Manuel Romero
Castillo
Profesor del IES Astaroth en Rota (Cádiz)
Rota, 18 de abril de 2017
La Semana Santa es música de capilla, claveles
rojos y blancos, incienso rico que sube hasta Dios y zapatillas
de esparto, costal ceñido y el alma en vilo.
Es noche tranquila, gente en la calle, silencio contrito,
genio y saeta, son penitentes y luces que alumbra el
camino sacro.
Es banderas, estandartes, guiones, juntas de gobierno
y pasos de misterio que nos trasladan hasta la Jerusalén
que buscamos en la tierra.
Es sentimiento, es arte cristiano, es fe viva, es mensaje
claro y diáfano de la sagrada Biblia, es hermanarnos
en la fe y vivirla en comunidad.
Es pregón y marchas constantes, túnicas
y lirios blancos o morados para adornar un paso, velas
y
flores de cera que iluminen en la noche serena.
Es silencio cuando aparece una figura
portentosa que a todos nos llega.
Es Rota, Albuñuelas, Andalucía plena, España,
Roma y el mundo entero donde haya fe viva y compartida.
Son preparativos, desvelos, nervios y tranquilidad, además
de una paz compartida y saber que la estación de
penitencia se hace, se hizo y se puede hacer porque no
hay ningún percance significativo.
Son torrijas, pestiños y comidas familiares, es
reencontrarse con tu gente, con tu ciudad y pueblo.
Es trabajo de cerería, repujados de tronos, plateros
para decorar y metalistas para hacer estructuras de los
tronos, diseñadores y reuniones para que el diseño
sea perfecto.
Cruz de Guía de la hermandad de Nuestro Padre Jesús
de la Salud en sus Tres caídas y María Santísima
de la Caridad. Fotografía del autor.
Es caridad en pequeñas acciones que durante todo
el año tienen como fin ayudar y sostener a la hermandad.
Son titulares, triduos, rosarios, sermones y un sinfín
de actos que se realizan para ampliar y consolidar la fe
de unos sagrados titulares que son los desvelos de los
días, los minutos y horas, es entregarte en cuerpo
y alma a servir constantemente.
Es sacrificio y esfuerzo, no se entiende una hermandad
sin estas dos palabras que sirven como mandamientos a quien
forma parte de ese cuerpo de hermanos.
Representaciones, balacalás y banderas son parte
de los amplios cortejos, donde la plata repujada se combina
con la fuerza intrínseca de quién los porta
y soporta.
Cruz de Guía de la hermandad de Nuestro Padre
Jesús de la Salud en sus
Tres caídas
y María Santísima de la Caridad. Fotografía
del autor
Las portadoras
llevan el trono de Nuestra Señora
de la Esperanza del Calvario. Fotografía del autor