Ante todo, pedimos disculpas a todos los usuarios de Padul Cofrade por el retraso que arrastra la crónica de la IV Exaltación del Costalero de Padul, pronunciada por Alba María Moya Alarcón, el pasado 19 de marzo en el Centro Cultural Federico García Lorca de Padul. Razones ajenas a nuestra voluntad nos obligan a ello.
Me centraré en el contenido y significado del pregón que pronunció Alba María, dejando algo de lado otros elementos que, aunque son importantes, harían demasiado extenso este artículo, siendo la intención del mismo resaltar los valores del mundo costalero y, en este caso concreto, el de la mujer costalera.
El artículo describe la IV exaltación del costalero de Padul, en la que Alba María Moya Alarcón pronunció un discurso enfocado en la perspectiva de la mujer costalera. Según la Real Academia de la Lengua Española, un costalero es alguien que carga junto a otros un paso de procesión, pero la autora del discurso destaca que ser costalera es mucho más que eso, es un sentimiento y una entrega de corazón a la cofradía.
La autora comparte su experiencia personal como costalera, desde su infancia hasta la actualidad, y destaca la importancia de la hermandad y la amistad en este mundo cofrade. Además, hace una reflexión sobre la presencia de la mujer costalera en un arte que tradicionalmente ha sido dominado por hombres, animando a las nuevas generaciones a seguir avanzando y luchando por igualar las oportunidades.
El artículo muestra la pasión y el amor por la tradición cofrade, resaltando el papel de las mujeres costaleras como figuras importantes dentro de la hermandad. La autora hace un llamado a la igualdad y a seguir trabajando juntos en pro de esta hermosa tradición.
Y es que ser costalera no solo se trata de cargar un peso sobre el cuello o los hombros, sino que es también una manera de sentir y vivir la Semana Santa. Es un compromiso con la cofradía y con la tradición, una entrega total que se manifiesta en cada momento, desde el ensayo hasta la estación de penitencia.
En la mayoría de las procesiones de Semana Santa, el papel de los costaleros ha sido históricamente desempeñado por hombres. Sin embargo, en los últimos años, las mujeres han ido ganando espacio y visibilidad en este ámbito, y en Padul, al igual que en otras localidades, también existen cuadrillas de costaleras.
La participación de las mujeres costaleras en la Semana Santa de Padul es un ejemplo de la evolución de la sociedad y de cómo las tradiciones pueden adaptarse a los cambios y a la inclusión de todas las personas. A pesar de que sigue habiendo resistencia en algunos lugares a la participación de las mujeres en las procesiones como costaleras, cada vez son más las localidades que se suman a esta tendencia.
Las mujeres costaleras en Padul, al igual que los hombres, deben pasar por un periodo de formación para poder llevar los pasos a hombros o a costal. Esto incluye el aprendizaje de técnicas de levantás y arriadas, la preparación física adecuada, el conocimiento del recorrido de la procesión, la forma correcta de hacer y ponerse el costal, entre otros aspectos.
La presencia de las mujeres costaleras en la Semana Santa de Padul, al igual que en otras localidades, es una muestra de la importancia de la igualdad de género y de la inclusión en las tradiciones y en todos los ámbitos de la sociedad. Es una muestra de que todas las personas pueden y deben tener la oportunidad de participar en la construcción de su patrimonio cultural y religioso.
Por todo ello quiero animar a todas las mujeres que sientan esa pasión y ese deseo de pertenecer a una hermandad y cargar un paso, a que lo hagan. Que no se dejen amedrentar por los prejuicios o las ideas anticuadas que aún puedan existir en algunos, afortunadamente cada vez menos, ámbitos cofrades.
"Porque, como he dicho antes, ser costalera es un sentimiento, una forma de vivir la Semana Santa que no debería estar limitada por género. Todos tenemos derecho a vivir nuestra fe y a manifestarla como mejor nos parezca, y cargar un paso es una forma muy especial de hacerlo."
"En definitiva, quiero agradecer a mi hermandad por darme la oportunidad de ser costalera y por todo lo que he aprendido y vivido gracias a ello. Y quiero animar a todas las mujeres que sientan esa llamada a que la sigan, a que se sumen a esta gran familia que es la Semana Santa y a que contribuyan a mantener viva la tradición y la devoción."
"Gracias a todos por escucharme. Que Jesús de Nazaret y su Santísima Madre nos guíen siempre en nuestro camino."
Porque ser costalera es más que cargar un paso, es ser parte de una familia de fe que trabaja junta para llevar a cabo una tradición que se ha mantenido durante siglos. Es un sentimiento que trasciende géneros y que nos une a todos como hermanos y hermanas en la fe.
“Así que hoy, como costalera, me siento orgullosa de exaltar nuestra figura y de recordar que, aunque esta tradición haya sido predominantemente masculina, cada vez son más las mujeres que se unen a ella con fuerza y determinación. Juntas, podemos seguir avanzando y haciendo historia en nuestra hermandad.”
“Gracias por permitirme compartir con ustedes mis experiencias y emociones como costalera. Espero que este testimonio pueda ayudar a inspirar a más mujeres a unirse a esta hermosa tradición y a luchar por la igualdad de género en nuestra sociedad. ¡Viva la Semana Santa y viva la figura de la costalera!”