Pregón
pronunciado por Don Joaquín Ferrer Pérez
Centro Cultural Federico García Lorca
Marzo de 2007
Estimada Srta. Alcaldesa.
Estimado Sr. Cura
Párroco.
Estimado Sr. Presidente
de la Asociación de Cofradías.
Hermanos Mayores
de Hermandades y Cofradías.
Estimado pueblo de
El Padul, amigas, amigos todos.
Es para mi un gran
orgullo estar aquí con vosotros esta noche, y aunque
la procesión vaya por dentro, quiero agradecer a
la Asociación de Cofradías el haber sido designado
pregonero de nuestra Semana Santa Padul 2007.
Nací a la
sombra del Señor de las Cruces, al pié de
la cruz he llevado y llevo el nombre de nuestro pueblo con
mucho orgullo por donde he ido, dentro y fuera de nuestras
fronteras. Durante muchos años, he ido y seguiré
yendo pueblo a pueblo en todo nuestro valle invitando a
sus gentes a venir a nuestro Viernes Santo, porque para
mí es una satisfacción enorme el ver nuestras
calles abarrotadas de gente con tanto fervor contemplando
nuestro Santo Entierro.
Este pregón
no está lleno de frases técnicas, pero está
escrito con el alma y con todo el cariño que siento
por nuestra Semana Santa, por nuestro Padul, que es el rinconcito
más guapo del mundo y por vosotros paduleños
y paduleñas, pues entre todos vamos a conseguir con
la ayuda de Jesucristo y la Santísima Virgen María,
un mundo mejor, más justo, sin violencia y más
amor.
Semana santa de 1984,
al regreso de mis años de emigrante, en la plaza
de nuestra iglesia, el Domingo de Resurrección, un
grupo de personas me proponen ser Hermano Mayor de la Hermandad
de San Juan, o sea hacerme cargo de lo que conlleva la Hermandad
con todas sus consecuencias.
Al principio no me
gustó mucho la idea, pero me puse manos a la obra.
Lo primero que había que hacer era restaurar el trono,
labor que emprendimos. Yo me encomendaba a San Juan Evangelista
como discípulo fiel, y me encontré con otros
5 discípulos, capaces de acudir a lo que hiciera
falta con tal de que nuestra Semana Santa no perdiera su
esplendor, ellos en representación de todos los cofrades,
aportaron todo lo necesario, su tiempo, su dedicación
y su amor por las tradiciones.
Hoy ya no queda ninguno
de ellos, vaya desde aquí nuestra oración
para ellos, porque gracias a ellos nos quedan sus hijos
y nietos como continuación de nuestras tradiciones.
La Semana Santa de
El Padul, data de tiempo inmemorial, quiero reflejar en
este pregón el recuerdo a nuestros antepasados que
supieron mantenerla viva hasta nuestros días, de
generación en generación. Unos y otros se
esforzaron en ir mejorando cada Viernes Santo el Entierro
de Cristo.
Los desfiles procesionales
y estaciones de penitencia deben ser, habiéndolos
con devoción, valiosas catequesis prácticas
en sus recorridos por nuestras calles y plazas de nuestro
pueblo.
Nuestras hermandades
y cofradías están compuestas por fieles cristianos
conscientes del papel que les corresponde por su pertenencia
a la iglesia y como todo bautizado en Cristo, asumimos el
compromiso que a cada uno le corresponde.
Nuestras hermandades
y cofradías viven con un interés creciente
por las manifestaciones de religiosidad popular que es cada
celebración de nuestro pueblo, se manifiesta con
fervor y fidelidad al señor. Tienen ya una larga
tradición en nuestra iglesia de Padul. Podemos afirmar
que hemos contribuido grandemente al florecimiento de la
vida cristiana, entre nosotros esta asociación religiosa,
ha aportado importante caudal cristiano a la vida espiritual
y cultural de nuestro pueblo. Siguiendo la tradición
católica y solidaria de lo que El Padul presume y
se siente orgulloso.
No olvidamos la situación
de nuestro pueblo ni la precariedad de nuestros hermanos,
siempre que se convoca la caridad cristiana, estamos ahí
para contribuir a sus recursos económicos.
Cuantas personas
hemos conocido trabajar para la Semana Santa con ese cariño,
con ese afán de que todo estuviera a punto para esos
días, con esa devoción y respeto en todas
las celebraciones, desde el Domingo de Ramos con el Sermón
de Pasión, ese Jueves Santo, los Oficios, la Bendición
del verde, ese olor a incienso y esos cantos misereres ya
con el crepúsculo, esa procesión llamada del
Silencio, y que silencio se respiraba por nuestras calles.
El Cristo Nazareno refleja en su rostro lo que se le avecina
porque está escrito!
El discípulo
lo sigue siempre cerca de Él, no lo abandona jamás.
Madre mía
Dolorosa, qué amargura la tuya por nuestras calles,
porque la tarde del Jueves Santo, Padul era Jerusalén,
acogiendo el silencio y el dolor de tu Pasión.
Los tiempos han cambiado
mucho desde mi niñez hasta ahora, pero la fe en Cristo
y la devoción por lo religioso no tiene por que cambiar,
debe seguir lo mismo, por los siglos de los siglos, pues
nuestros antecesores ya eran muy inteligentes y plasmaron
en las imágenes el Evangelio y eso debemos seguirlo
como ejemplo, porque hemos experimentado el amor de Dios
manifestado en la Pasión de Jesucristo y que la fe
fortalece dándola a los demás.
Nuestra Semana Santa,
todos sabemos que es conocida fuera de nuestra provincia,
hace tres años, estando yo convaleciente de una operación,
tenía la televisión encendida por la mañana
en un programa de Canal Sur “mira la vida”,
hacían una serie de preguntas al público,
ese día era un pueblo de Málaga, la pregunta
era “¿Que recordaban en su memoria que les
marcara la vida?” cual no fue mi sorpresa cuando un
señor de 83 años, micrófono en mano,
contestó “lo que más recordaba y le
había marcado en la vida, fue estando preso en el
Olivarillo, durante la guerra en un pueblecito de Granada,
en el Padul, un Viernes Santo, los sacaron a ver la procesión
a las Cruces, y se quedó maravillado de las imágenes
de ese pueblo, y comentó que le hubiera gustado volver
a verlas.“
Me sentí emocionado,
llamé al teléfono de Canal Sur, pero no me
lo cogieron, hubiera querido invitarlo a que viera nuestra
procesión, pero no pude hablar con él. Y ese
año, la procesión no salió por la lluvia.
Hoy me da escalofrío
de ver como nuestras imágenes calan hondo en el sentir
de los cristianos y más cuando el sentir viene de
fuera de nuestra provincia y nuestra región porque
me consta haber transferido el fervor por nuestra Semana
Santa a puntos tan lejanos como la Coruña, Extremadura
o Castilla León concretamente en Zamora. Viví
con nostalgia mis años de emigración y sentí
que me faltaba parte de mí cuando llegaban estas
fechas y no podía venir y vivirlas aquí.
Que bonito
es regresar
A mi tierra tan querida
Igual me da por Jaén
O entrar por Almería
Cuando atrás dejas kilómetros
Siguiendo el indicador
Que te acerca a Andalucía
Tras el viaje agotador.
Ya estoy llegando a Granada
Tengo que suspirar
A la virgen de las Angustias
Paso a visitar
Bendíceme Madre Mía
Con tu belleza sin par
Y he pasado por la ermita
Saludo a San Sebastián.
Que clima tiene esta tierra
Y que cielo tan azul
Que abrazo voy a darle
A mi pueblo El Padul
Ese pueblo que es mi pueblo
Y que no puedo olvidar
Porque te quiero por siempre
Aunque tenga que emigrar.
El año comienza
en Padul con el fervor de todo un pueblo, en torno a la
festividad de su santo Patrón San Sebastián.
Padul vibra con sus santos y sus tradiciones, pues no es
necesario haber nacido aquí para ver como los que
a nosotros llegan hacen suyo también nuestro respeto
por lo que está arraigado en este pueblo que tanto
ama sus costumbres. De siglos viene la celebración
de la Candelaria, santo y seña de la natalidad, con
esas madres y padres presentando a los hijos de este pueblo
en el templo, algunos de escasos meses. Pues todavía
nos queda mucho camino que andar a los cristianos en la
fé de cristo.
Que el tiempo de
cuaresma nos haya servido para conocer más y mejor
el mensaje del Evangelio, que esta Semana Santa sea el rayo
de luz que ilumine nuestras vidas, dando ejemplo a los demás
del servicio a Dios nuestro Señor y a su madre nuestra
Santísima Virgen María que no nos abandone
en ninguno de los momentos de nuestra vida. Esta semana
Santa debemos ser capaces de proponernos ser un poquito
mejores, agradando más a Cristo, olvidando rencillas,
rencores y odios, ofreciendo nuestro apoyo al que sufre,
por cualquier causa, escuchándole, dándole
amor, tendiéndole la mano, que la Semana Santa sea
en nuestros corazones manantial de Bondad hacia todas las
personas.
Quiero ver en cada
uno de nosotros el gesto amigo, confortante, que no nos
sintamos solos, que siempre, todos los días del año,
nos acostemos sabiendo que hemos hecho una buena obra por
los demás. Como El nos enseñó.
Semana Santa en el
Padul, legión de costaleros y costaleras, juventud
alegre sana y cordial, con fé y entusiasmo. Vaya
nuestro recuerdo a los que este año no nos pueden
acompañar porque nos has dejado para siempre y a
los que por una razón ú otra no estén
o no puedan estar con nosotros.
Nuestros costaleros
y costaleras son la continuidad de nuestra Semana Santa,
es de admirar la voluntad y fe que ponen en su labor, ya
en el día de San Sebastián al son de los primeros
redobles de tambor, los primeros sones de las trompetas
de las marchas procesionales, se oye como se desbocan los
latidos del corazón, aún cuando todavía
faltan dos meses y los deseos de empezar los ensayos asoman,
porque todos saben que esa noche se lleva sobre sus hombros
la Verdad del mundo, ante el fervor popular.
Este año quiero
resaltar también la satisfacción que sentimos
todos los que admiramos y queremos al discípulo San
Juan, al contar con su nueva casa de Hermandad, construida
con el esfuerzo de todo un pueblo, que una vez más
ha dado muestras de su generosidad. Este año 2007
queremos que se consolide todo el esfuerzo que cada uno
hemos puesto en ser mejores y más fuertes, sinceros,
tenemos que aprender a amar, conocer y mejorar nuestro trabajo
en pro de nuestro pueblo y nuestra semana santa.
El estrés
no debe hacer mella en nuestro quehacer diario en este tiempo
que nos ha tocado vivir que nos exponen a una desorientación
generalizada.
Verdad es que la
semana santa en Padul ha cambiado de sus tiempos a nuestros
días, no es igual la sociedad de hace algunos años
con la actual, tampoco se piensa igual, hoy vivimos bastante
más acelerados bajo unos horarios que cumplir que
te atan a tu trabajo, llueva o haga sol, antes por ejemplo
amanecía lloviendo y no importaba siempre había
alguna faena que hacer en casa. Yo recuerdo a mi padre que
siempre tenía el esparto a mano elaborando pleita
o arreglando el apero de la labranza.
Nuestra Semana Santa
la hacemos todos los paduleños. Cuanta colaboración
hay en cada uno de nosotros, cuanto ánimo nos insuflan
a los que dedicamos nuestro poco tiempo a la organización,
pues de ellos es el esfuerzo, es muy gratificante como se
esfuerzan en colaborar como sea para que todo salga perfecto
esa noche del Viernes Santo.
Yo que tantos años
he visitado los hogares de nuestro pueblo, doy fe del sentimiento
de los Paduleños por pertenecer a la Hermandad más
popular San Juan Evangelista y a lo que representa, la juventud,
el respeto a Jesucristo, “El Maestro”, es un
placer trabajar por nuestra Semana Santa, el fervor de nuestra
gente queda demostrado a lo largo de todo el año,
porque Padul es solidario con todas las causas que atañen
a nuestras tradiciones.
El amor por el trabajo
bien hecho, es una muestra de salud y respeto por el proyecto
que nos legaron nuestros antepasados continuando las tradiciones
que generosamente nos enseñaron, pues no se es más
libre cuando haces aquello que te apetece, si no cuando
eliges aquello que sirve para engrandecer lo que otros han
comenzado y tú puedes continuarlo.
Tenemos que aprender
a amarlo, conocerlo y mejorarlo. Se debe ver el trabajo
como servicio y elemento de tu modo de vida personal para
satisfacer a la mayoría y a ti mismo.
La buena voluntad
es el mecanismo que nos permite dominar nuestros deseos
y conquistar la felicidad. Teniendo voluntad te puedes sobreponer
a las adversidades poniendo voluntad lo puedes conseguir
casi todo, ahí está la grandeza del ser humano
y de los Paduleños que somos gente de buena voluntad.
Y mucha voluntad
es la que ponemos todos los que estamos trabajando por y
para nuestra semana santa, buena voluntad y mucha fe y mientras
que la sociedad y la cultura evolucionan a velocidad cada
vez más acelerada y profunda, la religión
tiende a ser conservadora y está paralizada y anclada
en el pasado. Debemos mirar más hacia el futuro,
sin olvidarnos efectivamente de nuestro pasado, pero adaptándonos
a los nuevos tiempos… y la religión debe adaptarse
también, que no todo sean críticas y reproches,
que no nos traten de irresponsables, pues llevamos unos
años que da la sensación de que somos una
legión de ignorantes.
Nos da la impresión
de que no se nos tiene respeto y todas nuestras tradiciones
y todas las iniciativas son criticadas, intentando cambiarlas,
sin siquiera pedir opinión y deseando adaptarlas
según criterios que no nos explican. En todos los
lugares del mundo, la nueva corriente, es salvaguardar culturas
y rescatar tradiciones y costumbres ancestrales, por que
aquí no podemos guardar y transmitir las que ya tenemos?
“¡Dejad
que los niños se acerquen a mi!” el hijo de
Dios entra triunfal en Jerusalén, el gentío
lo aclama por las calles, hay bullicio, jolgorio, escándalo,
alegría, siempre tuvimos eso presente. En Padul nos
impregnábamos de la Historia Sagrada. ¿Por
qué hoy señor no podemos acercarnos a Ti si
a todos nos han enseñado lo mismo y es lo que tú
nos has enseñado? Por que aquí eso es chusma
y cuando tú andabas por Jerusalén era jolgorio,
fiesta y entrega. Padre mío, por qué ahora
todo tiene que ser estricto y comedido, hecho a medida del
que te representa, cuando todos somos hijos tuyos, hechos
a tu imagen, todos hemos sufrido tu muerte y tu resurrección,
te hemos acompañado en tu victoria sobre la muerte,
siempre estamos contigo en tu despertar, a las claras del
día, el domingo de Resurrección.
Quiero que este pregón
sirva para sembrar esperanza en nuestro pueblo, que el Padul
nunca pierda la Fe en los valores religiosos y en sus costumbres.
Jueves Santo en Padul,
no tocan las campanas, se toca a los oficios con la carraca,
la llevan 2 monaguillos por todas las calles. Queda en mi
memoria esa estampa de las Tres Imágenes frente al
Stmo. Cristo de las Tres Cruces. Mucha devoción y
cuanto respeto se respiraba en el entorno.
El Viernes Santo,
los chiquillos no pegábamos ojo, a las claras del
día ya estábamos levantados para ir a ver
arreglar los santos, los más madrugadores eran la
Oración del Huerto y los Sayones que a primeras horas
los colocaban en la Santísima Trinidad. Qué
Bonitos, qué grandes que se veían allí,
fuera de la iglesia, toda la mañana se nos iba alrededor
de los arreglos. Recuerdo que los adornos eran la mar de
sencillos, aparte de las flores que aportaban algunos huertos
particulares, el resto lo surtían los jardinillos
de la estación que aportaban el boje, los lirios
y unas cuantas flores. Las otras imágenes todas se
arreglaban en la iglesia.
El Crucificado, el
Nazareno, San Juan y la Virgen de los Dolores, las Tres
Caídas, se arreglaban en las murallas y la Virgen
de las Angustias en la Ermita. El Santo Sudario era el más
sencillo, detrás de él, iba el párroco
y las autoridades.
Se va acercando el
atardecer, ya se oye el bullicio de la gente. Repicar de
tambores, salen los Soldados Romanos, que elegancia, que
bonito. Es el recorrido previo a la procesión, es
espectacular los cambios en las esquinas y los cruces de
las calles. Que ilusión salir de romano, como yo
era chico no podía salir. De penitente salí
con todas las ropas que eran de la iglesia, de rojo con
las Tres Caídas, de negro con el Crucificado, de
azul con la Virgen de las Angustias y por supuesto de rojo
y capa blanca con San Juan.
De todo esto les
hablo que yo tenía entre 8 y 15 años. Después
fui dos años de Soldado Romano, y… ya creía
haber cumplido todos mis deseos y compromisos con nuestra
Semana Santa, pero que va, vino la emigración y me
fui primero a Alemania donde estuve cuatro años,
después nueve en Suiza y cada Semana Santa fuera
del Padul era como si faltara algo en mi vida.
Lo tienes todo, pero
ese vacío que sientes cuando llegan estas fechas
solo se puede expresar con el sentimiento. Yo he llevado
siempre nuestra Semana Santa dentro de mi alma, ahora comprendo
el sentimiento que sienten los emigrantes que vienen a nosotros,
también traerán su pasión y la de sus
gentes con ellos. Desde aquí les animo a que se encuentren
a gusto entre nosotros y vaya por ellos nuestro apoyo y
admiración.
Ser Paduleño
y trabajar por su Semana Santa es para mi un gran orgullo,
como dice el cantar, ¡Quién me presta una escalera
para subir al madero, para quitar los clavos a Jesús
el Nazareno!...
*-*-*-*-*-*-*
El Padul, cabecera
de ríos, de fuentes cristalinas que brotan de tus
entrañas para dar de beber al sediento y riego a
nuestro Valle de Lecrín y a sus gentes que cada Viernes
Santo se desplazan para ver el Rostro de nuestros cristos
y contemplar las lágrimas de nuestras vírgenes
que dan consuelo a los afligidos, que cubren con su manto
a todo nuestro Valle de belleza sin igual o así lo
ven mis ojos y mi corazón me lo afirma.
Lejos del Padul y
del Valle como se añoran sus fiestas, especialmente
nuestra Semana Santa, porque fuera como en mi caso y creo
que el de muchos Paduleños cristianos, asistíamos
a misa el Domingo de Ramos, con fervor, pero en aquellas
tierras no hay palmas como aquí, nos daban unas hojas
de olivo, los oficios apenas si los entendíamos.
El viernes Santo
nunca hay procesión, hay muy pocas imágenes
y no existe la tradición como aquí de sacarlos
a la calle, aunque el cristiano lo es de verdad, es bastante
religioso y devoto, pero cuanto echaba yo de menos mi Viernes
Santo y mi Domingo de Resurrección, con los Júas
toda la noche del sábado gloria después de
misa que era a las doce de la noche, que de jaleo se formaba
cuando el cura decía “Cristo ha resucitado”.
Recuerdo que un par de años llevé un cencerro
grandísimo que teníamos en casa y todos los
amigos, toda la noche dando cencerradas hasta las 6 de la
mañana que era la Procesión.
Quiero que mis hijos
y los hijos de mis hijos crezcan en la Religiosidad y devoción
que mis abuelos y mis padres supieron transmitirme, de lo
que les estoy muy agradecido porque gracias a ellos, estoy
compartiendo con todos ustedes esta inolvidable noche.
Es cierto que nuestra fe es un manifiesto de fervor en nuestras
imágenes, yo nunca diría que el entierro de
Cristo es derroche de música, flores, color o fantasía.
*-*-*-*-*-*-*-*-*
¡Pero mirad
ya asoma el ángel por la curva! Díganme si
no sienten escalofrío al contemplar la amargura en
el Rostro de ese Cristo orando en el Huerto de los Olivos,
clamando al cielo “Padre aparta de mí este
cáliz”. No quiero beber de él, solo
me traerá dolor... Pasión... Muerte...
¡Que mirada,
que dulzura tienen tus ojos! ¡Nadie escucha tu plegaria,
nadie acude a tu llamada de auxilio! “¡Padre
mío, por qué me has abandonado!”
¡Y ya vienen
flagelándote! Pero eso no ha terminado porque Señor
Mío, seguimos flagelándote, esa flagelación
sigue vigente en todos los campos de nuestra vida olvidándonos
de tu sufrimiento.
¡Qué
triste es mi caminar!...
Llevo en el pecho escondido
un gemido de pesar,
y en mis labios un cantar
para esconder mi gemido.
Y ahí viene
la Verónica limpiando tu rostro, Corre la sangre
en tu divina frente.
La corona de espinas
te han clavado y en sus enhiestas púas se ha incrustado
todo el rencor y el odio de la gente., Señor, quisiera
ser aquel pañuelo, secar tu faz sangrante, dolorida,
trocar tu sufrimiento por mi vida; limpiar mi ardiente fe,
mi eterno vuelo.
Ese Cristo Nazareno
con su rostro sereno, triste, desalentado que nos invita
a reflexionar de cómo sobrellevar nuestra cruz particular.
Cuanto te pesa tu
cruz, y que ligera es la nuestra llevándote, que
gozo y como se hincha nuestro corazón, quisiéramos
cargar sobre estos hombros tu suplicio, trocar el gran pecado
en sacrificio; limpiar la ardiente fe con nuestros deseos.
Y te has vuelto a
caer, Cristo de la Misericordia, esas tres caídas,
como duelen “Padre Mío, no puedo más….
Cuanto sufrimiento hay en tu cara. “No puedo más
parece decir”, pero “que no se haga mi voluntad
sino la tuya”.
Y te crucificamos…
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
¡Tú me mueves, Señor!
Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muévenme en fin, tu amor,
y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
¿Donde está
esa escalera? Padre mío, crucificado, como llegar
a Ti, ¿Como quitarte esos clavos, como quitarte esas
llagas, como pedirte perdón por nuestros pecados?
Que dolor Madre Mía
de las Angustias, que resignación la tuya, que desconsuelo
ver a tu hijo muerto, la espada clavada en tu corazón
abierto, el alma herida en tu pecho.
Virgen de las Angustias
te veneramos, Virgen de las Angustias te queremos, Virgen
de las Angustias te suplicamos, consuela con tu gracia nuestras
penas, ¡Oh madre santa! ¡Oh madre buena!
Cristo ha expirado
majestuoso lo llevan a su entierro, silencio… silencio…
inerte en su urna, portamos a nuestro Redentor.
Caminemos junto al
Padre que nos guía por el buen sendero, que el misterio
de la Pasión y muerte de Cristo, nos haga reflexionar
y demos por terminadas todas las contiendas y desorden en
que se encuentra nuestra sociedad actual, que este pregón
sirva para recordar las palabras de Jesús. “Amaros
unos a los otros como yo os he amado”. Que el sol
que amanece traiga la paz en todo el mundo...
Ahí vienen
las mujeres, esas Tres Marías, esa madre, que semblante…
esas mujeres que no le temían a nadie, te siguen…
bellas, silenciosas, y los Soldados Romanos también...
Y te llevamos a tu
entierro, en tu Santo Sepulcro, Padre nuestro estamos contigo
pero no nos abandones en los momentos en que te necesitamos
porque los hijos de este pueblo siempre estarán contigo.
Tu amor nos fortalece y nos ayuda a caminar hacia tu reino.
Muere la muerte.
Tu Pasión abre el cielo.
Nace la Vida.
Fue tu plegaria:
No saben lo que se hacen, Padre, perdón.
“Madre he ahí
a tu Hijo” “Hijo he ahí a tu Madre”
que legado más entrañable nos dejó
el hijo de Dios a todos los cristianos, San Juan modelo
de discípulo, amigo fiel de Jesús y amigo
de nuestros jóvenes, de estos jóvenes paduleños
que lo admiran y lo quieren, y sé que es así.
Y como amigo lo ven
sus jóvenes costaleros, sus jóvenes músicos
que año tras año lo acompañan, lo sienten,
lo hacen suyo, lo tratan como a uno más, como a uno
de ellos y de los que ya forma parte de sus vidas ¿Que
sería el viernes Santo sin San Juan ? ¿Qué
sería el viernes santo sin nuestros jóvenes?
Madre mía,
Virgen Dolorosa que dulzura hay en tu rostro, que lágrimas
de amor brotan de tus divinos ojos.
Déjame
que te contenga ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo,
donde tu fruto se mustia.
¡Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto!
No estás sola.
Las mujeres de Padul siempre bajo su manto solidarias contigo
en tu amargura, junto a ti compartiendo tu luto compartiendo
tu dolor, iluminando tu cara con su farol artesano de cristal
multicolor, santo y seña del Entierro de Cristo,
herencia de madres a hijas que la virgen siga iluminando
a la mujer paduleña en sus creencias y su quehacer
diario y camine con ellas ayudando a crecer a los niños
iluminándoles en la Fe cristiana.
Y Cuando llegue mi
hora, Dios mío, que sea al pie de tu Cruz, que tu
Santo Sudario me cubra, oh Cruz Redentora, apoyo de los
que sufren. Padul, itinerario de cruces, senderos de pasión,
cuna de sacerdotes, religiosas, misioneros y misioneras.
Cristiano a carta cabal, no te desvíes de tu camino
de fe.
Primavera en
el Padul
Almendros en flor
Viernes santo
Noche de pasión
Entierro de Cristo
Silencio y fervor
Amanecer de domingo
Resurrección del Señor
¡Cruz de la Atalaya!
Bendícenos.