispa que inició el
sinfín de acontecimientos que sucederían,
según
había sido profetizado…
Y sucedió que… Una mujer muy joven, casi una
niña, fue el centro de un maravilloso acontecimiento
-milagro lo llamaríamos hoy-, del cual emana cuanto
hoy he venido a exponer ante tan distinguida concurrencia…
Y ocurrió que un Ángel del Señor se
acercó a esa asustada joven y, con una voz tan suave
que solo ella pudo oír, le susurró al oído…”
En
este momento, la soprano lírica Sara Sae,
comenzó a interpretar, a capela, el
Ave María de Schubert, dando con ello paso a
una vorágine de acontecimientos que pasaron
raudos como el tiempo en los primeros años de
Jesús.
El pregonero señaló acertadamente las similitudes entre la tierra
en la que asentaba sus pies y aquella tierra nazarena en la que Jesús
anduvo, predicó, padeció, murió y resucitó.
Sara Sae
… Y
la promesa, hecho hombre, recorrió caminos
y campos. Y en cierta ocasión, en la que se
acercó al río Jordán, recibió el
bautismo de manos de Juan; aquel que dijo de sí mismo “… Yo
soy la voz que clama en el desierto… No soy
digno ni de desatar la correa de sus sandalias…”
Se
rodeó de hombres rudos y sencillos… “Y
andando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón,
llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando una red
al mar, porque eran pescadores. Y les dijo: Seguidme, y yo
os haré pescadores de hombres…”
El pregón fue adentrándose en las escenas de
la pasión, estableciendo paralelismos entre lo acaecido
en Jerusalén y los actos de Semana Santa que se celebran
en cada pueblo o ciudad que aún mantiene viva la tradición.
“¿Quién no siente un nudo en la garganta cuando escucha
los sones de una marcha,… el quejio de una
saeta que rasga el aire de la noche… o contempla
la suave mecida con la que procesionan nuestros
titulares?”
Cuando
la locución hacía mención al Nazareno
y sus portadores, tras una poesía declamada por
Charo Calle Serrano, llegó el momento del saetero Víctor
Manuel Domínguez Cárdenas "Venterito",
el cual interpretó, usando
varios palos del cante, una sentida saeta dedicada al Nazareno…
Charo
Calle Serrano
Víctor
Manuel Domínguez Cárdenas "Venterito"
Silencio, ¡por Dios, silencio!
Que pasa el Nazareno
que lleva la cruz a cuestas
pidiendo clemencia al cielo.
Que se detenga la noche
y las estrellas se apaguen,
que todo el mundo le rece
cuando el Nazareno pase.
Y una saeta se oye
que rasga nuestro silencio
es porque Dios llora sangre
por boca del saetero.
.../...
“Cuando
la sed…
cuando la sed le ahogaba.
Caminito del calvario
y cuando la sed le ahogaba,
le dieron para beber,
¡ vinagre y agua salada!
Con sudor frío y descalzo,
va caminando mi Jesús,
las fuerzas le van faltando,
por no poder con la cruz
y un hombre le va ayudando.”
Poco
después el pregón se centraba en la figura
de la Santísima
Virgen de las Angustias, momento en que el pregonero hizo una introducción
que dio pie a la soprano lírica Sara
Sae, la cual dio vida a la
escena que describía el pregonero, interpretando algunos versos
de una conocida nana…
"¡Madre
dolorosa! Te encuentro al pie de la cruz, angustiada,
abatida y transida de dolor, mientras recibes en tu regazo
el cuerpo inerte de tu hijo
y, al hacerlo,
has rememorado el tiempo, ahora lejano, en que amorosamente le acunabas
cantando entre sollozos, como haría cualquier madre de nuestros días:”
“A
la nana, nanita,
nanita ea...
y Jesús se ha dormido
bendito sea…”
Jesús ha muerto y las mujeres de Albuñuelas lo portan sobre sus
hombros. La madre queda rota y desconsolada y el saetero Víctor
Manuel Domínguez Cárdenas "Venterito", la consuela con su voz…
“Virgencita de la
Soledad
que solita te dejaron,
cuando al Dios de la humildad,
de tus manos lo arrancaron,
sin amor ni caridad.”
Con una mención a los evangelios, en el momento crucial de la Resurrección
de Jesús, el pregón va llegando a su fin.
Tras el consabido... “He
dicho”, aún dedicó unos
breves minutos para presentar a Charo
Calle Serrano, Sara Sae y Víctor
Manuel Domínguez Cárdenas "Venterito",
a la vez que les expresaba su agradecimiento por su excelente colaboración.
La entrega de unos recuerdos del acto a los participantes,
puso el punto final al IV Pregón
de Semana Santa de Albuñuelas.
De izquierda a derecha: Francisco Molina
Muñoz (Pregonero), Charo Calle Serrano (Recitadora), Sara
Sae (Soprano lírica),
Víctor Manuel Domínguez Cárdenas (Saetero),
Carmen Vallejo Linares ( Presentadora del Pregonero) y
Javier Sánchez Pereira (Parroco de Albuñuelas)