LA NOCHE DE AÑO
NUEVO ES LA MÁS ANTIGUA Y UNIVERSAL DE LAS FESTIVIDADES
RELIGIOSAS (II)
Julio Torres
Santos
Diciembre 2012
Calle de La Laguna
Este carácter esotérico y mágico
fue también propio del fin de año en
Canarias, donde perdió su naturaleza festiva,
pues el temor a los seres sobrenaturales impedía
que las gentes salieran de sus casas. Ello ocurría
tanto en el casco de La Laguna, como en los pagos
circundantes, aunque en estos, si cabe con mayor
fuerza. Tal es el caso de El Ortigal, La Cruz Chica,
Guamasa,... También los montes próximos
eran prohibitivos, pues como señala Alberto
Galván, la acción de brujas y diablos
tenía mayor importancia en el monte, por ello
la noche del 31 se evitaba “ir al monte porque
el diablo estaba suelto en él durante una
hora”.
Era preciso conjurar
la acción de las brujas, con rezos como el que recoge
Bethencourt Alfonso (1985) , que era preciso repetir tres
veces, trazando en el aire tantas cruces como rincones tenía
la habitación donde se dormía:
San Silvestre Monte Mayor,
guarda la cama y todo alrededor
de brujas y hechiceros
y del hombre malhechor.
Ésta era la fórmula en La Laguna, pero Domingo
García Barbuzano recoge una variante de la misma en
La Laguna y otra en Valle de Guerra:
“
San Silvestre Montemayor,
cuida la casa alrededor
de la bruja hechicera
y del hombre malhechor”. (La Laguna)
San Silvestre Montemayor,
conquista, conquistador
conquista mi casa,
mi cama y todo mi alrededor,
de bruja, hechicera,
y del hombre malhechor. (Valle de Guerra)
Según Bethencourt Alfonso (1985) esta oración
se ampliaba con lo siguiente:
Yugo en frente, freno en boca
¡
Dios me libre de vosotras!
Jesús en trances
de a dos en tres,
que los de avance
abatan, Amén.
Domingo G. Barbuzano también recoge una serie de
amuletos dispuestos en las casas esa noche para prevenir
y atajar el mal (cruz de hollín o de añil,
colmillos de perro, cordones de San Francisco,...), así como
la incineración de una serie de elementos (tierra
de cementerio cogida al anochecer, hierbas recogidas con
el rocío en la noche de San Juan,...).