LOS BELENES DEL MONASTERIO
DE LAS MONJAS CLARAS DE LA LAGUNA
Julio Torres
Santos
Diciembre 2012
Detalle de las figuras
del s. XVIII pertenecientes a la adoración de
los Reyes de uno de los belenes de Las monjas Claras
de La Laguna
Las clarisas conservan dos nacimientos y diversas
figuras sueltas, todas datadas entre finales del
s. XVII y principios del s. XVIII.
Uno de los nacimientos está integrado por
13 las figuras: la Virgen, San José, el Niño,
los tres Reyes Magos, tres pajes, dos señores
adorando y dos pastores –uno de ellos con calzón
de cordón-. La mayoría de ellas fueron
halladas hace sólo algunos años en
un baúl del convento. Son figuras de 35 cm
de alto, ataviadas con ricos ropajes, sedas, brocados,
hilos de oro y algunos bordados hechos por las hermanas
de esta orden. Conforman pues un típico belén
barroco, tanto por sus ropajes y adornos como por
sus posturas, preciosismo y afectación. Además,
presentan la peculiaridad de estar articuladas, lo
que hace suponer que fueron concebidas para escenificar
el nacimiento de Jesús.
Otro nacimiento
está compuesto por una hornacina barroca tallada y
policromada que encierra a la Sagrada Familia. La Virgen
y San José son figuras de considerable tamaño,
entre 35 cm y 40 cm de altura.
Como se ha señalado más arriba, el convento
de las monjas Claras también conserva unas figuras
aisladas que formaron parte, sin duda, de otros belenes de
los que únicamente ellas han subsistido. Nos referimos,
por un lado, a las figuras de un Rey Mago arrodillado y su
paje de pie, ambos de 20 cm de alto y trajeados a la usanza
de finales del s. XVIII. Por sus características y
calidad pueden ser atribuidos a la escuela de Salcillo. Por
otro lado, existe una figura apoyada en una silla de la que
pende una capa y que se supone que es un paje del rey Herodes.
Esta figura tiene 8 cm de alto y está trajeada de
forma similar a las anteriores.
Además, el convento custodia una pequeña colección
de imágenes del Niño Jesús, unos en
el pesebre y otros sentados. Posiblemente estas imágenes
formaron parte de la dote de las novicias que ingresaban
en el convento.