Surgió una fuente cerca del lugar donde la Señora
se había aparecido y el agua corría colina
abajo. Muchos milagros empezaron a ocurrir. Las terribles
calamidades que fueron anunciadas se empezaron a cumplir.
La terrible hambruna de patatas de 1846 se difundió,
especialmente en Irlanda donde muchos murieron. La escasez
de trigo y maíz fue tan severa que más de
un millón de personas en Europa murieron de hambre.
Una enfermedad afectó las uvas en toda Francia.
Probablemente el castigo hubiera sido peor de no haber
sido por los que acataron el mensaje de La Salette. Muchos
comenzaron a ir a misa. Las tiendas fueron cerradas los
domingos y la gente cesó de hacer trabajos innecesarios
el día del Señor. Las malas palabras y las
blasfemias fueron disminuyendo.
Vittorio Messori en Hipótesis sobre María
dijo:
(La Virgen) dijo que habría un castigo, y que las
uvas se marchitarán.
Yo fui a estudiar qué había sucedido con
las uvas en Francia después de 1846. Después
de las apariciones, hizo su aparición un hongo parásito
que agrede a la uva, esparciendo el oidio, una enfermedad
de la vid nunca vista en Francia hasta entonces.
Cuando desapareció, se manifestó enseguida
la filoxera, un piojo microscópico que destruyó la
mitad de las viñas de todo el país.
Se encontró un remedio para la filoxera, pero apareció inmediatamente
la peronospera, una enfermedad desconocida en Europa, y
originaria de América.
Las pocas vides que habían logrado salir sanas y
salvas de los flagelos precedentes, fueron destruidas por
el nuevo mal.
He investigado también en los archivos y en las
bibliotecas francesas: en Francia no existe una sola especie
de vid anterior a 1847.
Todas las que existían murieron. Una terrible predicción
que se cumplió totalmente.
En 1848, sólo dos años después de
esta aparición, Karl Marx lanza su manifiesto comunista,
siendo el marxismo la máxima expresión del
humanismo secular, materialista y ateo. Es la visión
del hombre sin Dios, y sus consecuencias son harto conocidas
en el mundo entero.
Como la Virgen lo había predicho, ese mismo año
nace un movimiento llamado “espiritualismo”,
iniciado por las hermanas Fox en Nueva York, que muy pronto
se difundió en Europa.
En 1859 surge “El libro de los espíritus” de
Allan Kardec, codificador de la práctica espiritista,
la cual se extendió rápidamente.
Una espiritista y contemporánea suya, Elena Blavatsky,
ayudada por algunos masones, funda la Sociedad Teosófica
en 1875, en Nueva York, donde se gesta el movimiento de
la “nueva era” o “new age”.
El Teosofismo difunde en el mundo occidental la teoría
de la reencarnación y propicia la formación
de una religión mundial basada en el ocultismo.
Sin embargo, en este mismo período, la Iglesia,
a pesar de haber sufrido un grave deterioro de su posición
oficial en casi toda Europa, produce grandes santos empeñados
en la misión de recristianizar el viejo continente,
como el santo Cura de Ars (San Juan Bautista Vianney) o
San Pío de Pietrelcina, entre muchos otros. Su semilla
se haría sentir oportunamente.
También se ha cumplido:
La profecía de que el Papa no saliera de Roma después
de 1859, año a partir del cual, vencida Austria,
querían que el Papa abandonase Roma para conseguir
la unidad italiana.
La profecía de Napoleón también se
cumplió al pie de la letra: cayó “sobre
la propia espada de la cual quería servirse para
obligar a los pueblos a ensalzarlo”; esa fue Prusia,
de ella se sirvió para debilitar a Austria, la potencia
católica. etc.
En términos generales, el mundo ni se convirtió ni
rezó, ¡siguió pecando!, sin ir a Misa
y abriendo las tiendas los domingos, y hablando mal, ¡y
sobrevino la gran hambre del siglo, no había patatas
en Irlanda, ni trigo en Europa, y las uvas se pudrieron… ¡y
la gran peste del tifus!, por la que murieron más
de 20.000 personas… pero en el pueblo de Corps, de
donde eran Melamie y Maximin, no hubo hambre ni murió nadie,
porque se convirtieron y rezaron… y ante el hambre
y la peste, entonces sí, se convirtió y rezó toda
Europa…